Cada año el país recibe la visita de estos mamíferos marinos. Sin embargo, no siempre se puede ver el espectáculo que estos realizan.
Con alrededor de 33 kilómetros cuadrados de extensión, el Santuario de Mamíferos Marinos Banco de la Plata y la Navidad es el área marina más grande que tiene el país.
La bióloga Julia Matilde Mota, del Viceministerio de Áreas Protegidas y Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, explica que esta localidad debe ser cuidada durante todo el año, puesto que allí se conservan elementos fisiográficos y biológicos.
“Este santuario es una área de estricta protección. Antes se decía que solo era de ballenas jorobadas, pero aquí no solamente se protege ese tipo de cetáceo, sino que tenemos diferentes especies de delfines, importantes ecosistemas y praderas marinas; langostas, estrellas de mar, arrecifes de corales, playas y cayos”, detalla Mota.
La langosta y el lambí son algunas de las especies que viven en estas aguas y de las permitidas para la pesca local, ya que la pesquería, además de los turistas que visitan el pueblo, constituye una de las principales entradas económicas de Samaná.
Especies que lo habitan
El principal atractivo que tiene para muchos viajar hasta la Bahía de Samaná es presenciar las enormes ballenas jorobadas, mamífero que visita la bahía desde el mes de diciembre hasta marzo para aparearse y parir sus crías. Pero cuando se está allí se pueden avistar hermosos delfines en sus distintas especies.
Mota explica que durante todo el año algunos cetáceos hacen de estas aguas su hábitat permanente; pero así como las ballenas, otras van y vienen. En datos registrados en el Plan de Manejo del Ministerio se encuentran los mamíferos marinos que se han avistado en el santuario.
En estado de conservación vulnerable se encuentran el cachalote, el manatí, los delfines nariz de botella, manchado pantropical y manchado del Atlántico. Otras especies de delfines que han visitado la bahía, su estado de protección es menor en relación a las mencionadas.
Temporada de ballenas
Como el área entre el Banco de la Plata y el de Navidad es el lugar más extenso, es aquí donde se reúne la mayor cantidad de ballenas.
Al inicio de la temporada es necesario tomar ciertas medidas de protección no solo para el cuidado y preservación de los mamíferos marinos, sino de los visitantes.
Esta tarea, encabezada por el Ministerio de Medio Ambiente, el Ministerio de Turismo, las asociaciones de barcos de Samaná, la Policía Ambiental y un gran equipo de trabajo, pone sus esfuerzos no solo por el éxito económico que implica para la región, sino también para la conservación de las ballenas.
“Es bueno realizar la visita en el mes de febrero, ya que este es el mes pico porque ellas empiezan a reunirse en la Bahía de Samaná, desde donde se dispersan, esto permite una posibilidad más alta de avistamiento de ballenas y ballenatos”, expresa Mota.
La bióloga manifiesta también que mientras las ballenas se encuentran de visita en el país no ingieren alimentos, ya que tienen una grasa que les permite durar esos meses sin ingerir su comida rutinaria; solo los ballenatos consumen lo que sus madres les aportan.
“Cuando ellas vienen no se alimentan, porque aquí el alimento no es suficiente, pues los mares del trópico no producen ni las clases de peces que ellas consumen ni la cantidad necesaria como los mares fríos. Pero cuando ellas paren, producen una leche rica en grasa, proteína, lactosa y agua. Le echan un chorro a sus ballenatos y se calcula que este chorro sería el equivalente de 800 biberones diarios que se le dieran a un bebé”, explica la bióloga.
Las madres se encargan de alimentar a sus pequeños de manera que ellos aumenten alrededor de 100 libras, para que puedan tener fuerza suficiente en su la travesía de regreso a casa.
Fuente: Listín Diario