El estado de alerta decretado por el gobierno para hacer frente a la crisis sanitaria en la que nos encontramos en relación a la expansión del coronavirus (COVID-19), nos ha obligado a llevar a cabo el confinamiento en nuestras casas.
La cuarentena suele ser una experiencia desagradable para los seres humanos, debido a que es un aislamiento obligatorio y que implica romper con nuestro día a día, nuestras rutinas, nuestro ocio, nuestros amigos, familia, nuestra pérdida de libertad, la aparición del aburrimiento y un largo etcétera. En efecto esta situación tiene una potente carga psicológica sobre nosotros.
De repente nuestra vida se ha paralizado y nos toca adaptarnos temporalmente a una nueva situación. Por supuesto el momento que acontece nos genera estrés, pero no sólo la situación vivida, sino también todas las consecuencias generadas por esta. Puede surgir la pérdida del trabajo, la reducción de ingresos mensuales, gestionar el hecho de convivir 24h con nuestra pareja, hijos, familiares o compañeros de piso. En el caso de las personas con hijos, también hay un aumento del estrés. Quizás para los niños sea más complicado entender esta situación y por qué no se puede salir de casa.
¿De qué manera el aislamiento por el coronavirus puede afectarnos a nuestra salud mental?
Cómo comentaba anteriormente no sólo genera consecuencias el aislamiento sino todos los cambios que rodean al confinamiento.
En estos días todos nos encontramos en un estado de estrés, angustia e incertidumbre. Probablemente nuestras emociones se vean afectadas y por momentos nos encontremos en un sube y baja emocional, ¡no te asustes, es normal!
Las consecuencias psicológicas que podemos encontrarnos en estos momentos son:
La ansiedad, miedo y apatía, pueden ser los principales protagonistas en estos días. Estas emociones son consecuencia de la incertidumbre que la situación genera. Pueden aparecer pensamientos de tipo catastrofistas y anticipatorios, poniéndonos en los peores y más improbables escenarios, pero que nos generarán un gran malestar.
- Como comentaba en el punto anterior, si hay algo que nos genera esta situación es incertidumbre. Necesitamos saber qué es lo que va a pasar a continuación y así poder anticiparnos a lo que va a ocurrir. Los seres humanos intentamos controlar constantemente todo aquello que nos rodea, esto como sabemos, en ocasiones no es posible y ese intento de controlar generará mayor ansiedad. En esta ocasión, es posible que sientas que no hay nada que tú puedas hacer, sólo esperar. Esto puede generar frustración. Esta incertidumbre puede llevarnos a la búsqueda de información constante, sintiendo en estos días una sobreinformación. En este caso tenemos que tener cuidado porque mucha de la información que estamos recibiendo no son de fuentes oficiales y pueden llevarnos a error.
- Por otro lado el exceso de información puede generar consecuencias negativas sobre nuestro estado de salud física y emocional. Estos días hay un aluvión de información por diferentes vías: la televisión, la radio, internet, los chats de WhatsApp, siendo la epidemia de coronavirus el tema central de cualquier conversación. La sobreinformación puede generar en nosotros estrés, angustia, ansiedad o preocupación, llevándonos inclusos a realizar diferentes comprobaciones como buscar actualizaciones constantes de nueva información: por ejemplo el número de nuevos contagios o bien realizar comprobaciones sobre nuestra salud física, como estar tomándonos la temperatura constantemente. Estas comprobaciones aumentan nuestros niveles de ansiedad, apareciendo en nosotros diferentes síntomas que puede confundirse con los síntomas provocados por COVID – 19, generándose así cierta hipocondría, entendida esta como cierto miedo y preocupación irracional a padecer el contagio.
- En este tiempo de confinamiento por la expansión del coronavirus van a estar presentes ciertos cambios emocionales en nosotros. Es posible que en determinado momento nuestro estado de ánimo se mantenga estable, pero en otros momentos puede cursar con emociones más desagradables como son la tristeza, el miedo o el enfado. Así como la aparición de irritabilidad, angustia, preocupación, estrés, síntomas depresivos, problemas de sueño, entre otros. Es importante que normalicemos y atendamos todos los diferentes estados en los que nos podemos encontrar a lo largo de estos días.
- Los seres humanos somos seres sociales, necesitamos el contacto con los demás para nuestra supervivencia. Teniendo en cuenta esto, otra de las consecuencias que genera la cuarentena es el aislamiento social que todos sufrimos. Nos encontramos lejos de nuestros seres queridos y la falta de libertad para poder verlos puede llevarnos a sentir una gran angustia y tristeza.
- Más a largo plazo, el confinamiento o aislamiento puede ser causa de la aparición de trastornos de tipo emocional, como ansiedad y depresión o trastornos pos estrés postraumático.
¿Qué estrategias son aconsejables emplear para gestionar el confinamiento?
La vida es un constante ir y venir en piloto automático, vivimos en una sociedad de prisas, exigencias y obligaciones. Esta situación nos permite parar, ¿por qué no aprovecharla?
- En primer lugar es importante tener en cuenta que ahora nuestra casa será nuestro lugar de trabajo, de ocio, de descanso o nuestro lugar de hacer deporte. Por tanto es importante que la mantengamos limpia y ordenada, así como usar diferentes habitaciones para cada actividad. Por ejemplo, que la habitación en la que trabajamos o estudiamos sea diferente a la habitación en la que descansamos o tenemos ocio. Es importante que haya una diferencia física y así poder desconectar en cada momento de la actividad que queramos realizar.
- Dentro de esta situación atípica en la que nos encontramos tendremos que generar y mantener una rutina, dando así una estructura a nuestro día. Es importante que a pesar de estar en casa empecemos el día como solíamos hacer: desayunar, ducharnos y vestirnos. Tras nuestro trabajo, es importante que tengamos otras rutinas de ocio marcadas, como hacer deporte, leer un libro, ver una serie o simplemente descansar.
- Esta rutina es también importante para las familias que tienen hijos: mantener sus horarios de levantarse, comidas, aseo, deberes, actividades de juego en familia. Hay que hacer a los niños entender que estamos haciendo algo por el bien común y darles un sentido, no como castigo sino como responsabilidad y beneficio para todos.
- También podemos dedicar cierto tiempo hacer todas aquellas cosas que siempre están pendientes y que nunca tenemos tiempo de hacer, pero tranquilo no es necesario que ahora nos pongamos hacer todas y cada una de las tareas pendientes, también es importante parar y ¿qué mejor momento que este?
- Puede ser un buen momento para compartir tareas y cuidados en casa, incluso pasar más tiempo con la persona que convivimos, que en ocasiones puede resultar complicado o disfrutar de nuestra propia soledad, esa que a veces tanto nos asusta.
- Es importante evitar la sobreinformación, esto puede generar una sensación de alarma permanente. No estar en constante contacto con toda la información con la que nos bombardean y que la información que recibamos sea de fuentes fiables. Recomiendo buscar y promover espacios en los que poder hablar de otros temas de conversación.
- Fomentar la socialización, las relaciones son importantes para nuestras emociones y bienestar psicológico realizando video llamadas con amigos y familiares.
- Evita pensamientos y anticipaciones catastrofistas. Esto genera ansiedad y limita tus recursos para lidiar con lo que venga momento a momento.
- Es importante estar en el presente: ocuparnos día a día de lo que va viniendo sin estar permanentemente conectados a información sobre el tema.
Afrontamiento positivo: estar unidos, no es que no nos dejen salir, es que gracias al sacrificio individual evitaremos males mayores y estamos haciendo un bien para nuestra comunidad, somos parte de un movimiento para el bien común. Quedarse en casa es salvar vidas.
- Podemos realizar actividades placenteras por internet: museos, conciertos de música, teatro online, deporte online, trabajo placentero, actividades manuales y creativas, deporte, música.
- Promover nuestro autocuidado como practicar ejercicio, yoga, estrategias de relajación, meditación y minduflness. En caso de que estemos al cuidado de niños pequeños, es importante turnarnos en este cuidado y generar ratitos individuales para uno mismo.
- Expresar como nos encontramos emocionalmente, esto nos ayudará a calmarnos.
SIGUE TODAS LAS MEDIDAS, QUÉDATE EN CASA Y SIGUE ESTOS CONSEJOS. ENTRE TODOS VENCEREMOS AL CORONAVIRUS
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Fuente: https://www.psicologiamadrid.es