"Retrato de Enriquillo Sánchez", por Dustin Muñoz.

Enriquillo Sánchez: un enfoque bioliterario cronológico (1947-2004)

“Allá por 1966, cuando publiqué por primera vez…”
ENRIQUILLO SANCHEZ
(“No soy E. C. Sánchez”, El Siglo, 4 de octubre de 1989)

Enriquillo Sánchez no tan sólo fue un brillante poeta y un erudito ensayista, sino, además, un talentoso narrador cuyo estilo muy personal quedó estampado en cada una de sus narraciones, a las que él se refería, restándoles importancia, del siguiente modo: “antiquísimas narraciones breves, ésas que andan por ahí sin que yo apenas las recuerde”.1

Esta breve cronología bioliteraria ha sido escrita a propósito de la publicación póstuma del volumen de sus cuentos dispersos e inéditos, que compilamos y editamos en 2006 bajo el auspicio de la Biblioteca Nacional “Pedro Henríquez Ureña”. No pretendemos, con este trabajo, hacer un exhaustivo estudio bio-bibliográfico sobre uno de los intelectuales más singulares de las letras dominicanas, sino, más bien, ofrecer una simple fuente informativa, un posible punto de partida para aquél que aspire a profundizar en su obra.

1947, agosto 25. En la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, específicamente en la calle José Joaquín Pérez esquina Lea de Castro, en Gazcue, nace Enriquillo Sánchez-Fernández Mulet. Hijo primogénito de Evangelina Mulet Hernández y José Aníbal Sánchez-Fernández Brea, dominicanos ambos.

En su infancia, su padre le lee versos del poeta peruano José Santos Chocano, especialmente el muy conocido poema “Los caballos de los conquistadores”, del cual citamos un fragmento: 

“¡Los caballos eran fuertes!
¡Los caballos eran ágiles!
Sus pescuezos eran finos y sus ancas
Relucientes y sus cascos musicales…
¡Los caballos eran fuertes!
¡Los caballos eran ágiles!
¡No! No han sido los guerreros solamente
de corazas y penachos y tizonas y estandartes,
los que hicieron la conquista
de las selvas y los Andes
los caballos andaluces, cuyos nervios
tienen chispas de la raza voladora de los árabes,
estamparon sus gloriosas herraduras
en los secos pedregales
en los húmedos pantanos,
en los ríos resonantes,
en las nieves silenciosas,
en las pampas, en las sierras, en los bosques y en los valles.
¡Los caballos eran fuertes!
¡Los caballos eran ágiles!”

Mientras que su madre le lee, del poeta nicaragüense Rubén Darío, esa hermosa pieza poética que es la “Sonatina”: 

“La princesa está triste… ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. 

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña, dice cosas banales
y vestido de rojo pirueta el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una ilusión”.
(Fragmento)

Por la voz de una tía materna, Ana María, declamadora, Enriquillo conoce la poesía del poeta mexicano Amado Nervo. ¿Acaso le leería “Gratia plena”?: 

“Todo en ella encantaba, todo en ella atraía:
su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar…
El ingenio de Francia de su boca fluía.
Era llena de gracia, como el Avemaría;
¡quien la vio no la pudo ya jamás olvidar! 

Ingenua como el agua, diáfana como el día,
Rubia y nevada como Margarita sin par,
al influjo de su alma celeste el amanecía…
Era llena de gracia, como el Avemaría;
¡quien la vio no la pudo ya jamás olvidar!”

De su padre, al que recuerda con ternura, nos cuenta lo siguiente:

“Todas las tardes [mi padre] me llevaba a recorrer la ciudad en las irrecuperables guaguas de dos pisos. Nos íbamos de un control a otro, en el techo, despedazando las ramas de los árboles que nos quedaban próximos, cuando la Pasteur era todavía una avenida y la tarde caía a nuestros pies como un mamífero marino. Era la excursión de todos los días. No teníamos nada que hacer. A mí sólo me tocaba aventar la infancia para que no se demorara y a él sólo le restaba aguardar la caída de Trujillo. […] “Habría desafiado a Dios o al mismísimo Generalísimo, pero era incapaz de ofender a un amigo”.2 

Sobre sus recuerdos de infancia, de aquella infancia transcurrida bajo el nefasto régimen de Trujillo, Enriquillo confiesa: 

“…me crié y me eduqué en un hogar radicalmente antitrujillista, en el que el rechazo al tirano era literalmente pan nuestro de cada día y religión permanente e insustituible. Mi padre fue opositor al jefe a todo lo largo y lo ancho de la tiranía y me inculcó esos valores desde que tuve uso de razón política, hecho que ocurrió, por razones obvias, el primero de enero de 1959, cuando escuchábamos en las emisoras de La Habana el triunfo de la revolución y el derrocamiento de Batista”.3

Esa imagen terrible del dictador permanecerá siempre, como sombrío recuerdo, en lo más hondo de su memoria y hará su aparición, decenios después, en sus artículos periodísticos.4 

1962. A los quince años, “cuando los dominicanos nacíamos a la historia5, Enriquillo Sánchez sufre las sacudidas de la poesía de Pablo Neruda y Pedro Mir. En esos años adolescentes pasa a vivir, por razones de estudio, en la isla de Puerto Rico. Él cuenta: 

“…allí, en el Colegio San Jorge, leí a Mármol, a Gallegos, a Azuela, a Sarmiento. […] Leí a Esteban Echeverría y sus mataderos fundadores, en los que Rosas imperaba”.6

1963. En ocasión de celebrarse el primer centenario de la Restauración, la Shell y la Federación de Mujeres Dominicanas organizan sendos concursos de ensayo dirigidos a estudiantes del nivel medio. Enriquillo obtiene, con sus reflexiones históricas, el primer premio en ambos certámenes.

1964. En este año llega a la Ciudad Luz, París, la ciudad que lo deslumbra: 

“Me perdí en una ciudad a la que la luz le hace jugarretas límpidas, llena de callejuelas en las que, sin tú esperarlo, aparecen ángeles de mermelada alrededor de las castañas y el otoño se esconde en los navíos de la noche igual que un húsar o una mujer de dentelladas dulces, el pie descalzo en la música polvorienta de los adoquines. Era inmortal y no lo sabía. […] Descubrí a Carpentier, a Fuentes, a Vargas Llosa. Y continué leyendo a Neruda, al que debí comparar con Borges, sin distinguir aún los abismos”.7

1966. Es el año del retorno a su patria. La Guerra de Abril de 1965 ha dejado muy herida a la ciudad que le vio nacer. Ronda el viento frío. Él escribirá, 36 años después:

“…caminé despacio hacia la 19 de Marzo con Conde, donde El Puño había abierto un buró sobre la brisa y las uvas ligeras de la tarde. Miguel me llevó a conocer a René. Guiado por sus voces de marinos presos con brea y nogal en la ciudad amurallada, descubrí el mar. El mar de los cuatro años, en el dedal dorado de Boca Chica, regresó cantando, envuelto por una membrana de lluvia y pizarra que solo mis ojos conocían. La sal estaba herida y cantaba. Yo le debo el mar a René. Lo fuimos recorriendo como se recorre una bestia que tiembla y espera”.8

Es el decenio de los 60, matizado por las convulsiones sociales y los movimientos guerrilleros en la América Latina pateada en la cadera por el imperialismo norteamericano;
se vive un proceso de cambios políticos potenciados por la utopía y los sueños.

Forma parte del grupo cultural El Puño, junto con los escritores Miguel Alfonseca, René del Risco Bermúdez, Iván García, Ramón Francisco, Marcio Veloz Maggiolo y Armando Almánzar Rodríguez. Es el más joven de todos: 19 años. En este mismo año, con sus cuentos “Epicentro de la bruma y “Flor de los sepulcros”, obtiene dos menciones honoríficas en la primera versión del Concurso Dominicano de Cuentos organizado por el Movimiento Cultural “La Máscara”. Participa con el seudónimo “Guarocuya”. El Jurado lo integran los destacados escritores Juan Bosch –quien lo preside–, Héctor Incháustegui Cabral y Máximo Avilés Blonda.

27 de noviembre. Publica su cuento “Epicentro de la bruma” en el Suplemento Dominical del diario El Nacional de ¡Ahora! (Santo Domingo), dirigido por Freddy Gatón Arce. Hasta donde sabemos, es el primer texto narrativo de Enriquillo conocido públicamente. 

1967, 5 de marzo. Su cuento “No pasa de natividad” aparece en el Suplemento Dominical de El Nacional de ¡Ahora! Firma con el nombre de Enriquillo Sánchez Fernández.

12 de marzo. Su polémico ensayo “La náusea del intelectual dominicano” aparece en el Suplemento Dominical de El Nacional de ¡Ahora! Es uno de sus primeros trabajos ensayísticos publicados en la prensa nacional después de haber regresado de Francia. Causó tal impacto en el país dominicano de las letras, por su confrontación con el escritor Antonio Lockward Artiles, que dicho texto fue reproducido, en el mismo suplemento, el domingo 19, es decir, a la semana siguiente, junto con un artículo de este último: “El señorito ha regresado de París”. La ironía mordaz, propia de la vida cultural de la época, caracteriza ambos textos. Firma con el nombre de Enriquillo Sánchez Fernández.

26 de marzo. Otro cuento suyo, “La cloaca”, aparece en el citado suplemento cultural. También firma con el nombre de Enriquillo Sánchez Fernández.

2 de abril. Su cuento “Vietnam, hoy en la mañana” también aparece en el Suplemento Dominical de El Nacional de ¡Ahora! Nuevamente firma con el nombre de Enriquillo Sánchez Fernández. 

1968, 12 de enero. Su cuento “Flor de los sepulcros” es recogido en el volumen Primer concurso de cuentos dominicanos 1966, editado por el Movimiento Cultural “La Máscara”. Este cuento es escrito en la ciudad de Santo Domingo en 1966.

1969. Sus cuentos “Epicentro de la bruma” y “El mismo rostro (Flor de los sepulcros)” son incluidos por Aída Cartagena Portalatín en la antología Narradores Dominicanos, obra editada en Caracas (Venezuela) por Monte Ávila Editores.

1970. Gana el primer premio de poesía en el II Concurso Literario “Jacques Viau Renaud” organizado por el Movimiento Cultural Universitario (MCU). Con un fragmento de su novela inédita Guarapo obtiene una mención honorífica en este mismo certamen (ver: Suplemento Cultural de El Nacional de ¡Ahora! del 21 de junio de 1970, p. A-4).

1971. Con su cuento “Teatro para una inacabable cacería” obtiene una mención honorífica en el Concurso Dominicano de Cuentos organizado por el Movimiento Cultural “La Máscara”, en el que participa con el seudónimo “Bernardo del Carpio”. 

1971-1980. Es profesor-ayudante en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde imparte la asignatura Lengua Española Básica y forma parte del cuerpo docente del

Departamento de Letras de la Facultad de Humanidades de la universidad estatal. 

1972, 23 de enero. Publica, en el Suplemento Cultural de El Nacional de ¡Ahora!, su cuento galardonado “Teatro para una inacabable cacería”.

Abril. Su cuento “Teatro para una inacabable cacería” es recogido en el volumen La Máscara. Cuentos premiados 1971, editado por el Movimiento Cultural “La Máscara”. 

1974, 25 de agosto (domingo). Aparece, en el Suplemento Cultural Aquí del diario La Noticia (Santo Domingo), su poema “Maguita”, con el cual obtiene el segundo premio en el concurso literario organizado por dicho suplemento, en el que participó utilizando el seudónimo “Leopoldo Olafo”. Transcribimos el primer canto de dicho poema:

Maguita

Porque este es el reverso.
Tus ojos no decían verdad.
Tu mano era caricias y multitud,
múltiplo de caracol, carabina, caimoní.
Dije que tu cercanía fue de cantos belicosos,
que la locura no cupo, como suele, en un anzuelo.

Aquella atrocidad desarmó el tiempo,
desarmó a Dios y a los compadres,
historia desarmada en sus papiros.
Eras la voracidad inválida.
Me hundí en tus pupilas de maestrazgo pobre
y todavía pregunto si fue cierto.
Fue la guerra.
Este es el reverso, enrevesado.
Esta es la guerra, Maguita.
Este es el reverso.
Hacíamos el amor y nos contaron un cuento.

22 de septiembre (domingo). Aparece en el Suplemento Cultural Aquí de La Noticia, su cuento “La montaña”, con el que obtiene el segundo premio en el concurso literario organizado por dicho suplemento, en el que participó utilizando, también, el seudónimo “Leopoldo Olafo”. 

1975, 13 de diciembre. Sus textos narrativos “Te regalo un ratón blanco”, “El mismo rostro” y “Belinda (Homenaje a Julio Cortázar)” aparecen en el suplemento cultural Artes y Letras del periódico Listín Diario (Santo Domingo).

En este año presenta su tesis de grado, en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), para optar por el título de Licenciado en Letras. Dicha tesis, La poesía bisoña (poesía dominicana 1960-1965). Reseña y antología, causa gran interés en el ámbito literario dominicano. El escritor chileno Alberto Baeza Flores recomienda a su autor la publicación en forma de libro de dicha tesis, fuente de consulta obligatoria para todos los interesados en el estudio de la poesía de post-guerra en la literatura dominicana: 

“Sería deseable que el autor, con la perspectiva y madurez que otorgan los últimos cinco años transcurridos desde la publicación de su tesis universitaria, se resolviera a darnos su estudio y antología revisados, enriquecidos e impresos ya no en mimeógrafo o policopiados y este libro nuevo redundaría en beneficio de la cultura dominicana. Talento no le falta al autor, ni dedicación”.9 

[1976-1979]. Funda y co-dirige con Guillermo Piña Contreras la sección cultural Palotes” de ¡Ahora!, en la revista del mismo nombre.

1976. Un fragmento de su poema “Maguita” es incluido en la “Antología poética” que aparece en el volumen VIII de la Enciclopedia Dominicana.

1977. Su extenso poema “Texto para un sur irrenunciable” es incluido por Carlos Fernández- Rocha y Danilo de los Santos en la antología Lecturas dominicanas, editada por la Universidad Católica Madre y Maestra (UCMM). Aparece en la sección “La Generación del Sesenta y la última poesía” y un fragmento de ese texto poético es el que sigue:

Texto para un sur irrenunciable

Desde aquella comarca de la aurora,
desde aquel ámbito de estrella,
desde aquella brasa perdida en el océano, perdida,
patria del pan, tierra, ave del otoño,
provincia de una sangre que a todos pertenece,
Chile, patria,
em>canción para tu nombre,
patria, Chile; desde aquella región
que vive en un lucero, desde aquel orbe,
em>desde aquella tierra sin ojos,
sin lengua, sin oídos,
desde ti, Chile nuestro y de nuestros pecadores,
desde donde ruega un presidente que murió con la bandera
de un honor nunca abandonado, Chile,
oh Chile extenso y de vino y de cendales,
oh Chile madrugando en los fusiles,
Chile patria,
desde ti, desde América herida
y volandera, desde tu frente que llora<
que lloran y desde tus manos,
desde toda frontera de luz y de todo mar
desde tus llagas y tus noches temblorosas,
desde todo tú, Chile,
patria nuestra en la palabra y el dolor,
recibimos nosotros, pecadores,
un Pablo erguido con los dientes de leche,
una estrella que proclama la otra estrella,
una sangre callada que no es sangre,
palabra de fuego que desenlaza la palabra,
salmo de guerra que exige nuevos salmos,
Pablo de sílaba que sigue siendo Pablo”.

1978. Posiblemente debido a un error editorial, una versión equivocada de su cuento “Un paso adelante, dos atrás” es incluida en el volumen Cuentos premiados 1978, de Casa de Teatro.

1979. Es Director Ejecutivo de la revista ¡Ahora! 

1980, 24 de octubre. Es designado profesor provisional del Departamento de Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UASD, para impartir la asignatura Instituciones Políticas. 

1981, abril. Su muy conocido poema “Maguita” es incluido por Andrés L. Mateo en la antología Poesía de postguerra / Joven poesía dominicana, editada por la Biblioteca Nacional.

Octubre. Sus cuentos “Epicentro de la bruma” y “Flor de los sepulcros” son incluidos por Pedro Peix en la antología La narrativa yugulada (Santo Domingo: Editora Alfa y Omega, 1981).

1983. Gana el Premio Nacional de Poesía “Salomé Ureña de Henríquez” 1983 con su obra Pájaro dentro de la lluvia.

1985. Mediante Resolución 104-85 de la Vice-rectoría Académica de la UASD, es designado profesor de Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de dicha universidad. La plaza aún no había sido creada, razón por la que Enriquillo concursa y obtiene el puesto de Profesor Investigador del Centro de Estudios de la Realidad Social

Dominicana (CERES). En este mismo año gana el Premio Latinoamericano de Poesía “Rubén Darío” 1985, concedido en Nicaragua, con su Sherif (c)on ice cream soda.

1986, marzo. Textos poéticos suyos son incluidos por Tony Raful y Pedro Peix en la antología El síndrome de Penélope en la poesía dominicana (antología básica): “No sé si bailas o si

” y “Estuve en tu seno como una fiera muda”. A continuación, un fragmento del primero:
No sé si bailas o si callas
“No sé si bailas o si callas,
no sé si cantas bajo la lluvia de junio amanecido
o si enmudeces junto al pájaro que viaja sin retorno
hacia el final de la brisa donde bailas o callas.
No sé si cubres o desnudas
la luz que circunda tu cintura de níspero jugoso.
No sé si vistes o desvistes
las ebrias aguas que te ciñen sin tiempo ni pupilas.
No sé si apremias o retrasas
la noche en su navío de fiera y aguacero.
No sé si conservas o repartes
tu propio relámpago de fiera que divide la noche en dos mitades”.

1988, 28 de agosto. Enriquillo Sánchez tiene la intención de publicar el conjunto de sus cuentos. Comienza ordenándolos y sorteando varios posibles títulos. En su archivo literario, puesto a nuestra disposición por su esposa, encontramos interesantes y premonitorias notas manuscritas que así lo confirman: 

“Me apresuré a reunir estos cuentos, incierta la puntería, antes de que otro lo hiciera por mí.
Son huellas, trabajosas, deslucidas, de un aprendizaje, de un muy doloroso aprendizaje que concluirá con la muerte, es decir, con la definitiva y lapidaria ausencia de los otros.
[…]
Reuní mis cuentos –dece- y me divertí con su osamenta que es la mía. Para aprender el oficio, si es que alguna vez se aprende, lo primero que se requiere es una vergüenza, tal vez no tan honda [y] avasalladora como la de Kafka, pero sí una vergüenza resistente y dócil. Hay que obedecerla y garabatearla. En algún rincón humeante aguarda el amor, con sus payasos de azúcar que los hombres no mancillan.
[…]
Lo cierto es que mis “cuentos” están aquí. Con ellos toqué la puerta, en 1966, de la literatura dominicana. Tenía 19 años. La puerta se abrió. El resto me toca a mí.
Paso a contarlos”.

1989. Publica su poemario Los cantos del húsar.

Marzo. Publica Convicto y Confeso I, que reúne cuatro obras poéticas: Por la cumbancha de Maguita, Pájaro dentro de la lluvia, Sheriff (c)on ice cream soda y Los cantos del húsar. En la contracubierta del libro aparece la siguiente confesión: 

“Escribo desde la infancia, con menoscabadas ferocidades. En la vida sólo me han cegado dos cosas: una piel y un habla, sin la cual esa piel no existiría”. 

1989-1991. Es colaborador de El Siglo (Santo Domingo), donde aparece su columna “Para uso oficial solamente”.

1990. Con “Rayada de pez como la noche” obtiene el segundo premio en el Concurso de Cuentos de Casa de Teatro, en el que participó con el seudónimo “Leo Scribe”. Este texto fue escrito en la ciudad de Santo Domingo el 24 de marzo de 1989.

1992, septiembre. En el volumen Cuento. Obras Premiadas 1990, editado por Casa de Teatro, es incluido su cuento galardonado “Rayada de pez como la noche”.

Diciembre. En el volumen Concurso de Cuentos de Casa de Teatro 1992, de Casa de Teatro, aparecen sus cuentos “Oferta de empleo” y “Señales de humo”, con los que obtiene el tercer premio y una mención honorífica, respectivamente, en el certamen organizado por esa entidad cultural. Participa con el seudónimo “Ernesto Jueves”.

1993, mayo. Publica su novela Musiquito. Anales de un déspota y un bolerista, editada en la ciudad de Santo Domingo por Editora Taller. 

1995, agosto. Tres poemas suyos son incluidos por Franklin Gutiérrez en la Antología histórica de la poesía dominicana del siglo XX (1912-1995): “Invocación”, “Me perdí en un navío parecido a tus ojos” y “Regresas de madrugada”. Este último, contenido en su obra Convicto y confeso I, lo transcribimos a continuación:

Regresas de madrugada

“Regresas de madrugada,
cuando la noche deshace sus ojos y su espada
y rueda a tus pies como un leopardo austero.

Regresas de madrugada,
Desnuda en el pez de una luna sin lluvia ni navío.
Ha caído la noche. Falleció en tus ojos.
Ha caído la noche. Se durmió en tus manos.

La noche se fue tras un potro liviano.
La noche se fue tras un circo remoto.

Estuviste en la guaracha como en un mar de premura,
robándole a la fiera su escritura de frío,
retenida en la música de corteza mordida
por la luz que navega hacia otro hemisferio
de pájaro roto en la más alta penumbra
que regresa dormido debajo de la lluvia.
Regresas de madrugada, cuando el azul regresa.
Regresas de madrugada para volver a perderte”.

1996. Publica Memoria del azar, que reúne cuatro obras poéticas: Memoria del azar, Artículos de primera necesidad, Escritorio marino y Letras de cambio. Es editada por el Banco de Reservas de la República Dominicana.

24 de enero. Es editada la antología Dos siglos de literatura dominicana (S. XIX-XX), de Manuel Rueda, quien incluye varios poemas de Enriquillo: “Estuve en tu seno como una fiera muda”, “A buen tiempo”, “Llovizna”, “Primeras letras”, “Día de compras”, “No sé si bailas o si callas”. A continuación transcribimos el primero de esos textos poéticos:

Estuve en tu seno como una feria muda

“Estuve en tu seno como una fiera muda.
Estuve en tu seno como un ángel hambriento.
De tu seno a tu seno hay un camino.
De tu seno a tu seno hay dos delfines.
Tu seno derecho navega hacia el izquierdo.
Tu seno izquierdo navega hacia el olvido.

No tengo boca para el delfín.
Me sobran ojos sobre la rosa.

Estuve en tu seno como una lluvia rota.
Estuve en tu seno como una daga fina.

En la ribera del viento están tus senos.
A la orilla de un potro que galopa.

En mis ojos navegan y a mis ojos regresan.
Navegan desde un puerto que el agua interroga.

Son dos rincones de pez nadando hacia mi lengua.
Son dos islas de sombra con que el tigre retoza”.

1997-2000. Es miembro de la Comisión Permanente de la Feria del Libro.

1998. Es el Editor de la revista quincenal Aldea, del diario El Siglo (Santo Domingo). Esta revista tendría una vida efímera.

1999. Su cuento “Rayada de pez como la noche” es incluido por José Rafael Lantigua y Francisco López Sacha en la Islas en el sol: Antología del cuento cubano y dominicano, publicada dentro de la colección bibliográfica de la Dirección General de la Feria del Libro.

Octubre. Enriquillo responde positivamente a la propuesta que le hace la Biblioteca Nacional, a través del coordinador del programa de publicaciones, Miguel Collado, para que esa institución gubernamental reúna y edite en un volumen sus cuentos dispersos, la mayoría de galardonados en certámenes literarios nacionales. // Es publicada, en cuatro volúmenes compilados por él, la obra Germán E. Ornes: Una vida para la libertad, que es una selección de los editoriales del conocido periodista, aparecidos en el diario El Caribe en el período 1961-1995. 

2000, abril. Publica Para uso oficial solamente, una selección de sus artículos aparecidos en el diario El Siglo (Santo Domingo). La obra es editada por la Comisión Permanente de la Feria del Libro.

Julio. Su conferencia “La aventura espiritual de los sesenta” es recogida en el volumen Coloquios 2000, editado por la Comisión Permanente de la Feria del Libro. Queda, en este texto testimonial, evidenciada la mágica influencia de la personalidad de René del Risco Bermúdez sobre Enriquillo Sánchez y la incidencia de la obra –y del modus vivendi

del autor de El viento frío sobre la generación de la que ambos forman parte. Leamos, a continuación, cinco de los 19 párrafos de esa conferencia:

“René ha desandado sus pasos, ha vuelto por unos instantes al Arenas, ha cambiado palabras ocasionales con el vencido limpiabotas de la infancia, ha pagado la cuenta del Dragón, le ha dicho dónde piensa ir a Miñín Soto y ha encendido el motor del automóvil. Ha apurado hipogrifos y alcoholes durante la noche, erguido en la memoria rupestre del mar. Poeta, cumbanchero, René es ahora maestro de su propia ceremonia, que acaece en el mar y en las capillas vociferantes de la noche, hacia los que avanza con una certidumbre que ha sido siempre su certidumbre, su apuesta, su coartada. Va armado. Le acompaña el hierro con que acuchillaron a un trompetista.

René hiende mucílagos y escrituras. Vive la pureza del azar como si regresara tardíamente de San Pedro, donde amó y creció junto a los crustáceos y los dioses. Allí, donde el malecón hace una finta, descubre Manaclas. Aquel juego le es harto conocido. Lo ha escrito ya sin mayores convicciones y, mostrando y encubriendo a la vez las reglas del juguete que un hombre exhibe mientras desanuda la vida, ha decidido arrojarlo a los espejos. Garabatea la gran palabra, la palabra eterna, en el inverosímil malecón en que por fin encuentra a Manaclas y se va después a bailar a los patios de allá arriba.

Los sesenta han concluido. Hubo que esperar desde esa noche que no cesa hasta el otoño y las epifanías de 1989 para que ocurriera algo nuevo. Pero ocurrió. Lo que René del Risco enterraba el 20 de diciembre de 1972 se vio con hiriente claridad cuando los muros se derrumbaron en el corazón y la cabeza de cada uno de nosotros. La nueva época, que él anticipó con su obra y su fiereza, abría de par en par las puertas del asombro.

Digo de par en par y miento. No todos estuvieron invitados a la fiesta. Los escritores, con mayor razón que los demás ciudadanos, habitan discursos y, si no aprenden a morir y a renacer con ellos, no han aprendido nada. Muchos no aprendieron nada, pese a que toda una generación estaba allí, presa entre los muros ideológicos y el viento frío, que es la más preclara, eficiente y perdurable imagen de la literatura dominicana.

[…]

Fue René, mi compañero de cumbanchas y poemas, quien encabezó la rebelión. Es cierto que pagó con su vida la osadía, pero también es cierto que erigió los imperecederos cimientos intelectuales y poéticos del porvenir. Nadie, desde entonces, puede alegar que no lo abate el viento frío”.10 

2002-2003. Hasta el mes de septiembre de 2003 es colaborador del diario Hoy (Santo Domingo), en el que aparece su columna sabatina “Devo[ra]ciones”. 

2002, 30 de marzo (sábado). Su cuento “Los borrachos, los gallos, la noche” aparece en el diario Hoy como entrega de su columna “Devo[ra]ciones”. 

2003-2004. Es Director Editorial del programa de ediciones “Fragmentos de Patria” del Banco de Reservas de la República Dominicana. Esta colección bibliográfica, de gran valor didáctico, tiene como objetivo recoger “los hitos y las informaciones más sobresalientes de nuestras provincias. Datos históricos, geográficos, económicos, poblacionales, educativos, culturales, religiosos y turísticos se ofrecen al lector de manera sucinta y clara…” Bajo la dirección de Enriquillo son editados los volúmenes correspondientes a las provincias siguientes: Barahona, San Pedro de Macorís, Duarte, Peravia, María Trinidad Sánchez, La Romana y La Vega. También el de la ciudad de Santo Domingo.

2003. Con su obra inédita El terror como espectáculo. Antes y después del 11/S gana el Premio Anual de Ensayo “Pedro Henríquez Ureña” 2003 que otorga la Secretaría de Estado de Cultura conjuntamente con la Secretaría de Estado de Educación.

2004, enero. Con el título de “Un paso adelante, dos atrás”, se le atribuye a Enriquillo Sánchez un cuento incluido en la Antología de la literatura gay en la República Dominicana. (Santo Domingo: Editora Manatí, 2004. Pp. 215-221. Serie “Antologías del Caribe”) que él mismo negó fuera de su autoría, a pesar de haber sido incluido, primero, en Cuentos premiados de Casa de Teatro 1978 (Santo Domingo: Casa de Teatro, 1979), debido, parece ser, a un error editorial. Le había aclarado Sánchez a los compiladores de dicha antología –Miguel de Camps Jiménez y Mélida García– que “el título del cuento y el seudónimo sí le pertenecen, mas no el contenido del mismo” (p. 215). Esta versión nos fue corroborada por la señora Cristina de los Santos Vda. Sánchez, esposa del reputado intelectual, quien nos hizo entrega del original mecanografiado en papel bond 16, en el que se consigna el seudónimo con el que Enriquillo firmó el cuento: “Leopoldo Olafo”. Este texto fue escrito en la ciudad de Santo Domingo el “Domingo de Ramos” de 1970. 

2005, abril. En el marco de la VII Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2004, es objeto de un merecido homenaje por parte de la Secretaría de Estado de Cultura. Se les reconocen su condición de brillante intelectual y su alta condición humana. En su discurso de agradecimiento, Enriquillo dice:

“Comienzo a sospechar de los reconocimientos porque estamos en la República de las Letras, donde la gloria se administra. La vida se divide en leer y escribir, y basta leer y escribir sin recibir nada a cambio. Creo que es el destino de los escritores, finalmente”.11 

13 de julio (martes): Tras sufrir un paro cardíaco, Enriquillo Sánchez fallece, a los 56 años de edad, en la misma ciudad que le vio nacer y crecer y que él tanto amó: Santo Domingo. Le sobreviven sus hijos Ramiro, Mariana y María Eugenia Sánchez de los Santos; su esposa Cristina Margarita de los Santos y su madre Evangelina Mulet Vda. Sánchez.

POSTUMAMENTE 

2004, 27 de julio (martes). Ve la luz pública su obra galardonada El terror como espectáculo. Antes y después del 11/S. Es editada por la Editora Nacional de la Secretaría de Estado de Cultura. Es la obra de un pensador preocupado por lo que, en los momentos actuales, le acontece a la humanidad:

“Porque hemos perdido todas las ilusiones y las gratas inocencias de antaño, para cerrar así una prolongada, fatigosa educación sentimental, seremos autores de nosotros mismos y de nuestros intransferibles fantasmas. O no seremos. Es la disyuntiva de los nuevos tiempos, que comenzaron sin equívocos el 11 de septiembre de 2001”.12

2005, abril. Es editada su obra Devo[ra]ciones, que reúne gran parte de los artículos publicados por él en su columna sabatina homónima del periódico Hoy. La obra es editada por la Dirección General de la Feria de la Secretaría de Estado de Cultura e incluye su cuento “Los borrachos, los gallos, la noche” (pp. 37-41).

2006, agosto. Rayada de pez como la noche: cuentos completos ―obra póstuma de Enriquillo Sánchez, compilada y anotada por el bibliógrafo Miguel Collado, quien es el responsable del cuidado de edición― ve la luz pública bajo el auspicio de la Biblioteca Nacional “Pedro Henríquez Ureña”. Esta reúne cuentos dispersos –publicados en revistas, suplementos y antologías literarias– y textos narrativos inéditos de su autoría, confiados a Collado varios años antes de morir.

________

  1. En su obra póstuma Devo[ra]ciones (Santo Domingo: Dirección General de la Feria del Libro, 2005), p. 36.
  1. “Mi padre”, artículo publicado en el periódico El Siglo [Santo Domingo] del 31 de agosto de 1990 y reproducido en su obra Para uso oficial solamente (Santo Domingo: Comisión Permanente de la Feria del Libro, 2000), pp. 336 y 337.
  1. Su artículo “Centelleantes escolios de autobiografía poética”, en su op. cit., p. 168.

4. Por ejemplo: “En esta casa Trujillo es el Jefe”, “La metafísica trujillista” y “El trujillismo erótico”, contenidos en Para uso oficialmente solamente; y “Duarte y Trujillo”, incluido en Devo[ra]ciones.

5. Su artículo “Centelleantes escolios de autobiografía poética”, en su obra póstuma Devo[ra]ciones (Santo Domingo: Dirección General de la Feria del Libro, 2005), pp. 95-100.

  1. Idem, p. 97.
  1. Su artículo “Centelleantes escolios de autobiografía poética”, en su obra póstuma (Devo[ra]ciones. Santo Domingo: Dirección General de la Feria del Libro, 2005), p. 97.
  1. Idem, pp. 97-98.
  1. En: Alberto Baeza Flores. Los poetas dominicanos de 1965. Una Generación importante y distinta (Santo Domingo, Biblioteca Nacional, 1985), p. 47.
  1. Orlando Díaz, editor. Coloquios 2000 (Santo Domingo: Comisión Permanente de la Feria del Libro, 2000), pp. 323-325.
  1. Citado por la periodista Solange de la Cruz en su reportaje “Partida de Enriquillo Sánchez deja un gran vacío en la poesía”, Listín Diario (Santo Domingo), lunes 19 de julio, 2004.
  1. Op. cit., p. 13.