En la carrera por detener el cambio climático, los científicos exploran toda clase de ideas, incluso las que parecen ciencia ficción.
Una de ellas es la que proponen un grupo de Harvard, que en 2019 planean lanzar un experimento que aspiran pueda servir para desarrollar una técnica que les permita disminuir la cantidad de luz solar que entra a la Tierra.
El concepto es bastante simple: crear un escudo de partículas protectoras en la atmósfera que hagan rebotar la radiación solar de nuevo hacia el espacio.
Sería como polarizar el vidrio de un carro o untarse bloqueador para ir a la playa, pero en la atmósfera.
Llevar el experimento a la práctica tiene muchos retos y, para algunos, riesgos que podrían hacer que esta técnica empeorara el problema del calentamiento global.
De hecho, tiene un nombre, al menos, inquietante: «Experimento de perturbación estratosférica controlada» o SCoPEx, como lo llaman en inglés.
Cemento y crema de dientes
El SCoPEx se basa en una rama de estudio conocida como geoingeniería solar, que se especializa en buscar la manera de bloquear o desviar la luz del sol que llega a nuestro planeta.
Hasta ahora, los expertos han basado sus investigaciones de geoingeniería solar en simulaciones computacionales, pero SCoPEx quiere obtener datos en el mundo real.
Para ello, planean lanzar un globo que se eleve a unos 20 km de altura con una carga de carbonato de calcio, un polvo mineral muy común que se utiliza en productos como cemento, cremas de dientes, mezclas para tortas o pastillas para calmar indigestión.
Una vez el globo esté en su lugar, esparcirá el polvo en la atmósfera para crear una «masa de aire perturbada», que alcanzaría alrededor de un kilómetro de largo, según explican los científicos de Harvard.
Este experimento les permitirá observar los cambios en la composición química de la atmósfera y cómo afecta a la dispersión de la dispersión de la luz.
Los investigadores de SCoPEx advierten que los alcances de su experimento son bastante modestos. Es decir, que aún no están en la etapa de desarrollo de una técnica de geoingeniería solar, simplemente están en una fase exploratoria para conocer mejor cómo se comportan las partículas en el aire.
En todo caso, el concepto de SCoPEx podría servir para que en el futuro se utilicen aviones que esparzan pequeñas partículas en la estratósfera que sirvan reflejar los rayos solares.
Según un artículo publicado por la revista Nature, algunas estimaciones indican que con esta técnica se podrían reducir cerca de 1,5ºC.
Escepticismo
Dentro de la comunidad también hay prevención sobre la efectividad y la conveniencia de la geoingeniería solar.
«Ensombrecer el planeta lo mantiene más fresco, lo cual ayuda a que las cosechas crezcan mejor. Pero las plantas también necesitan la luz del sol para crecer, así que bloquearles la luz solar puede afectar su crecimiento», explicó en un reciente estudio Jonathan Proctor, investigador del Departamento de Agricultura de la Universidad de California en Berkeley.
«Para la agricultura, los impactos no deseados de la geoingeniería solar son iguales en magnitud a los beneficios».
Otro de los riesgos es que se puedan alterar los patrones de lluvia, lo cual causaría más sequías en algunas regiones.
Pero para algunos expertos, el mayor riesgo es que la geoingeniería solar pueda desviar la atención del verdadero problema.
«La geoingeniería en general aún se encuentra en una fase muy temprana de desarrollo y nunca debe considerarse como una alternativa razonable para descarbonizar nuestros sistemas energéticos y nuestra economía», le dice a BBC Mundo Harry McCaughey, profesor de climatología en la Queen’s University en Canadá.
«El verdadero desafío es seguir adelante con el Acuerdo de París y llevar al mundo a un lugar más sostenible con respecto a la inminente necesidad de disminuir los niveles de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero».
De manera similar piensa Alan Robock, profesor del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Rutgers.
«La manera de combatir el cambio climático es la mitigación», le dice Robock a BBC Mundo. «Dejar de usar la atmósfera como una alcantarilla para nuestras emisiones de gases de efecto invernadero.»
«Si la geoingeniería se logra en el futuro, será, como mucho, un torniquete, y solo será útil si se usa por un corto período de tiempo para reducir los grandes impactos del cambio climático, mientras nos esforzamos por detener las emisiones y eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera».
Fuente: BBC Mundo