SAN PETERSBURGO, Rusia – Lionel Messi y Argentina siguen con vida en la Copa Mundial.
Una volea de Marcos Rojo a cuatro minutos del final rescató a la Albiceleste del abismo y le dio el martes la victoria 2-1 sobre Nigeria, para depositarla en los octavos de final.
Minutos antes, el arquero Franco Armani, debutante absoluto en la selección, había ganado un mano a mano con un rival y evitado un tanto que seguramente hubiera sellado la suerte de los argentinos.
“Sabía que Dios está con nosotros y no nos iba a dejar afuera”, declaró Messi, quien marcó su primer gol de este Mundial a los 14 minutos. “No recuerdo tanto sufrimiento. Fue un desahogo para todos, veníamos pasando días complicados, por los resultados anteriores, por muchas cosas que salieron. Por suerte conseguimos el objetivo”.
Aún sin encontrar el funcionamiento ideal, Argentina sigue adelante en Rusia. Por lo menos, sacó la garra y apareció la genialidad de Messi.
“Estamos más fuertes que nunca”, proclamó Rojo a pie de cancha. “Ahora empieza otra copa… Esto empieza recién ahora, ¡vamos Argentina!”.
El angustiante triunfo en San Petersburgo y la derrota de Islandia por 2-1 ante Croacia bastaron para que Argentina y Messi se citen con Francia en la siguiente fase.
Messi abrió la cuenta con un fulminante derechazo antes de que se cumpliese el cuarto de hora.
Pero un penal cometido por Javier Mascherano y convertido por Victor Moses empató el marcador a los 48. A ello siguieron otros pasajes espeluznantes de una Argentina que no carbura pero que fue salvada por una lucha incesante y por Rojo, un defensor relegado a la suplencia en el Manchester United, tras una ruptura de ligamentos sufrida en abril de 2017.
A los 86 minutos, en momentos en que el empate dejaba a la Albiceleste fuera, Gabriel Mercado envió un centro que Rojo impactó con la parte interna del botín derecho para vencer al arquero Francis Uzoho.
“Estábamos confiados de que lo íbamos a sacar, a ganar este partido”, dijo Messi, cuyo cuarto Mundial con la selección comenzó del peor modo, fallando un penal en el empate 1-1 con Islandia, y luego fue intrascendente en la derrota 3-0 ante Croacia.
“Hubiese sido un final muy feo e injusto para todos nosotros”, señaló Messi sobre una eliminación prematura de una selección repleta de estrellas.
Con cuatro puntos, Argentina avanzó como segunda del Grupo D, ganado por Croacia con nueve unidades. Nigeria se quedó con tres e Islandia con una.
Argentina festejó como si se hubiera coronado. Al sonar el silbatazo final, varios jugadores argentinos se desplomaran para llorar. Messi levantó los brazos al cielo, como lo ha hecho en las gestas más memorables con el Barcelona.
“No esperábamos la complicación que nos empataran y salir a buscar el partido con lo que eso significa”, dijo Messi. “La verdad es maravilloso poder ganarlo de esta manera”.
Diego Armando Maradona saltó sin parar en un palco de la Arena San Petersburgo, desde donde dirigió señas obscenas a los hinchas rivales. Más tarde debió ser atendido tras sufrir una aparente indisposición, captada en videos.
No trascendió de inmediato información oficial sobre su condición de salud, pero dos horas después la cuenta de Twitter de TeleSUR mostró una foto en la que Maradona sonríe junto a dos individuos no identificados en lo aparenta ser un aeropuerto de San Petersburgo, antes de tomar un vuelo hacia Moscú.
La tensión del encuentro del martes era para poner enfermo a cualquiera. Pero el final fue feliz para Argentina.
“Estos jugadores jugaron con el corazón. Esto seguramente fortalecerá la chances de cara al futuro”, manifestó el técnico Jorge Sampaoli. “Es un triunfo del auto-convencimiento y la convicción de los jugadores, que saben tiene una jerarquía. Lo más trascendente de la noche fue la valentía con la que jugaron esta noche, con mucho coraje”.
Sampaoli se marchó de inmediato a los vestuarios sin festejar con los jugadores, en un Mundial en que ha sido fustigado por las críticas a una Argentina amiga de la ansiedad y distanciada de un esquema eficaz de juego.
El partido ante Nigeria no fue la excepción.
Los dirigidos por Sampaoli, conscientes de que no había futuro sin triunfo, y sin que Croacia empatara al menos, comenzaron con una actitud notoriamente ofensiva: hasta cinco hombres lanzados al ataque y buscando que la pelota circulara más a menudo por los dominios de Messi.
Para el primer gol, Ever Banega lanzó un pase a profundidad, kilométrico y certero desde su propia mitad del campo. Messi controló con el muslo izquierdo en la puerta del área y definió cruzado con la derecha, arriba y al segundo poste del arco de Uzoho.
El astro rompió así una racha de nada menos que 662 minutos sin anotar en mundiales, donde su último tanto se remontaba a Brasil 2014, precisamente en el encuentro de primera ronda ante Nigeria. Además, se unió a Maradona y Gabriel Batistuta como los únicos jugadores de Argentina en convertir goles en tres mundiales distintos.
Quizás Argentina mereció más en la primera mitad. Pero tal vez también se llevó mucho premio en el complemento, donde aparecieron nuevas desatenciones.
La albiceleste cedió un saque de esquina a los 47 minutos, en una jugada en que Enzo Pérez, Mascherano y Nicolás Otamendi chocaron entre sí al disputar un balón por alto. En el cobro, Mascherano sujetó a Leon Baloguin, antes de que el balón llegara al área.
Las repeticiones en la televisión mostraron que el jugador nigeriano se dejó caer, incluso después de que Mascherano había dejado de abrazarlo. Implacable, el árbitro turco Cuneyt Cakir sancionó la falta, sin que ésta se sometiera a revisión por parte del videoarbitraje, pese a que así lo exigían los pitos ensordecedores por parte de la arrolladora mayoría de hinchas argentinos en la tribuna.
La presión del público tampoco le restó serenidad a Moses. El delantero de las Súper Águilas convirtió al costado izquierdo de Armani, quien se tendió al otro lado, en el encuentro que marcó su debut durante este Mundial tras la pifia grosera de Willy Caballero en el 3-0 ante Croacia.
Transcurrieron los siguientes minutos con más aproximaciones por parte de Nigeria, incluida una en la que Armani ganó un mano a mano con Odion Ighalo a los 81. Los nigerianos, no obstante, sufrieron su quinta derrota ante Argentina en el mismo número de enfrentamientos en mundiales.
Ninguna tan dolorosa como la del martes. Y ninguna tan alentadora para Argentina, porque salió de la nada.
Fuente: AP