Los ‘bralettes’, los cuadros de vichy, los maxi pendientes… Este es el manual para saber qué y, sobre todo, cómo se lleva:
- Los cuadros de vichy son el relevo natural del leopardo en primavera: son igual de versátiles, de osados y de carismáticos que el print animal, pero tienen una predisposición natural al calor y a los look seffortless. Y, al igual que el leopardo, los cuadros de vichy se llevan con todo y a todas horas: desde por la mañana con un look relajado y sin (casi) ninguna pretensión hasta por la noche en versión black tie. No falla nunca. Su cuadrícula es tan perfecta que se adapta a cualquier inspiración: desde la más obvia: el look provenzal años 50´s, a la más sofisticada, en un perfecto outfit working girl con unos pendientes escultóricos.
2. Las camisas de rayas –masculinas o no- es decir, extragrandes o de silueta normal, son una de las prendas clave de la temporada. Es el claro ejemplo de cómo los básicos siempre están ahí esperando pacientemente en el fondo del armario su momento de gloria. Y aunque las tendencias tengan una predilección especial por el formato XXL, lo cierto es que funcionan en todas las tallas. Y sí, también en las más ajustadas, femeninas y sexys, como aquellas abiertas con un escote barco.
3. Los caminos del athleisure son inescrutables: después de un par de temporadas en las que la mezcla entre el sportwear y el casualwear se ha normalizado / consolidado, esta temporada la tendencia crece hacia la sofisticación. ¿Quién dijo que unos leggings no podían ser la clave de un look de noche impecable?. La lencería avanza imparable por el mismo camino que el athleisure: hemos pasado de dejar ver estratégicamente el sujetador a convertirlo en la pieza clave de los looks más arriesgados. ¿Quién dijo miedo?
4. Las mangas abullonadas son, con toda probabilidad, las más románticas de todas. Esta temporada vuelven, pero no en vestidos de estampado floral o en blusas con volantes, sino en prendas nada sospechosas de practicar la dulzura, como las cazadoras tipo bomber o las beisboleras. Es el encanto de lo inesperado.
Esta temporada el denim bien podría regirse por esta clara consigna: los vaqueros serán bordados o no serán. El motivo o la leyenda es cosa tuya, pero toca personalizar, posicionarse y explayarse en torno a los jeans. Otro de puntos innegociables de los vaqueros esta temporada es el largo: apenas un par de centímetros por encima del tobillo, ni más ni menos. Y con la piel bien a la vista, por favor.
5. En primavera el centro de gravedad de los looks se traslada a los hombros y lo hacen, principalmente, a través de chaquetas con silueta muy marcada y con prendas que miran al pasado para buscar una geometría casi matemática. Los prints se dejan llevar por el lado más artístico para reinventarse y encontrar nuevas versiones que coqueteen con la pintura y el diseño digital.
6. El choker sigue siendo la única joya a tener en cuenta (o casi). Y, aunque puede asociarse con cualquier escote, lo cierto es que con aquellos más abiertos, como el corazón, se revelan como la alianza perfecta. Las superposiciones también son para el verano, sobre todo cuando la lencería entra en juego y se deja a la vista de forma deliberada.
7. El color block se deshace con el calor hasta convertirse en un tie dye californiano (y un poco hippie, por qué no decirlo).
8. Los tejidos románticos siguen bien alto en el ranking de las texturas de esta temporada: el plumeti, las gasas, las muselinas, pero sobre todo, el tul, siguen coqueteando con las transparencias, jugando al despiste entre lo naïf y lo sexy y reivindicando una feminidad tan clásica como inspiradora. Y al fondo un escote off the shouldersnos recuerda que los días de primavera son mejores cuando sientes los rayos del sol sobre los hombros.
9. La estética athleisure puede declinarse con un perfil bajo: esto es, colores neutros, prendas básicas y mezclas muy controladas, o puede versionarse con osadía y acercarse a la estética kawaii y más raver. ¿Y cómo se suaviza el athleisure más extremo? Con un accesorio que se sitúe en el polo opuesto y sin contemplaciones: con unos coquetos kitten heels, por ejemplo.
10. Los pañuelos de seda más clásicos se reivindican también en primavera. Y lo hacen en sus formatos habituales (al cuello, en el pelo, a modo de turbante…), pero también buscando nuevos e inspiradores caminos, como convertirse en un top asimétrico que, lejos de parecer clásico, acaba resultando un hallazgo súper fresco.
11. Los zapatitos de cuadros de vichy funcionan dulcificanco el look y poniendo el acento primaveral más obvio (y también es más encantador).
Fuente: Vogue.