Es el Apóstol San Pedro quien nos anuncia la Buena Nueva de la paz de Jesucristo.

Paz antecedida por la misión de San Juan Bautista anunciando la conversión ante la manifestación del Hijo Amado de Dios, el Cordero o Siervo del Señor, de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo.

Al comulgar ahora podremos al día nuestro Bautismo. Primero pondremos al día nuestras promesas bautismales y seremos asperjados con mucha agua bendita y pasar a la mesa de los hijos amados de Dios.