Santo Domingo (D. N.), República Dominicana.- Andreea Celea se recuerda como la que corría descalza por el patio, se subía a los árboles, se echaba agua con una manguera y la que auxiliaba a los animales abandonados.
Vino desde Rumanía con su madre cuando tenía cinco años, en el año 2002 y se instalaron en una casa en Juan Dolio, al este de la capital dominicana.
Esta es la vida de Andreea Celea contada desde la mirada de su hermana, los momentos en la casa en que creció. Sus sueños, ocurrencias…