En la historia se han registrado 58 ejemplos de hiperinflación. Aquí analizamos los cincos peores casos, antes del de Venezuela, en búsqueda de posibles soluciones a la crisis
Venezuela vive uno de los peores episodios de hiperinflación registrados en todo el planeta desde la Segunda Guerra Mundial.
Los precios alcanzaron un nuevo máximo en agosto, por encima del 65.000% anual, según Steve Hanke, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore (Estados Unidos), y uno de los mayores expertos en hiperinflación.
Hanke es uno de los autores de la «Tabla de Hiperinflación Mundial«, a la que el país sudamericano ingresó en noviembre de 2016. Entonces, los precios subían a un ritmo mensual del 219% y se duplicaban cada 18 días.
La situación, sin embargo, empeoró todavía más y, en un contexto de grave escasez de comida y medicina, los ciudadanos se vieron forzados a usar pilas de billetes para pagar sus necesidades básicas y diarias.
Y la introducción de una nueva moneda, el bolívar soberano, que le quitó 5 ceros a su antecesor, el bolívar fuerte, no ha solucionado el problema hiperinflacionario.
Hanke le dijo a la BBC que, incluyendo a Venezuela, ha habido 58 episodios de hiperinflación en el mundo. Te contamos cuáles fueron las cinco peores, antes de Venezuela, y cómo lograron derrotarla.
1. Hungría, 1946
Tasa de inflación diaria: 207%
Los precios se duplicaban cada: 15 horas
En julio de 1946, la inflación en Hungría alcanzó un nivel impactante: 41.900.000.000.000.000%. Es el peor caso de hiperinflación que haya quedado registrado.
Los precios se duplicaban cada 15 horas. El valor del dinero que los húngaros tenían en la cartera cada mañana quedaba reducido a la mitad por la noche, sin importar cuánto fuera. El billete más alto era de 100 trillones de pengős.
La Segunda Guerra Mundial había borrado el 40% de la riqueza de Hungría; el 80% de su capital, Budapest, estaba destruida; las vías férreas y las carreteras habían sido bombardeadas y el gobierno tuvo que pagar una indemnización millonaria después del conflicto.
El país realizó varios intentos de reanimar la divisa que llevaron a que los ciudadanos dejaran de referirse a los billetes según su valor y pasaran a diferenciarlos por su color.
El 1 de agosto de 1946, el gobierno adoptó un programa de estabilización radical que incluyó una reforma tributaria drástica, la recuperación de las reservas de oro que habían sido trasladadas al extranjero y la introducción de una nueva moneda, el florín húngaro, respaldado por sus reservas de oro y divisas extranjeras.
El florín se estrenó con un valor de 400.000 cuatrillones de pengős cada uno.
2. Zimbabue, 2008
Tasa de inflación diaria: 98%
Los precios se duplicaban cada: 25 horas
Tras aplicar a finales de los 90 una reforma agraria polémica que incluía la expropiación de tierras que pertenecían a hacendados blancos, Zimbabue sufrió un agudo declive agrícola.
La situación empeoró debido a una costosa intervención en la Guerra del Congo en 1998 y a los efectos de las sanciones que Estados Unidos y la Unión Europea le impusieron en 2002 al gobierno del entonces presidente Robert Mugabe.
En los años siguientes, los precios empezaron a subir. En noviembre de 2008, la inflación había alcanzado una tasa mensual de 79.000.000.000%.
Las tiendas incrementaban los precios varias veces al día. Esta caída económica se tradujo para la población en frecuentes recortes de agua y energía, colas en los bancos y gasolineras, y una grave escasez de comida en los supermercados.
Muchos cruzaban la frontera a Sudáfrica o Botsuana para comprar bienes de primera necesidad y el dólar estadounidense y el rand sudafricano se convirtieron en divisas de facto.
En 2009, el Banco de la Reserva de Zimbabue dejó de usar la moneda nacional y adoptó la estadounidense y la sudafricana.
3. República Federal de Yugoslavia, 1994
Tasa de inflación diaria: 65%
Los precios se duplicaban cada: 34 horas
Yugoslavia era un país formado tras la Primera Guerra Mundial por la unión de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Macedonia, Montenegro, Serbia y Eslovenia.
La crisis económica y política de la década de 1980 degeneró en guerras que acabaron dividiendo este Estado de vuelta a las naciones originarias. En 1992, solo Serbia y Montenegro quedaban unidas en la República federal de Yugoslavia.
Drenado por el conflicto y la pérdida de mercado interno, el gobierno empezó a imprimir dinero para llenar sus arcas. El gasto público descontrolado, la ineficiencia, la corrupción y las sanciones de Naciones Unidas en 1992 y 1993 empeoraron el problema.
A inicios de 1994, los precios subían un 313.000.000% al mes. La gente se apresuraba a gastar su dinero en cuanto recibían sus salarios; muchos en Serbia compraban sus suministros en la vecina Hungría. Desanimados por varios intentos de control de los precios, los agricultores paralizaron la producción.
El comercio en el mercado negro de marcos alemanes y dólares estadounidenses despegó.
Como forma de detener el descontento social y negociar el final de las sanciones de Naciones Unidas, el líder serbio Slobodan Milosevic, aceptó finalmente adoptar una nueva moneda -el nuevo dinar-, sustentada en las reservas de oro y divisas fuertes.
4. Alemania, 1923
Tasa de inflación diaria: 21%
Los precios se duplicaban cada 3 días, 17 horas
Tras la primera Guerra Mundial (1914-18), Alemania se quedó con grandes deudas y costes de reparación. El gobierno empezó a imprimir moneda en la divisa nacional, el marco, para comprar monedas fuertes y pagar las deudas.
A medida que se imprimían nuevos marcos, estos iban perdiendo valor. Pero lo peor de la crisis se produjo cuando Alemania no realizó los pagos que debía en 1923, lo que provocó la ocupación del valle del Ruhr -el corazón industrial alemán-por parte de las tropas francesas y belgas para exigir el pago en activos fuertes.
Esto provocó huelgas y detuvo la producción.
En octubre de 1923, la inflación se había disparado hasta el 29.500% mensual, con los precios duplicándose cada 3 o 4 días. Una rebanada de pan, que costaba 250 marcos en enero de ese año, subía hasta los 200.000 millones de marcos en noviembre.
La gente recogía sus salarios en maletas.
Historias anecdóticas sobre la crisis ilustran el drama: una persona dejó su maleta desatendida y cuando volvió se encontró con que le habían robado la maleta, pero no el dinero, mientras que un padre viajó a Berlín a comprar un par de zapatos y cuando llegó allí solo se podía permitir una taza de café y el billete de vuelta a casa en autobús.
Más tarde ese año, el gobierno introdujo una nueva moneda, el «marco seguro» o rentenmark, sustentado con las tierras agrarias. Los precios se estabilizaron y posteriormente los acreedores de Alemania acordaron reestructurar los pagos de la guerra.
5. Grecia, 1944
Tasa de inflación diaria: 18%
Los precios se duplicaban cada 4 días, 6 horas
La economía griega sufrió mucho durante la ocupación por parte de los países del Eje en la Segunda Guerra Mundial. Ya había sentido el impacto de varios ataques a finales de 1940, que se convirtieron en abrumadores en la primavera de 1941.
Los ocupantes se llevaron materias primas, ganado y alimentos, y el gobierno títere fue obligado a asumir los costes de la ocupación.
Una caída de la producción agrícola provocó una escasez severa de alimentos en las principales ciudades y un periodo conocido como la Gran Hambruna.
Los decrecientes ingresos impositivos contribuyeron al aumento de la inflación, que alcanzó el pico del 13.800% al mes en noviembre de 1944.
Aunque los aumentos de precios no eran tan intensos como en la Hungría o Alemania de postguerra, los esfuerzos de estabilización de Grecia duraron más.
Tras la liberación del país, en octubre de 1944, el gobierno hizo tres intentos a lo largo de 18 meses antes de lograr cierta estabilidad a través de una reforma fiscal, préstamos y la introducción de una nueva moneda
Fuente: BBC Mundo