Esta opinión, analiza la importancia que tiene la estabilidad monetaria para la economía dominicana, basada en la ponderación del aspecto legal y de los datos relativos al comportamiento de las variables que comúnmente se asocian a la estabilidad monetaria, tales como: la base monetaria, tasa de inflación, el tipo de cambio, la tasa de política monetaria, las tasas repos y overnight y el PIB.
Al examinar la Constitución de la República Dominicana, se puede apreciar en la parte relativa al régimen económico y sus principios rectores, específicamente en el Artículo 218 que, en el marco del crecimiento sostenible, el Estado procurará la estabilidad de precios, lo que al ser considerado con rango constitucional, revela su importancia para la estabilidad y sostenibilidad económica.
Luego, a nivel de la Ley Monetaria y Financiera, la número 183-02, en su Artículo 2, establece que: “La regulación del sistema monetario tendrá por objeto mantener la estabilidad de precios, la cual es base indispensable para el desarrollo económico nacional” y más adelante en el Artículo 15 señala entre las funciones del Banco Central: “Elaborar y someter a la Junta Monetaria el Programa Monetario, que regirá para cada año”, el que a su vez y de acuerdo con el Articulo 27, se ejecutará tomando en consideración el Artículo 2.
Alineado al propósito de la estabilidad de precios, el Banco Central como emisor, tiene la facultad, conforme al Artículo 26 de la referida ley, en su literal a) “de satisfacer la demanda de billetes y monedas representativos de la moneda nacional que circulan en el país, con objeto de garantizar el normal desenvolvimiento de las transacciones económicas”.
Al ser mandato de ley, el Banco Central elabora y ejecuta el programa monetario anual, enmarcado dentro de su política monetaria, la que desde enero del 2012 asumió el Esquema de Metas de Inflación para su implementación, mediante el establecimiento de metas cuantitativas de inflación por año.
Entonces, como se puede aquilatar, el marco legal dominicano establece claramente los dispositivos que alinean la conducción de la economía nacional sobre la base de la estabilidad monetaria, precondición para generar una expansión sana de las actividades productivas y comerciales de los sectores privado y público.
La estabilidad de precios, procura mediante el programa monetario del Banco Central, ’anclar’ las expectativas del público a una meta de inflación, así como también, la programación de la base monetaria; de igual manera, el plan macroeconómico plurianual que guía la formulación presupuestaria y parte del programa monetario, establece una tasa de cambio meta.
Naturalmente, el manejo de la política monetaria, e incluso la fiscal, descrita precedentemente, sería un reflejo de un entorno económico internacional y local amigable, que no provea causales que generen estrés y alteren el desenvolvimiento normal de la economía, como es el caso examinado aquí; contrario a la herencia dejada en el 2004, en ocasión de la crisis bancaria y, a la crisis financiera internacional que se inició en el 2007.
La Base Monetaria Restringida (BMR) a diciembre del 2018 fue de RD$ 242,828.8 (miles millones); mientras que en el programa monetario del mismo año se estableció un techo de RD$ 242,773.6 (miles de millones), lo que equivale a decir que los billetes y monedas en circulación más lo depósitos transferibles crecieron en torno al 5.9 %; quedando dentro de la franja establecida, al tiempo de ser consistente con el crecimiento del PIB en términos nominales, que fue de 8.67 %.
El resultado de la BMR es indicativo que esta variable no presionó al aumento de la tasa de inflación, originado por el lado de un incremento de la demanda de bienes y servicios ante una mayor liquidez de la economía. La tasa de inflación del 2018 fue de un 1.17 %, quedando muy por debajo del piso de la meta de inflación.
Para el cierre del 2019, la BMR se ha estimado en el programa monetario en RD$ 257,862.2 (miles de millones), para un crecimiento interanual de un 8.1 % y una meta media de inflación de un 4.0 %, más un 1.0 % de margen de error.
Por el lado de la tasa de Inflación (TI), la prevista para el 2018 fue de 4.0 % más un 1.0 % de margen de error; sin embargo, el resultado del comportamiento de los precios se situó 1.17 %; muy por debajo del piso de la meta de inflación que era de 3.0 % y más aún del techo que era de 5.0 %. Al registrar una tasa de inflación muy inferior a la contemplada en el programa monetario, es señal de estabilidad monetaria, al tiempo de ser la mejor contribución que el ámbito monetario pueda aportarle a la estabilidad general de la economía.
En cuando al tipo de cambio, en el presupuesto nacional del 2018 se previó una cotización de RD$ 51.05 al cierre del 2018; mientras, la cotización terminó en RD$ 50.48 y la depreciación monetaria registrada ascendió a un 4.3 %, siendo estos resultados cónsonos con la previsión y por consiguiente no incidiendo negativamente a la generación y propagación de inestabilidad monetaria; sino todo lo contrario.
El resultado alcanzado por el valor nominal de la moneda nacional respecto al dólar estadounidense en el mercado cambiario, entre otras causales, como las elevadas reservar internacionales netas que se situaron al cierre del 2018 en US$ 7,627.1 millones, es también una expresión de una tasa de inflación baja y estable.
Respecto a la tasa de interés de política monetaria, se movió de un 5.25 % en enero del 2018 a un 5.50 % a julio del mismo año, manteniéndose sin movimiento hasta diciembre, impulsada fundamentalmente por la baja inflación de 1.17 %. El desempeño de la tasa de interés de política monetaria del Banco Central influyó en transmitir estabilidad a la tasa de interés interbancaria ponderada, la que se situó en un rango de un 6.35 % a un 5.93 %, siendo otro indicativo de la estabilidad monetaria del 2018.
Como consecuencia de la estabilidad en la tasa de interés de política monetaria y de acuerdo al esquema de gestión de liquidez de corto plazo del Banco Central, el corredor de tasas de depósitos remunerados (overnight) y la de facilidades permanentes de expansión (repos), se mantuvieron estables, moviéndose solo en la misma proporción que la tasa monetaria que se produjo en julio del 2018 con 25 puntos hacia arriba.
Conforme a los resultados de las variables examinadas del 2018, se puede afirmar que el efecto transmisión entre ellas ha sido positivo, en la acepción de la estabilidad monetaria en un escenario con normalidad. Por el lado de la BMR no incidió en la generación de inflación y ésta no afectó negativamente al tipo de cambio, como tampoco a la tasa de interés de política monetaria y al resto de las tasas de interés bancaria.