Expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Rodolfo Buhrer / Reuters

«Hace un año que estoy preso injustamente, acusado y condenado por un crimen que nunca existió», dice el exmandatario.

«Hace un año que estoy preso injustamente, acusado y condenado por un crimen que nunca existió», dijo el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula, en un artículo publicado este domingo, al cumplirse un año de su detención, en el diario brasileño Folha de S. Paulo y replicado en su página web.

En el texto, el exmandatario señala que puede «dormir con la conciencia tranquila» de su inocencia.

«Nada han encontrado para incriminarme: ni conversaciones de bandidos, ni maletas de dinero, ni cuentas en el exterior», dijo Lula y señaló que pese a ello, fue condenado «en un plazo récord» por el juez Sergio Moro y el Tribunal Regional Federal 4 (TRF-4).

El exmandatario fue condenado a 12 años y un mes de prisión por delitos de corrupción por la supuesta aceptación de un lujoso apartamento, ubicado en el Condominio Solaris en Guarujá, a cambio de privilegiar a una empresa en contratos con la estatal Petrobras.

En el escrito de este domingo, Lula recordó que nunca encontraron «ninguna conexión entre el apartamento que nunca fue mío y supuestos desvíos de Petrobras»; a pesar de eso, mencionó que el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil le negó «una justa petición de habeas corpus».

En febrero pasado, Lula recibió otra condena, de 12 años y 11 meses de prisión, también por corrupción. En esta oportunidad, el fallo fue por la investigación sobre el pago de sobornos para la reforma de una casa de fin de semana en Atibaia, San Pablo, que fue financiada por las constructoras OAS, Odebrecht y Schahin; la justicia determinó que el exmandatario recibió un millón de reales (270.000 dólares) por las reformas del inmueble; aunque, al igual que en el caso anterior, no es el dueño de la propiedad.

Bolsonaro «el mayor beneficiario»

Lula señaló que la justicia brasileña cedió a la «presión de los medios, del mercado y hasta de las Fuerzas Armadas, como confirmó recientemente (el actual presidente) Jair Bolsonaro«, a quien califica de ser «el mayor beneficiario de aquella persecución».

Lula acompañado de policías tras asistir al funeral de su nieto en Sao Paulo, 2 de marzo de 2019. / Franklin de Freitas / AFP.

El exmandatario dijo que su condena sirvió para impedir su candidatura «a toda costa» a la presidencia de Brasil, en las elecciones del año pasado, en las que ganó Bolsonaro.

«Mi candidatura fue prohibida contrariando la ley electoral, la jurisprudencia y una determinación del Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para garantizar mis derechos políticos», enfatizó.

Recordó, además, que luego del triunfo de Bolsonaro, el juez Moro aceptó ser su Ministro de Justicia y Seguridad Pública, cargo que ejerce hasta ahora.

Lula mencionó que en poco tiempo «los derechos del pueblo y de la ciudadanía han sido revocados, mientras imponen la disminución de los salarios, la precarización del empleo y el alza del costo de vida».

«Estamos vivos y fuertes. Juntos, vamos a revertir cada retroceso, cada paso atrás en la dura caminata hacia el Brasil que soñamos y que probamos ser posible construir. Venceremos», dijo Lula, en otra carta publicada en su web este mismo domingo.

Solidaridad internacional

Este domingo, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, pidió solidaridad internacional, para abogar por la salida de Lula de prisión.

«A un año de su injusto encarcelamiento convoquémonos todos y redoblemos esfuerzos por su liberación», dijo Rodríguez en Twitter.

El canciller cubano, que acompañó el mensaje con una imagen del perfil de Lula con el texto «365 días de injusticia», señaló que «la lucha continuará hasta el día en que se haga justicia».

Fuente: Actualidad RT