Para descargarse de responsabilidad, Pekín se aferra a los estudios que han hallados supuestos anticuerpos en Italia y restos del virus en aguas de Barcelona antes de la pandemia.
China intenta descargarse la responsabilidad del coronavirus, que lleva ya más de 61 millones de contagidos y 1,4 millones de fallecidos en todo el mundo y ha hundido la economía global. Aunque la pandemia estalló en la ciudad de Wuhan en enero, cuando sus hospitales se colapsaron por una misteriosa neumonía mortal, la propaganda del régimen ha lanzado una ofensiva mediática negando que ese sea el origen.
«La enfermedad Covid-19 no empezó en Wuhan, sino que pudo haber venido a través de importaciones de comida congelada», titula el Diario del Pueblo, altavoz del Partido Comunista, en un artículo en Facebook que cita a varios expertos. Entre ellos destaca el epidemiólogo jefe del Centro de Control y Prevención de Enfermedades