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Aún hay mucho que descubrir en la Barcelona de Carlos Ruiz Zafón, la muy transitada capital de la región española de Cataluña. El novelista, cuyos libros presentan un retrato vívido de la ciudad en la que nació, describe como “tesoros detrás el bullicio” a sus lugares barceloneses predilectos.
El autor, de 54 años, de la serie El cementerio de los libros olvidados (el más reciente, El laberinto de los espíritus, fue publicado en 2018) divide su tiempo entre Barcelona y Los Ángeles, donde radica actualmente. Sus lugares favoritos quizá resulten familiares, pero cobran un significado totalmente diferente cuando se miran a través de su cristal fantástico. A continuación, cinco de las recomendaciones de Ruiz Zafón para visitar en Barcelona.
1. Carrer dels Banys Nous
A Ruiz Zafón le gustan los contrastes que ve cuando camina desde la Catedral de Barcelona hasta el Puerto Viejo por el carrer dels Banys Nous. La ruta para peatones comienza en el camino estrecho y oscuro de un antiguo muro romano, atraviesa el Barrio Gótico, y luego termina en la brillante apertura del puerto. “Pasas por muchos siglos de la ciudad, tantas capas de su historia”.
2. La Sagrada Familia
La inmensa e incompleta catedral de Antoni Gaudí está a una cuadra de donde Ruiz Zafón creció, el lugar donde sigue viviendo su padre. “Cuando era niño, ¡era una ruina! La conocía a la perfección. Escalaba las torres, me metía a los túneles y bajaba a los talleres donde guardaban las estatuas religiosas”. Ahora, aún le atrae la catedral. “Es muy interesante ver cómo ha pasado de ser un lugar desatendido del que la gente se burlaba —‘¡Esto es atroz, es estridente!’— a convertirse en la atracción más visitada de la ciudad”.
3. Cementerio de Montjuïc
En la sección más antigua del cementerio, encontrarás mausoleos ornamentados y palacios construidos por magnates del siglo XIX que insistieron en demostrar su riqueza incluso después de la muerte. “Hay algo acerca de la combinación del exceso y la muerte que me parece fascinante”, dijo Ruiz Zafón. “Se pueden ver estos edificios extravagantes y macabros, ¡con ángeles vengativos del infierno! Es como si el mundo real desapareciera”. Les advirtió a los visitantes que no se quedarán ahí después del atardecer cuando las rejas se cierran. Lo dice por experiencia propia: cuando era adolescente, intentó conducir una motocicleta averiada a través del cementerio, para luego perderse terriblemente y casi quedarse atrapado. “¡Era el escenario perfecto para una película de terror!”, dijo. “Pero me sigue encantando el lugar, sin importar cuán espeluznante sea”.
4. Tibidabo
A Ruiz Zafón le gusta tomar el funicular hasta la cima de la montaña Tibidabo. Una vez ahí, quizá aprecie la vista deslumbrante de Barcelona con un trago en La Venta, un restaurante de cien años de antigüedad. Más arriba en la montaña se encuentra el Gran Hotel La Florida, que se ha restaurado para alcanzar el esplendor de cinco estrellas, y el Parque de Atracciones Tibidabo, un parque de diversiones renovado que, para el disgusto de Ruiz Zafón, ha perdido algo de carácter en la modernización. Aun así, le atrae la historia de la montaña, e incluso su nombre. “En latín, tibidabo significa ‘te daré’, que son las palabras que el diablo usa para tentar a Jesús. Siempre pensé que era muy apropiado, Barcelona tiene un alma muy oscura. Tiene lógica que el diablo se levantara en esta montaña para intentar tentarnos con todos los placeres de este mundo”.
5. Mercado de La Boquería
“Te da un vistazo de lo que solía ser la ciudad”, dijo de este legendario mercado de alimentos del siglo XIX. Ha evolucionado de ser un proveedor turbulento de mercancía para cocineros y chefs de casa a un auténtico destino para los amantes de la comida, con puestos que exhiben lo mejor de Cataluña. “Aún se tienen los alimentos y las especias más espectaculares, puedes disfrutar muy buenas tapas, que puedes comer de pie, elaboradas por personas que las han preparado desde hace cincuenta años”.