La lava del volcán de la isla de La Palma, en las Islas Canarias (España), que entró en erupción hace nueve días, llegó al océano Atlántico este martes en la noche.
Imágenes de televisión mostraron un río de lava cayendo desde un acantilado hacia el agua y produciendo una gran nube de humo.
Expertos del Instituto Español de Oceanografía que siguen en directo el avance de la lava, dijeron que «se está generando un impresionante depósito de más de 50 metros de altura» que sigue creciendo.
Observamos en directo el avance de las lavas hasta el pie del acantilado costero que proceden de la colada sur del volcán de La Palma.
Se está generando un impresionante depósito de más de 50 m de altura.#VulcanaIII_0921 @IEOoceanografia pic.twitter.com/jpRn9JIQ4G
— Geociencias Marinas (IEO) (@gemar_ieo) September 28, 2021
Este acontecimiento, que ya preocupaba a las autoridades, obligó al Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) a pedirles a los vecinos de los barrios cercanos que permanecieran en el interior de sus viviendas.
«Cuando la lava llega al mar, se debe observar estrictamente el encierro», dijo Miguel Angel Morcuende, director del Comité de respuesta de Pevolca, este martes.
Además, también se amplió el perímetro de exclusión en la costa para evitar que la gente se acerque a la zona.
Según dijo a los medios el alcalde del pueblo costero Tazacorte, Juan Miguel Rodríguez Acosta, la lava ha bloqueado todas las carreteras que llevan al sur de las islas y que los residentes en 2 kilómetros a la redonda han sido evacuados.
Ya desde lunes, las autoridades habían ordenado el confinamiento de tres pueblos costeros ante la inminente llegada de la lava al mar.
Cuando la lava de un volcán como el de La Palma entra en contacto con el agua salada, pueden producirse «explosiones y emisión de gases nocivos», detalla Pevolca.
«Cuando el magma toca el mar, se van a formar unas grandes columnas de vapor de agua porque gran parte del agua del mar se va a vaporizar. Eso se debe al gran contraste térmico que hay entre ambos: la lava tiene una temperatura de más de 900°C, mientras que el agua tiene unos 23°C», explicó hace unos días José Mangas, profesor de geología de Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, a BBC Mundo.
«Pero como el agua tiene cloruros, sulfatos, carbonatos, flúor y iodo (entre otras cosas), se van a volatilizar también gases tóxicos», dijo el académico.
Estos gases pueden provocar irritación en la piel, los ojos y las vías respiratorias.
También se teme que partes de la costa puedan colapsar y provocar explosiones.
Desde que el volcán de Cumbre Vieja entró en erupción, el domingo 19 de septiembre, la lava ha destruido cientos de casas y numerosos cultivos de plátano.
Además, más de 6.000 personas han sido evacuadas.
Ante la devastación, este martes, el gobierno de España declaró a La Palma como «zona de desastre», lo que permitirá transferirle fondos por unos US$12,3 millones a la isla para darle vivienda a las personas que lo necesiten.
Algunos expertos temen que la erupción pueda durar varias semanas o hasta meses, de acuerdo a la agencia AFP.
Fuente: bbc.com