Elvin Dominici
La República Dominicana no está solo en peligro por el Coronavirus y su propagación en todo el mundo que es letal, sino por aquellos políticos corruptos que se enriquecen de la desgracia y las muertes de este pueblo. El artículo 133-20 que declara el país en Estado de Emergencia Nacional, les abre las puertas al carnaval de un desfalco económico por el virus de la corrupción, mientras el oficialismo se hace depredador de su propia gente, cuando nos dejan morir a nuestros padres, hijos y seres queridos.
No es casualidad que la organización de Transparencia Internacional coloca a nuestro país en el número 137 de 180 países en los niveles más altos de corrupción. Está confirmado que a los ladrones les gusta salir a robar en tiempos de crisis y esta es sin duda es la crisis de salubridad más grande de la historia dominicana.
La periodista e investigadora Nuria Piera en su programa Nuria, puso a la luz pública las sobrevaluaciones en todos los concursos de compras de materiales, equipos y otros derivados de salud para combatir el Coronavirus que al día de hoy lleva 1,747 casos y 82 fallecidos. Las cotizaciones que estaban limitadas por montos máximos dentro de estos contratos del estado, misteriosamente estas ventas fueron sobrevaluadas por miles de millones de pesos por encima de lo cotizado.
Al respecto la Dirección de Compras y Contrataciones sostuvo este pasado domingo, que las denuncias hechas por las compras realizadas por el Ministerio de Salud Pública y el Servicio Nacional de la Salud durante el estado de emergencia para combatir el Coronavirus en el país; cumplieron con todos los procedimientos del principio de publicidad y participación de establecidos por la ley.
En todos los países del mundo vemos a sus presidentes liderando las comisiones en contra de esta pandemia y aportando detalles de los resultados de las medidas tomadas en contra del Covi-19; pero en nuestro país, Danilo Medina se queda mudo, desde lo lejos porque no le interesa luchar por salvar vidas, no pone en riesgo su salud o la de su gente para ayudar a los más necesitados. Danilo Medina se queda en la distancia, no se inmuta, no le remuerde la conciencia al ver que su gobierno despilfarra todo el dinero del pueblo, mientras se mueren personas de todos los estratos sociales.
El desprecio más grande que le puede hacer un gobierno a su pueblo es enriquecerse de la desgracia de los demás. Los políticos corruptos que entienden que son seres divinos por encima de cada uno de nosotros, se enriquecen con nuestro dinero, se burlan de cada ser querido que cae en la desgracia de contraer este virus. El oficialismo nos mata sin piedad y con mayor crecimiento que la emergencia global del Covi-19. Estos ladrones son parásitos que viven a expensas del sufrimiento, dolor y muerte de cada dominicano.
Peor todavía son aquellos ciudadanos que viven de las pequeñas migajas que le da este gobierno, que salen en defensa de lo indefendible, valoran, alaban y se someten como animales domesticados a los parásitos que nos carcomen desde el poder. Esos hombres y mujeres no nos tienen piedad, no les remuerde la conciencia y están en disposición de vender a toda su familia, si sus cuentas bancarias muestran millones para saciar su anguria infinita. El número de víctimas no importa, que el pueblo se quede sin dominicanos.
Aquí en este país donde la oposición se queja de que no le dan aprobación para ayudar al pueblo, mostrando la falta de voluntad de ayudar a los necesitados. Ellos no mencionan los US$1,050 millones que todavía no aparece del Fondo de Emergencia Nacional que se aprobó desde el año 2017, por legisladores tanto del partido oficialista y de la falsa oposición.
Por todos estos abusos es que nosotros apoyamos incondicionalmente a Ramfis D. Trujillo. A los pocos letrados, expertos y dueños de la historia dominicana, que dejen de vivir en el pasado y miren el presente de nuestro país. Ahora mismo en el Palacio Nacional tenemos un genocida frívolo e indolente.
Aquí hace falta un gobierno que ponga orden, que lleve a los corruptos presos y le devuelva lo robado al estado. En este país se necesita un hombre que salga defender a los más necesitados y que ponga primero el interés general que los intereses individuales. La corrupción es el peor virus que destruye esta nación y la cura de esta pandemia es el nieto de Trujillo.