La filial española del grupo británico de telecomunicaciones Vodafone anunció el jueves su intención de suprimir hasta 1.200 empleos, casi una cuarta parte de la plantilla en España, para enfrentar una caída de sus ingresos en un contexto de alta competencia.
«El procedimiento de despido colectivo afectará a un máximo de 1.200 personas», anunció Vodafone en un comunicado. La empresa había contabilizado en 5.104 sus empleados en España en su último informe anual, en marzo de 2018.
Las negociaciones con los sindicados sobre este plan de despidos comenzarán a finales de enero, precisó Vodafone España.
Vodafone, que enfrenta en el país la competencia de ofertas de telefonía de bajo coste, alegó que la decisión obedece a «razones económicas, productivas y organizativas»
El grupo británico de telecomunicaciones registró una pérdida de casi 8.000 millones de euros en la primera mitad de su año fiscal (hasta septiembre pasado), principalmente por la cesión de sus actividades en India.
Al anunciar estos resultados financieros en noviembre, resaltó la intensa competencia en España e Italia, poniendo como ejemplo la llegada reciente a este último mercado del grupo francés Iliad, propietario de Free.
Vodafone había señalado que buscaba reducir sus gastos en Europa en 1.200 millones de euros para 2021, con ahorros de unos 400 millones de euros desde 2019.
«En el actual contexto de mercado, la demanda de servicios sigue creciendo de forma exponencial y no así los precios», explicó el comunicado de Vodafone España.
En España, su cifra de negocios se redujo en razón de ofertas comerciales lanzadas en la primavera pasada para ser más competitivo frente a sus rivales.
«Cerca del 50% de las altas brutas están asociadas con ofertas ‘low y medium cost’, lo que obliga a Vodafone a tener una estructura de costes preparada para competir con éxito en todos los segmentos», indicó.
«Esta situación ha llevado ya a caídas de los ingresos y del EBITDA en el primer semestre del actual ejercicio», apuntó.
En el mercado español, el grupo británico anunció en noviembre su deseo de concentrarse en contenidos como películas y series de televisión, luego renunciar a sus derechos de difusión de fútbol, no rentables a su juicio.
En Bruselas, el operador de telecomunicaciones belga Proximus, cuyo accionista mayoritario es el Estado, anunció este mismo jueves un extenso plan de «transformación» en tres años que prevé la supresión de 1.900 puestos de trabajo y la contratación en el mismo período de 1.250 personas especializadas en el sector digital.