Ha pasado una sexta parte del siglo XXI y ya fueron estrenadas miles de películas. Eso significa que es buen momento para empezar a hacer listas… y pelear sobre ellas. Los principales críticos de cine de The New York Times, con ayuda de algunos cineastas y actores invitados y con el aporte de comentaristas de Facebook, clasificaron las 25 películas que creen que serán los clásicos en el futuro.
1
Petróleo sangriento
“Petróleo sangriento” relata la historia de un petrolero estadounidense, Daniel Plainview, que convence a los habitantes de un pueblo ranchero en California de que le permitan perforar en sus tierras. Establece también una rivalidad con un predicador, Eli Sunday, y ambos hombres – cada uno con su propia fuente de fe – se entablan en esa batalla eterna entre Dios y el dinero. Pero nunca queda claro quién está de qué lado en realidad.
Manohla Dargis Esta película de Paul Thomas Anderson una obra maestra del siglo XXI sobre el amor, la muerte, la fe, la avaricia y todo el petróleo y la sangre que fluyen a lo largo de la historia del siglo previo en Estados Unidos. Destilan una historia desgarradora por medio de un buscador de oro negro interpretado, con una intensidad demoniaca por Daniel Day-Lewis, que persigue un sueño salvaje y vacío. Personifica a lo mejor de Estados Unidos; se convierte en lo peor.
A.O. ScottTengo una fascinación perpetua con el de qué trata de esta película: el espíritu dinámico e infernal del capitalismo estadounidense; la dialéctica entre la fe y la avaricia; la invención de California; el melodrama de la masculinidad moderna. Me sorprende continuamente lo que es. Es más extraña que los temas que trata, es más potente que su influencia y más grande que cualquiera de sus géneros. Nunca me canso de pensar en “Petróleo sangriento». Y aun así, cada vez que la veo, supera todos mis pensamientos. Pocas películas pueden hacer eso.
Nunca me canso de pensar en “Petróleo sangriento». Y aun así, cada vez que la veo, supera todos mis pensamientos. Pocas películas pueden hacer eso.
2
El viaje de Chihiro
Esta película del maestro del animé Hayao Miyazaki trata sobre las aventuras horripilantes y cautivadoras de una niña llamada Chihiro. La destreza fílmica y su magia van más allá de la capacidad para describir, pero le pedimos a Guillermo del Toro, fanático de Miyazaki y él mismo un mago fílmico, que lo hiciera. Esto es lo que dijo:
Guillermo del Toro Descubrí a Miyazaki cuando era un niño en México. Recuerdo ver una secuencia que Miyazaki y (su colega animador Isao) Takahata hicieron en una película llamada “El gato con botas” en la que un ogro corre por un camino repleto de piedras, una persecución típica de Miyazaki en una torre que se desmorona, y recuerdo haber amado esa película.
Muchos años después, ya adulto, vi “Mi vecino Totoro” y me hizo llorar. En verdad no podía dejar de llorar por la belleza y ese logro inmenso de haber capturado la inocencia de ser niño. Inmediatamente busqué todo lo demás que había hecho. Lo describen como las películas Disney de oriente, pero creo que es un nombre muy poco apropiado: Miyazaki es algo único y aparte.
En “El viaje de Chihiro” tienes a una niña en el umbral de convertirse en una jovencita y dejar atrás su niñez, de manera figurada y literal. Chihiro evoluciona en cuanto a su postura, vestimenta, actitud, emoción y espiritualidad; pasa de ser una niña a ser una mujer joven que madura, y en esa posición tiene que vivir la pérdida de todo. Pierde a sus padres, pierde su nombre, le dicen nada, la llaman Sen, la llaman cero. Es una meditación hermosa y profundamente melancólica; la misma melancolía que permea todas las películas de Miyazaki.
Miyazaki tiene una capacidad única para crear monstruos. Son completamente nuevos en su diseño, pero se sienten como cimentados en los cuentos y sabiduría tradicionales. Parecen representar a fuerzas originales y, en muchos casos, a espíritus enraizados en la tierra, el agua, el viento. Son muy elementales.
Siempre busca la gracia y el poder, y este igual lo puede usar para los buenos y los malos, mientras que la gracia es para monstruos tanto destructores como benéficos. Esa es su belleza. Él entiende que una de las cosas esenciales no es buscar algo bueno porque, por definición, lo demás se vuelve malo. No busques algo hermoso porque por definición lo demás se vuelve feo.
Claro que tengo una afinidad con Miyazaki. El mismo sentido de la pérdida y la melancolía y la tragedia es algo que intenté mostrar en “El espinazo del diablo” y “El laberinto del fauno». Hay un momento en el que la belleza te conmueve tanto que es imposible describirlo. No es porque sea algo inventado, es un acto artístico y sabes que nada con lo que puedas encontrarte en el mundo natural será así de puro. Miyazaki tiene ese poder.
3
Golpes del destino
A.O. ScottClint Eastwood a veces estrena sus películas como las filmó: de manera rápida y eficiente, sin mucho escándalo ni bombos y platillos. “Golpes del destino” no estuvo en los festivales ni pasó por el alboroto de principios de la temporada de premiaciones; fue mostrada a los críticos una semana antes de estar en las salas en diciembre de 2004. Y, por un capricho, invité a mi entonces editor a verla. Él y yo siempre nos llevamos bien, pero teníamos gustos distintos. Esta vez fue la excepción. Cuando empezaron los créditos finales, caminamos de regreso a la oficina en un silencio contemplativo; él fue el primero en romperlo: “Esa es una película,” dijo.
Lo fue; lo es. A veces escuchas el refrán de que ya no hacen las cosas como antes, pero Eastwood – es casi el único en el Hollywood del siglo XXI – definitivamente lo hace. Lo que vuelve gloriosa a “Golpes del destino” es que, en vez de intentar ser novedosa, asume las convenciones del género de manera magistral y con facilidad y descubre algunas notas de gracia sentimental y trasfondos que nadie había notado antes.
Morgan Freeman y Hilary Swank ganaron un Oscar por sus actuaciones. Si por alguna razón incomprensible no has visto “Golpes del destino,” no te arruinaré la trama; no diré más. Pero si la has visto, sabes que hay mucho más en esta película que solo la trama.
A veces escuchas el refrán de que ya no hacen las cosas como antes, pero Eastwood definitivamente lo hace.
4
Un toque de violencia
Manohla DargisRepleta de violencia y de pesar, esta película impresionante del director chino Jia Zhangke está dividida en cuatro capítulos y fue inspirada por una serie de conflictos violentos en su país natal. Todas las viñetas vistas juntas permiten que Jia, como me explicó en una entrevista, le “pinte la cara” a la China contemporánea.
El ambiente de toda la película es de un malestar palpable que se intensifica, pero un capítulo en particular trata sobre una mujer – interpretada por Zhao Tao, la esposa de Jia – que es golpeada por unos matones por tener un amorío descubierto por la esposa del hombre. Se mueve entre violencia horripilante y perturbadora a un interludio de violencia estilizada con una edición destacable, gestos exagerados e imágenes casi jeroglíficas. Y una mujer ordinaria se vuelve la heroína de su propia historia.
Una mujer ordinaria se vuelve la heroína de su propia historia.
5
La noche del señor Lazarescu
A.O. ScottCuando conocemos por primera vez a Lazarescu, un residente de Bucarest de sesenta y algo años (aunque se ve más viejo), se está quejando de dolores estomacales. Poco más de dos horas después – que se viven en tiempo real – ha dejado este mundo, sin que lo lloren y casi sin que alguien se haya dado cuenta.
Entonces ¿por qué debería importarnos? Esa es la pregunta – y no es retórica – que hace la segunda película desgarradora y extrañamente chistosa de Cristi Puiu. Se volvió una sensación en el Festival de Cine de Cannes. “¿Ya viste la película romana de tres horas? Tienes que verla».
Esa pregunta todavía es válida. Aunque es una experiencia intensamente local, tiene una apertura que resuena más allá de las calles, edificios de departamentos y salas de emergencia en Bucarest. La película es una fábula metafísica desgarradora y de humor negro disfrazada de tragedia de la vida diaria.
Se volvió una sensación en el Festival de Cine de Cannes. “¿Ya viste la película romana de tres horas? Tienes que verla».
6
Yi Yi
A.O. ScottYang-Yang, el menor de los protagonistas, es un aspirante a fotógrafo que se especializa en tomar imágenes de la parte trasera de la cabeza de las personas; le revela a sus sujetos una parte de ellos que de otro modo nunca verían. No es coincidencia que el primer nombre de este niño de 8 años es similar al del director, Edward Yang. Es el alter ego más sincero y travieso del cineasta, un artista visual que quiere explorar la vida desde todos sus ángulos.
Esta crónica de tres horas de la vida familiar moderna en Taiwán es tan densa y pesada como una gran novela. Asume los puntos de vista de Yang-Yang Jian, de su hermana menor, Ting-Ting, y de su padre, N. J., un diseñador de videojuegos que pasa por una crisis intensa, aunque silenciosa, de la mediana edad. “Yi Yi” es de esas películas que recuerdas no tanto por qué viste sino según qué experiencias viviste al verla; como si fueras uno de los vecinos de los Jians en Taipéi.
La acción se mueve por aquellos rascacielos y calles bulliciosas de Taipéi; aunque estas son interrumpidas en algún momento por un viaje a Tokio. El carácter de las ciudades modernas – aquellos espacios de soledad e intimidad, donde el futuro brillante se cimienta en las tradiciones locales del subsuelo – es uno de los temas principales de Yang. Pocos artistas de cualquier medio han mostrado capacidades similares para examinar la vida urbana contemporánea desde todas las perspectivas. El título de este filme se traduce, a grandes rasgos, a “Y uno y dos». El conteo sigue hasta el infinito.
“Yi Yi” es de esas películas que recuerdas no tanto por qué viste sino según qué experiencias viviste al verla; como si fueras uno de los vecinos de los Jians en Taipéi.
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Intensa Mente
Dargis y ScottMás que cualquier otro estudio o cineasta individual en el siglo XXI, Pixar Animation Studios mantiene y cumple con la idea de que se debe hacer películas para todos. Y parece que todos tienen una película favorita de Pixar distinta de la de alguien más. En Facebook, les pedimos a algunos lectores que eligieran la suya y fue como preguntarles a cuál de sus amigos, hermanos, hijos o juguetes quieren más. Muchas emociones fuertes y decisiones angustiantes.
Discutimos los momentos más exquisitos de varios de esos filmes: la historia del matrimonio de Carl y Ellie que nos muestran sin palabras en “Up”; la primera vez que Wall-E se topa con Eve; la despedida de Andy al final de “Toy Story 3”; la reseña de Anton Ego de aquel platillo preparado por una rata en “Ratatouille». ¿Y qué tal “Buscando a Nemo”? ¿”Los Increíbles”? ¿”Monsters, Inc».? ¿Cómo puede alguien escoger solo una?
Hay que ser justos con todas las otras películas en el mundo y poner límites. Al final, la elección no fue tan difícil. La película de Pixar que pertenece en esta lista de los nuevos clásicos es “Intensa Mente,” por mucho la caricatura más ingeniosa, conmovedora, cautivadora y filosóficamente astuta sobre la psicología del desarrollo del siglo XXI. La personificación de conceptos abstractos y la reproducción visual de la conciencia humana desde adentro son logros impresionantes y hechos con una creatividad sin igual. Y el mensaje – que la Tristeza es tan esencial para nuestras vidas como la Alegría – va perfecto con una historia que logra hacerte reír y llorar por igual.
8
Boyhood: Momentos de una vida
Lo ordinario se vuelve extraordinario en esta historia de Richard Linklater sobre un niño que se convierte en una historia sobre el realismo cinemático y el poder que este tiene. Grabada a lo largo de doce años, se centra en Mason, un soñador de 6 años contento de ser promedio cuando empieza el filme y un joven de 18 a punto de empezar la universidad hacia el final. Un año pasa al que sigue y Mason crece frente a nuestros ojos, un progreso que a veces no es notorio y en otros momentos te deja pasmado; es como cuando te ves en un espejo y no puedes evitar preguntarte: ¿cuándo pasó tanto tiempo?
Manohla Dargis habló con Linklater sobre el proceso de hacer esta película; a continuación te presentamos un extracto de lo que dijo.
Richard LinklaterFue algo muy personal para muchas personas y no anticipaba que lo iba a ser; solo quería contar una historia íntima. Pero cuando llegaron las respuestas fue como “¡Claro!”; fue algo poderoso. Buscamos conexiones. Esta película hace que te importen las personas y que sientas cómo es el paso del tiempo, que la vida cambia, que las relaciones lo hagan también. ¿Quién no ha crecido o ha tenido hermanos o ha dejado atrás la casa de sus padres? Pensé que habría reacciones de personas mayores, pero me di cuenta de que esto cuenta la vida y las vivencias de una generación.
Las personas solo me cuentan cómo vinculan la película a su vida. “Ay, mi hija se acaba de ir a la universidad o mi hijo acaba de irse” o “me acabo de ir a la universidad. Vi tu película y tuve que llamar a mi mamá para decirle que entiendo qué está viviendo». Todos pasamos por el mundo atrapados en nuestra propia historia, nuestro punto de vista. Pero una película puede hacernos ver los puntos de vista de los demás; ese es el poder de la narración.
9
Las horas del verano
Manohla DargisOlivier Assayas es el tipo de director que hace soñar a los críticos, pero también es un narrador inteligente y astuto. “Las horas del verano” empieza en una fiesta de cumpleaños de una mujer de 70 (Édith Scob), quien está rodeada por su familia, incluidos sus tres hijos adultos. Inmediatamente quedas absorto por sus relaciones complejas y espinosas en parte porque las madres son un buen recurso para desencadenar sentimientos – ya sea la de Bambi o esta, no puedes evitar (felizmente o no) pensar en la tuya –. El filme también te atrae porque todo en él es tan hermoso y francés de una manera tan despreocupada: la gente, las casas, las decoraciones, los jardines. “Las horas del verano” es sobre la muerte, la vida, la impermanencia (y el cine), pero también es sobre ser francés.
A.O. ScottEn “Las horas del verano” hay un problema práctico que enfrentan muchas familias: ¿qué hacer con la propiedad de un ser querido cuando fallece? En este caso, las pinturas y chunches que tienen un valor más que sentimental, se convierten en un drama sorprendentemente fascinante sobre la mortalidad, la familia y los efectos de la globalización en la vida europea. Assayas le otorga un sentimiento de historia a todas sus películas. Sin embargo, esta es su más profética. Además: la mamá tenía un muy buen gusto.
DargisSí que lo tiene, pero ha convertido a su casa, y a su vida, en un museo. Es un museo hermoso, claro, lleno de mobiliario art nouveau y obras de arte importantes que ha resguardado de manera atenta y quizá narcisista; te deja la impresión de que lo ha hecho algo más cuidadosamente que las relaciones son sus hijos. Más que otros directores, Assayas es muy sensible a las urgencias de la próxima generación, por lo que siento que esta es también una película sobre el cine.
ScottÉl era un crítico de cine; aunque no lo pusimos en esta lista por eso (o al menos no solo por eso).
El filme te atrae porque todo en él es tan hermoso y francés de una manera tan despreocupada.
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Zona de miedo
Manohla DargisKathryn Bigelow hizo historia al convertirse en la primera mujer en ganar el Oscar al mejor director por esta película. Por fin, una directora brillante era reconocida por su arte en una industria dominada por los hombres que sigue resistiéndose al cambio de manera casi patológica. Fue un logro cinematográfico y político en ese entonces y aún lo es. Aunque parezca paradójico que Bigelow se llevó las palmas por una película de guerra en la que las mujeres están físicamente ausentes, la masculinidad – con sus descontentos, rituales, enigmas y su capacidad impresionante y aniquiladora para ejercer violencia – ha sido durante mucho tiempo el objeto de estudio de Bigelow.
El que esta violencia también hiere al que la comete es una verdad angustiante en “Zona de miedo,” que se desenvuelve en Bagdad y sus afueras durante la guerra de Irak el año después de la invasión. La historia sigue a tres miembros de la unidad de eliminación de explosivos que desarma bombas puestas al costado de las carreteras. El punto focal de la historia es el líder del equipo, el volátil sargento de personal William James (Jeremy Renner), cuya pericia se ha vuelto una manía abominable. No solo toma riesgos evitables – con el sudor en la frente, un James exasperado se quita el traje protector mientras intenta desarmar un explosivo – corre hacia ellos.
La guerra le ha dado un trabajo a James y es muy muy bueno para hacerlo. La guerra le da estatus, un nivel, una camaradería (a veces a regañadientes) y, aparentemente, un propósito. La guerra también ha destruido a James, aunque no literalmente y definitivamente no de la manera que nos indican la mayoría de las películas que muestran la catástrofe de la guerra, con gestos heroicos y narrativas de sacrificios nobles. La muerte de James no es espectacular ni inspiradora; no llega con una bala. Es una muerte viviente de las más aletargadas, que lo carcome día a día por el horror diario que es tan invariable y familiar como el tic-tic-tic de las bombas.
Bigelow, quien dirige a partir de un guion de Mark Boal, me dijo por correo electrónico que tenían los retos de hacerla con tanta honestidad como pudieran. “Dolorosamente, la guerra de Irak no fue suficientemente reportada en su momento. Vi a la película como una forma de periodismo, al sentir que se necesitaba más información sobre este combate tan controvertido».
Información para ver “Zona de miedo».
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Balada de un hombre común
Dargis y ScottClasificar la obra de Joel y Ethan Coen es un emprendimiento de varios en el internet, por lo que no sorprendió que nuestros pedidos de ayuda a la colmena cibernética para escoger la mejor de sus películas del siglo XXI fue respondida de manera efusiva y rápida.
Los fanáticos de los Coen son muy conocedores, dogmáticos… y contrarios. Una cantidad sorprendente defendieron “El amor cuesta caro” (“Intolerable cruelty”) y “Quémese después de leerse” (“Burn After Reading”); “¿Dónde estás, hermano?” (“O Brother, Where Art Thou”) y “Temple de acero” (“True Grit”) tuvieron sus defensores también. Aunque casi de inmediato quedó claro que la carrera era entre tres: “Sin lugar para los débiles” (“No Country for Old Men”), “Un hombre serio” (“A Serious Man”) y “Balada de un hombre común” (“Inside Llewyn Davis”).
La Academia favoreció a “Sin lugar para los débiles,” claro – la única de los Coen que ha ganado por mejor película – pero por mucho que admiramos la destreza con la que adaptaron la novela de Cormac McCarthy, nos conmovió e intrigó más la metafísica de “Un hombre serio” y la melancolía de “Balada de un hombre común». Estuvimos indecisos entre estas dos y les preguntamos a los mismos Coen que escogieran su favorita (no rindió frutos). Buscamos mensajes misteriosos en nuestros dientes y escondidos en las letras de viejas canciones de folk.
Al final elegimos el drama de “Balada de un hombre común” … por el gato. Por la circularidad astuta de la trama. Por la banda sonora. Por los ojos tristes de Oscar Isaac y su manera competente de tocar la guitarra. Si es un mal juicio y nos equivocamos, bueno. Eso es justo lo que hacen las personas en las películas de los Coen.
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Timbuktú
Manohla DargisLa silenciosamente devastadora “Timbuktú” te agarra en cada escena. Se desenvuelve en el presente en la ciudad maliense del mismo nombre poco después de la llegada de un grupo islamista que impone la sharía en la población que se resiste. Al principio la historia no parece tener un protagonista o un foco. En cambio, el director Abderrahmane Sissako nos muestra diversos momentos de indignación, lo que le permite crear un mosaico de las personas bajo asedio.
La música está prohibida; igual que los cigarros y el fútbol. Un joven que desafía el veto al deporte es sentenciado a recibir veinte latigazos. Pero no es tan fácil encarcelar la imaginación humana y en una escena lírica, los niños juegan fútbol con un balón imaginario mientras los observan dos yihadistas subidos en una motocicleta, derrotados aunque sea solo por unos momentos.