María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros, una millonaria benefactora madrileña, acabó sus días pobre en la cama de un hospital
El próximo 6 de enero podrás comprobar en ABC tu número de la Lotería del Niño
Busca aquí tu número de la Lotería del Niño
Aunque nos duela, el destino no siempre es grato con las buenas personas. La triste realidad es que los años no tienen por qué guardar una recompensa para una vida de dedicación y trabajo. Y un ejemplo claro de ello es lo que le sucedió a María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros.
Duquesa, millonaria y creadora de la Lotería del Niño allá por 1879, esta buena mujer (luchó durante toda su vida por los niños con más dificultades) acabó sus días totalmente arruinada, malviviendo en una pensión y sin más posesiones que la cama en la que dormía. No obstante, eso no le impidió pasar a la historia y que sus acciones desinteresadas fuesen reconocidas décadas después.
Hernández y Espinosa de los Monteros (más conocida como la Duquesa de Santoña) orquestó, según afirmó el investigador español Gabriel Medina Vílchez en 2013, esta lotería en el año 1879 con un objetivo en la mente: sufragar un hospital en la capital española que pudiese ayudar a los niños con dificultades, el actual Hospital Niño Jesús.
A pesar de que había llegado a donar poco antes la considerable suma de 26.000 pesetas a los más desfavorecidos, esta mujer no podía permitirse por sí sola levantar un edificio de las características del que debía albergar la institución sanitaria. Por ello, y en palabras del experto español. decidió organizar esta rifa y darla a conocer entre todos los madrileños.
«El sorteo pudo surgir para buscar algún tipo de financiación adicional con la que hacer frente a todos los gastos que el hospital ocasionaba: los médicos, las enfermeras, los cocineros etc», afirma Vílchez en su investigación.
El resultado fue la construcción del «Asilo y Hospital Niño Jesús», que empezó a edificarse poco después de que se llevase a cabo la rifa el 6 de noviembre. El sorteo fue bautizado por la propia Duquesa como «Rifa Nacional del Niño» en recuerdo de aquellos a los que iba dirigido: los más pequeños. A su vez, estableció que se celebrará de forma anual.
Cruel final
La rifa se hizo tan famosa que, en un decreto fechado el 24 de julio de 1877, el rey Alfonso XII permitió que la Duquesa no tuviera que a abonar el habitual 4% de impuestos del total recaudado. Mediante esta medida, el monarca quiso dar las gracias a la mujer por su labor por los desfavorecidos. Así lo explicaba el texto:
«A todos los que las presentes vieron y entendieron sabed que las cortes han decretado y sancionado lo siguiente: Artículo único. Se exceptúa del impuesto del 4 por 100 con que deben contribuir al Tesoro público todas las rifas el Hospital de niños pobres titulado Niño Jesús».
A todas estas recompensas se sumó una cantidad de dinero (96.330 pesetas) que la monarquía entregó a la Duquesa en 1881 como agradecimiento por su labor y para «reparaciones varias» del hospital. Sin embargo, María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros se negó a cobrarlas.
Once años después comenzó el desastre para ella. Y es que, en sus memorias explicó que había perdido la mayor parte de su patrimonio, estaba totalmente arruinada y apenas tenía algo de liquidez para lograr sobrevivir al día a día en una triste habitación alquilada. Un duro final para una gran benefactora.
Otra teoría
Sin embargo, la historia de la buena Duquesa es solo una de las versiones. Loterías y Apuestas del Estado, por su parte, explica que -al menos a día de hoy- no es posible determinar el momento exacto en el que este sorteo empezó a ser conocido como la lotería de «El Niño».
Con los informes oficiales en la mano, esta rifa nació en 1941. El mismo año en que el director general de Timbre y Monopolio (el general F. Roldán) recuperó de nuevo el sorteo y estableció que empezase a celebrarse de nuevo.
La Lotería del Niño tuvo tanto éxito entre los ciudadanos que empezó a celebrarse todos los años. De hecho, una de sus curiosidades es que, en principio, se llevaba a cabo todos los 5 de enero, en lugar del 6.
Su apodo, «El Niño», no fue admitido hasta 1966. No obstante, ha variado mucho desde sus comienzos. Y es que, por entonces contaba con 4 series de 42.0000 billetes cada una (a 150 pesetas el boleto, que se dividía en décimos de 15). El primer premio estuvo dotado con 500.000 pesetas a la serie.
Fuente: ABC.es