Abinader es graduado en Economía por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, con estudios de posgrado en Finanzas Corporativas e Ingeniería Financiera en la Universidad de Harvard y de Gerencia Avanzada en Dartmouth College.

Luis Abinader, un rico empresario y economista de 56 años, fue reelegido este domingo presidente de República Dominicana por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) para el periodo 2024-2028, un mandato para el que además contará con una cómoda mayoría parlamentaria.

Según los primeros datos facilitados por la Junta Central Electoral, el mandatario ha mejorado el apoyo que obtuvo en las elecciones de julio de 2020, en plena pandemia de la covid-19, en las que obtuvo cerca del 53 % de los votos, puesto que las cifras preliminares apuntan a que en esta ocasión ha obtenido cerca del 60 % de los sufragios, más del doble que el segundo candidato más votado, el tres veces presidente Leonel Fernández, de la progresista Fuerza del Pueblo.

Nacido el 12 de julio de 1967 en Santo Domingo en el seno de una familia acaudalada de origen libanés, Abinader es el primer mandatario dominicano nacido después de la caída de la dictadura de Rafael Trujillo (1930-1961).

Abinader es graduado en Economía por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, con estudios de posgrado en Finanzas Corporativas e Ingeniería Financiera en la Universidad de Harvard y de Gerencia Avanzada en Dartmouth College.

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Un empresario metido a político

Antes de su irrupción en la política, Abinader dedicó su vida profesional al grupo Abicor, una empresa familiar fundada por su padre, el exministro y exsenador José Rafael Abinader, que es dueña de hoteles, una universidad y una de las fábricas de cemento más importantes del país.

La primera vez que aspiró a la Presidencia de la República fue en 2016, cuando perdió ante Danilo Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y en las elecciones de 2012 fue el compañero de fórmula del expresidente Hipólito Mejía.

Asumió la jefatura de Estado el 16 de agosto de 2020 con la promesa de hacer frente a la corrupción, la impunidad, el caudillismo y el clientelismo que, según él, promovía el entonces presidente, Danilo Medina.

A pesar de no haberse mostrado partidario de la reelección continua, el mandatario acabó por anunciar su intención de volver a postularse para la Presidencia, que ha logrado retener en estos comicios con una cómoda mayoría, si bien este segundo mandato será el último que podrá ejercer, según establece actualmente la Constitución dominicana.

Después de «una profunda reflexión» que le impulsó a considerar que el país estaba por encima de su tranquilidad familiar y personal, Abinader anunció en agosto de 2023 que competiría en las internas del PRM, que ganó ampliamente, para optar a la reelección.

En estos casi cuatro años de gestión, el gobernante ha mantenido una aprobación cercana al 70 % y las encuestas le auguraban una ventaja de hasta 35 puntos sobre su rival más cercano, Leonel Fernández, quien según los primeros resultados electorales habría conseguido menos de la mitad de los votos, con un 26,94 %.

Abinader asumió el poder con una receta para reactivar la economía tras la pandemia, basada en incrementar el gasto público a través de subsidios, transferencias de efectivo y préstamos blandos para las personas y las empresas.

Y, efectivamente, ha logrado mantener la economía, que, tras un crecimiento del 2,4 % en 2023, se expandirá el doble este año, según las proyecciones de los organismos internacionales.

Pero sus opositores le acusan de endeudar al país de manera «abusiva e irresponsable» por la cantidad de préstamos que ha tomado su Gobierno, mientras persisten marcadas desigualdades sociales.

Ayuda internacional para el conflicto haitiano

Respecto al conflicto en Haití, Luis Abinader, ha sido muy claro y enfático al reconocer la gravedad de la crisis y su impacto en la República Dominicana y la región en general.

Por ello ha subrayado en varias ocasiones que la situación en Haití, caracterizada por la inestabilidad política, la violencia de las bandas criminales y la crisis económica, representa una amenaza directa para la seguridad nacional de su país.

En sus discursos ante la ONU, el hoy reelegido presidente ha pedido a la comunidad internacional que tome medidas urgentes para abordar la crisis en el vecino país, enfatizando que la República Dominicana no puede resolver este problema por sí sola y necesita apoyo internacional.

Por este motivo ha urgido a los líderes mundiales a proporcionar los fondos prometidos para apoyar la misión de seguridad multinacional que encabeza Kenia y que comenzará a desplegarse presumiblemente el próximo día 26.

Además, Abinader ha tomado medidas concretas, como el cierre de la frontera con Haití, para -según dijo- proteger la seguridad y los intereses nacionales dominicanos.

Este cierre fue en respuesta a la construcción de un canal de riego en el río Masacre por parte de particulares haitianos, lo que ha sido visto como una violación de los tratados fronterizos y un riesgo para los recursos hídricos dominicanos.

Y desde el sector feminista le cuestionan haber hecho poco o nada para impulsar la despenalización del aborto en el Congreso Nacional, controlado por el PRM, a pesar de que en la campaña para los comicios de 2020 se mostró a favor de la interrupción voluntaria del embarazo cuando ponga en riesgo la vida de la mujer, si el feto no tiene opción de vivir fuera del útero o en el caso de violación o incesto, lo que en el país se conoce como ‘las tres causales’.

Otra promesa electoral de su anterior campaña que está pendiente es la reforma fiscal, postergada desde hace años.

A comienzos de octubre de 2020, Abinader presentó un plan de reforma fiscal con nuevos impuestos para afrontar la crisis, pero lo retiró inmediatamente por las críticas y acabó por descartarlo en octubre de 2021.

El presidente está casado con Raquel Arbaje, con quien tiene tres hijas.

Fuente:EFE