El líder independentista catalán Carles Puigdemont logró este lunes integrarse a la Eurocámara como diputado, tras una decisión de la justicia europea, lo que podría ensombrecerse si los eurodiputados le retiran la inmunidad como reclama un tribunal español.
Casi ocho meses después de su elección, Puigdemont y su ex consejero Toni Comín, cuyas extradiciones reclama España por el intento de secesión de 2017, lograron su objetivo, pero no así su ex número dos, Oriol Junqueras, condenado por esos hechos y en prisión en su país.
«Hay un Estado miembro de la Unión Europea, España, que no respeta (…) las reglas del estado de derecho europeo», aseguró el ex presidente catalán tras entrar en la sede de la Eurocámara en Estrasburgo (noreste de Francia), arropado por el gobierno catalán.
Una sentencia en diciembre del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) les abrió a los tres las puertas de la Eurocámara, que la justicia española cerró días después para Junqueras por estar condenado a 13 años de prisión e inhabilitado por sedición.
El jefe de la Eurocámara, David Sassoli, siguió la opinión del Tribunal Supremo español y no reconoció como diputado a Junqueras este lunes, pero sí a Comín y a Puigdemont, provocando la protesta de los ultraderechistas españoles.
El jefe de filas de VOX en la Eurocámara, Jorge Buxadé, expresó a gritos su intención de intervenir en el pleno, un intento que Sassoli cortó de raíz. «¡Siéntese señoría. Tranquilo!», lo urgió el presidente, socialista italiano.
En el exterior, unos centenares de partidarios de la independencia catalana desafiaron el frío invernal de la capital alsaciana para apoyar a sus líderes, pero lejos de las 10.000 personas que ya se manifestaron medio año antes.
«Nos gustaría que la justicia europea hiciera cumplir mucho más la ley a España. Oriol Junqueras debería estar aquí», dijo a la AFP Joan Antoja, de 72 años y procedente de Campins, al noreste de Barcelona, quien también participó en la anterior protesta.
Entonces, Puigdemont, que aún no contaba con la inmunidad como eurodiputado, permaneció en la ciudad alemana de Kehl, a pocos kilómetros de Estrasburgo, ante el temor de ser extraditado por Francia a España, algo que dice ya no temer.
«Tenemos inmunidad y no sólo en Francia. También tenemos la inmunidad en España y si España no respeta esta inmunidad, esto querrá decir de nuevo que Europa comienza en los Pirineos», aseguró en referencia a la orden de detención vigente en España.
– Suplicatorio, a la espera –
El objetivo de los independentistas era europeizar su causa y con su entrada en la Eurocámara, la crisis política en España está lejos de desaparecer de las instituciones europeas en un momento de cambio en el país.
El flamante gobierno de coalición liderado por el socialista Pedro Sánchez busca desactivarla mediante una controvertida «mesa de diálogo» con el gobierno regional, que genera desconfianza tanto en la derecha como en el independentismo más radical.
El suplicatorio enviado por la justicia española a la Eurocámara para levantar la inmunidad de Puigdemont y de Comín se ha convertido en este contexto en el primer ariete fuera de España para atacar al gobierno de Sánchez.
Puigdemont urgió a los eurodiputados socialistas españoles a votar en contra por «coherencia» con la apuesta por el diálogo de Sánchez, mientras que los parlamentarios del PP (derecha), en la oposición en España, le piden que no «traicione a los españoles».
El portavoz de la Eurocámara, Jaume Duch, confirmó en rueda de prensa la recepción del suplicatorio de la justicia española, que ahora «estudian». Cuando Sassoli lo comunique al pleno, comenzará el proceso que suele tomar semanas e incluso meses.
Si al término del mismo, una mayoría de la Eurocámara decide levantarla, la justicia belga podría continuar con el examen de las solicitudes de extradición cursadas por España contra Puigdemont y Comín, quienes se marcharon a Bélgica en 2017 para esquivar la acción de la justicia.
El grupo de ecologistas y regionalistas en la Eurocámara, que nombró a Junqueras como su vicepresidente, anunció por su parte que pedirán a la comisión de Asuntos Jurídicos que examine la decisión de la institución de no reconocerlo más como eurodiputado.
«La decisión del presidente Sassoli sienta un peligroso precedente», dijo la eurodiputada ecologista alemana Ska Keller.