Viena: en austríaco Wien, es una ciudad de encanto, solo cabe pensar en su belleza y larga historia.

Visitar en 2 días Viena es complicado, pero bien vale la pena hacer un esfuerzo y visitar sus palacios y jardines; te harán retroceder al esplendor de la época de la Emperatriz Sisi.

Viena es la capital de Austria y esta situada en la baja Austria, a las orillas de rio Danubio. Es vía de paso entre el Norte de Europa y el mediterráneo. Viena es la mayor ciudad, centro cultural y político de Austria. Además es la segunda ciudad más poblada de Europa Central (luego de Berlín) y la décima ciudad en población de la Unión Europea. Su área metropolitana cuenta con 2,4 millones de habitantes. El idioma oficial es el alemán.

La ciudad tiene una larga historia, ya que es una de las más antiguas capitales de Europa, por lo que cuenta con un importante patrimonio artístico. Durante el siglo XlX fué una de las grandes capitales musicales del mundo y a principios del siglo XX meca de la filosofía y el debate político de Occidente, así como uno de los principales centros culturales mundiales.

En esta ocasión intento mostrar lo mejor de Viena, pero no es todo lo que se puede visitar en 2 dias ya que la ciudad es inmensa!!!.

Primer día:

Comenzamos sobre las 9 de la mañana en la parada de metro Herrengasse. Desde allí pueden llegar en pocos minutos hasta el Palacio Hofburg, el que fuera lugar de residencia de la familia Habsburgo durante más de 600 años.

La visita al Hofburg es una forma de adentrarse en la interesante historia de Viena de un modo lúdico. Durante el recorrido pueden ver el Museo Sisi, basado en la intensa vida de la excepcional emperatriz, además de los apartamentos imperiales que compartió con el emperador Francisco José.

Para obtener un interesante descuento, recomiendo comprar la entrada combinada que incluye la visita al Palacio Schönbrunn. A la salida del Hofburg pueden visitar la cercana Biblioteca Nacional Austriaca, una de las bibliotecas históricas más bonitas del mundo.

Al salir de la biblioteca, cruzar el parque Burggarten para llegar, a través de la Ringstrasse, hasta la Ópera de Viena. Es importante comprobar los horarios de las visitas en su página oficial, ya que suelen estar entre las 1:00 y las 3:00 de la tarde, pero pueden variar.

Tomando los tranvias 1 y 2 pueden recorrer la Ringstrasse, una gran avenida circular en la que se ubican gran parte de los edificios más importantes de la ciudad, como son el Ayuntamiento, la Bolsa, el Parlamento, el Burgtheater, la Iglesia  Votiva o la Universidad.

Después de ver tantos edificios imponentes, llega el momento de deleitarse con una arquitectura muy especial, casi de cuento. Se trata de los bloques de viviendas denominados Hundertwasserhaus, unos edificios de originales colores y formas fantasiosas.

Para terminar el día de un modo relajado, si hace buen tiempo, nada mejor que disfrutar del ambiente animado del Prater: el parque de atracciones más antiguo del mundo en el que pueden subir en la noria gigante, que lleva funcionando desde 1897.

Segundo día:

Comenzamos en la parada de metro Schönbrunn, donde se puede visitar el Palacio Schönbrunn, antigua residencia de verano de los Habsburgo.

Después de recorrer el palacio y sus preciosos jardines, coger el metro hasta la estación Kettenbrückengasse, donde se encuentra el conocido mercado Naschmarkt. Recorrerlo es toda una aventura, viendo sus diferentes puestos de frutas y verduras.

De vuelta al centro de la ciudad acercarse a conocer la Cripta Imperial, situada bajo la Iglesia de los Capuchinos. Allí se pueden ver los monumentales féretros en los que descansan los miembros de la realeza austriaca.

Para terminar con un sabor dulce la visita a la ciudad, nada mejor que tomar un café acompañado por un pedazo de la conocidísima tarta Sácher (sabrosísimo bizcocho de chololate).

Filipototi.