En la comunidad de Hatillo, ubicada al suroeste del municipio de Cotuí, mujeres trabajadoras y con espíritu de superación ponen sus manos y corazón en el proyecto “Mantas de Coco”. La idea de crear un producto biodegradable, que sirva de abono orgánico y capa vegetal para la tierra es el resultado de la empresa creada por la Asociación de Mujeres Unidas de Hatillo.
La manta es un patrón ideado por Rafael Leonardo, un residente de Hatillo, quien ingenió el producto a solicitud de la empresa Barrick Gold. La cáscara de coco desboronada es su materia prima, y llega a convertirse en una obra de arte.
Y como reza el dicho popular “la unión hace la fuerza”. Esas damas ponen su alma para perfeccionar la pieza. La empresa comunitaria es un gran soporte económico para quienes intervienen en el proceso y para los demás habitantes de la comunidad.
“Ese trabajo se ha convertido en el empleo de quienes no teníamos.
En total, somos 38 personas las que componemos el equipo de las tejedoras de “Mantas de Coco”, asegura Yeni Romero, coordinadora de la Asociación.
La manta sirve como abono orgánico y capa vegetal para la tierra. Según explica Romero, se usa cuando la tierra está revuelta. Su función permite que la zona se restablezca y se convierta en un área verde nueva vez.
Los patios de sus hoga res son el espacio habilitado para que las manos tejan las mantas de un metro cuadrado. Otro de los beneficios del negocio es que, cada integrante del grupo puede ir trabajando en la hechura mientras realiza las tareas del hogar.
La Barrick Gold, su único cliente hasta el momento, le hace pedidos dependiendo de las necesidades que tenga. Las emprendedoras desean que otras empresas se solidaricen con la causa y puedan ser parte del desarrollo sostenible y económico del país y de su comunidad.
Fuente: Listín Diario.