Los jueces de la Segunda Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia dispusieron anoche la libertad de seis de los 10 implicados en el caso Odebrecht que interpusieron recursos de apelación, variando así las medidas de coerción.
El tribunal, presidido por la magistrada Miriam Germán Brito, ordenó la libertad de Temístocles Montás, Andrés Bautista, Radhamés Segura, Máximo D’ Oleo, Ruddy González y César Sánchez, y le impuso el pago de garantía economía, impedimento de salida del país y presentación periódica por ante el Ministerio Público, como medida de coerción.
Igualmente el tribunal, dispuso el mantenimiento en prisión del empresario Ángel Rondón y de Víctor Díaz Rúa, tras rechazar los recursos de apelación presentados a través de sus abogados Juan Antonio Delgado, Pedro Balbuena y Miguel Valerio.
De su lado, la jueza Miriam Germán Brito, presidente de la segunda sala penal de la Suprema Corte de Justicia, criticó el expediente formulado por el Ministerio Público, al explicar su voto disidente en la variación de medidas de coerción contra los imputados por el caso de corrupción de Odebrecht.
La magistrada expresó que el Ministerio Público sustenta su acusación en delaciones premiadas que privilegian el «yo creo y me parece» pero que debe haber pruebas mínimas para una medida de coerción.
Expresó que el Ministerio Público no ha mostrado transferencias o pruebas de transferencia de dinero a los coimputados.
Consideró además que el Ministerio Público se situó al margen de la norma al grabar y difundir vídeos de los arrestos.Afirmó que en el expediente, se aprecia una dificultad probatoria, que de no ser subsanada por el Ministerio Público en el curso de las investigaciones, no augura un resultado esperanzador del juicio al fondo, donde la prueba deben ser hecha que no llegue a dudas razonables.
Ante el arraigo y la inexistencia del peligro de fuga, dijo, “Me inclino por un tipo de medida de coerción que no es la prisión preventiva ni el arresto domiciliario.
Algo muy personal”. “Mal juez sería yo si dejara de actuar conforme a la Constitución y lo que es más grave, conforme a mi conciencia, frente a una sentencia que considero vulnera derechos fundamentales, en mi ejercicio como juez tengo un pequeño espacio donde soy mi propia dueña y que no se lo sedo a nadie”.
La magistrada advirtió que luego de su voto disidente podrían “caerme Twitter alevosos por iniciativa propias o por encargo…”
“En esta larga carrera este proceder lo he tenido no solo con personas del estatus de los aquí presentes, sino también frente a personas abusadas por la pobreza y perseguidos por sus ideas políticas”.
La presidente de la segunda sala penal de la Suprema Corte de Justicia, votó disidente en la sentencia que varía la medida de coerción a la mayoría de los imputados por el caso de sobornos admitidos por la empresa brasileña Odebrecht.