PURI, India.- Un grupo de hombres vestidos con taparrabos se reunieron afuera de un templo del siglo XII en un día caluroso de abril en esta ciudad mientras se preparaban para adentrarse en lo profundo de una bóveda donde pilas de joyas de oro y plata están almacenadas bajo llave.
Para entrar al templo de Yáganat, dedicado a una importante deidad, el grupo de dieciséis arqueólogos, sacerdotes hindúes y funcionarios gubernamentales tuvieron que pasar por detectores de metal. Los taparrabos se exigieron como medida de seguridad, junto con máscaras de oxígeno en caso de que la bóveda, que estuvo cerrada durante más de tres décadas, no tuviera aire respirable.
Las instrucciones eran bastante simples: revisen la integridad estructural de la bóveda e ignoren las antigüedades valoradas en millones de dólares que alberga en su interior.
Cualquiera que pase mucho tiempo en los templos de la India está acostumbrado a estar a unos pasos de la riqueza más extrema. En cientos de los templos más grandes del país se encuentra una cantidad asombrosa de oro que, según cálculos del Consejo Mundial del Oro, pesa hasta cuatro millones de kilos. Bajo las tasas actuales del mercado, ese arsenal podría tener un valor de casi 160 000 millones de dólares.
Sin embargo, a pesar de su abundancia en riquezas, los templos de India a menudo están mal administrados. Sin medidas de seguridad, pueden ser un blanco tentador para los ladrones.
La expedición de abril no fue demasiado larga. Los hombres salieron una hora después y le dijeron a una multitud de peregrinos que no había sido necesario entrar a la bóveda bajo llave, conocida como Ratna Bhandar, porque habían podido echar un vistazo al interior a través de las barras de un portón.
No obstante, dos meses después, otra explicación se filtró a los medios noticiosos locales: los hombres no habían podido entrar porque no tenían la llave de la bóveda.
La respuesta fue veloz. Despidieron a un administrador de alto rango. Los funcionarios del gobierno estatal de Odisha, que incluye a Puri, exigieron una investigación. Poco después, descubrieron que de las oficinas administrativas del templo también habían desaparecido 3,6 kilos de oro que donaron los visitantes.
Cerca de Odisha aumentaron rápidamente las sospechas de que algunas de las joyas antiguas de la bóveda habían sido saqueadas por lo que un periodista local, Sandeep Sahu, definió como “un nexo criminal entre funcionarios y trabajadores del templo” que tenían acceso a la llave.
Sin embargo, el templo de Yáganat en Puri, que forma parte del peregrinaje conocido como Char Dham —un circuito de cuatro partes que los hindúes recorrían para alcanzar la salvación— está lejos de ser un blanco fácil.
Un comité hermético controla quién entra, dónde se almacenan las donaciones de dinero y joyas, y cómo se divulga la información al público. Las reglas estrictas de entrada están diseñadas para salvaguardar el estatus del templo como espacio sagrado y los tesoros que contiene.
En 1984, a Indira Gandhi, entonces primera ministra, le negaron la entrada debido a que su esposo era seguidor del zoroastrismo, una religión monoteísta antigua. Incluso actualmente, los sacerdotes vigilan la entrada y rechazan a no hindúes y algunas personas que no son indias de sectas como Hare Krishna, que es popular en Occidente.
Los reportes de conflictos internos también han manchado la reputación del templo a lo largo de las décadas previas. Los administradores del templo dijeron en el reporte de 1978 que “el uso indebido, el robo, la ilegalidad, el acoso de los peregrinos y la explotación se habían convertido en actividades cotidianas”.
Ese mismo año, para alentar la transparencia, se hizo un inventario de la bóveda. Los funcionarios del templo reportaron haber encontrado una reserva de casi 227 kilos de joyería ornamental antigua en oro y plata diseñada para adornar las estatuas de los dioses.
La bóveda se abrió por última vez en 1985, de acuerdo con R. N. Mishra, un exadministrador del templo, quien dijo que él y un grupo de funcionarios habían sacado algo de oro para realizar trabajos de mantenimiento y regresaron de inmediato la llave a la tesorería del distrito.
Después del furor que causó la pérdida de la llave este año, los cuidadores del templo dijeron que habían encontrado un duplicado en la sala de registro de la oficina del magistrado local. En vez de apaciguar el enojo, el aparente descubrimiento planteó más preguntas: ¿cuándo se hizo el duplicado de la llave? ¿Era genuino? ¿Dónde estaba el original?
Mishra dijo que la pérdida de la llave original fue una “gran negligencia” y mencionó que no había existido un duplicado cuando él era administrador y que no estaba enterado de que se hubiera hecho uno. “Una llave, un cerrojo”, comentó.
Dibyasingha Deb, miembro de la familia real de Puri y presidente del comité administrativo del templo, dijo que las acusaciones de mala gestión no eran justas. En cambio, culpó a los fuereños que “intentan hacernos el hazmerreír”.
“Cuando la gente escribe sobre estos incidentes, y no tienen fe en nuestra religión, nuestra cultura, les gusta proyectar las cosas de una manera muy sarcástica”, dijo.
Pero Pitambar Acharya, un abogado en el Tribunal Supremo de Orissa, el más alto en el estado de Odisha, dijo sentir que los cuidadores del templo estaban hablando sin sustento acerca de lo que llamo “el barullo de la llave perdida”.
El mes pasado, Acharya y otros funcionarios del Partido Bharatiya Janata, un movimiento político de oposición en Odisha, presentaron una queja ante la policía en contra de los altos funcionarios estatales a cargo de dar seguimiento a los objetos valiosos del templo, y hablaron de su incapacidad para hacer un inventario de las joyas de la bóveda con regularidad, además de cuestionar si existe un duplicado de la llave.
“Ha habido un evidente abuso de confianza”, dijeron en referencia a las preguntas sin respuesta sobre la pérdida de la llave del templo y el supuesto descubrimiento de un duplicado.
Fuente: Por y S