Desde mayo del 2017 a diciembre del 2019, la Procuraduría General de la República rescató a 88 menores de edad de los 139 casos reportados como explotación sexual, tráfico ilícito de migrantes, pornografía infantil y trata de personas.

Pese a que ha disminuido la comercialización sexual de menores de edad, es una problemática socioeconómica que deja huellas latentes en las víctimas que buscan salir de la pobreza a través de oportunidades con “los dólares”.

Por Karla Alcántara

Un oleaje tranquilo da la bienvenida a los foráneos, quienes sumergen sus pies en las aguas calientes del mar Caribe y el océano Atlántico, su piel es bronceada por los rayos del sol, mientras un empleado le pregunta “¿Desea algo, míster? ¿Piña colada, mojito o una cerveza?”

El paraíso idílico del sol y playa esconde un mundo oscuro que se muestra como el antónimo de las vacaciones paradisíacas de ocho noches de los extranjeros no residentes en la región del Caribe: la explotación comercial y sexual de niños, niñas y adolescentes.

El extranjero de ojos azules, cabello rubio y con un marcado acento inglés señala a un grupo de féminas que conversan con otros turistas, quienes les enseñan accesorios que están en venta desde US$ 5 hasta US$ 40 a los vacacionistas.

“Recuerdo que me dijo que conociera su casa y le hiciera compañía, pero yo tenía que seguir vendiendo, mi mamá era ama de casa y mi papá nunca lo conocí… Ella siempre me decía que cogiera el dinero y regresara”, expresó Clara (alias para proteger su identidad).

La adolescente tenía 14 años cuando conoció a Arthur, un extranjero que frecuentaba las playas de Boca Chica. “Lo volví a ver casi todos los días y siempre me entablaba conversación, le cogí confianza y me regaló US$ 50, ahí comencé a pasar los días con él y me pagaba, yo dejaba de andar todo el día y le conté mi vida”, recordó.

Clara narró que luego le propuso ir a su hotel “era inmenso, tenía una cama propia y alimentos, me besó diciéndome que era bonita, que dejara el trabajo y me fuera con él, porque le daría a mi mamá y a mi hermana mucho dinero y no pasaría la vida vendiendo”.

Agregó que cumplió 15 años y Arthur le regaló US$ 100 “una inmensidad, era mucho dinero, compramos muchos alimentos y me compré un vestido, el mismo que usé para irme a su hotel y quedar atrapada hasta que comenzó mi calvario en el paraíso del dolor”.

Clara fue parte de las estadísticas internacionales, que cifran que 1.8 millones de niños sufren la explotación sexual a nivel global. República Dominicana no es ajena al panorama mundial.

En 2023, 44 menores de edad fueron rescatados por trata sexual, trabajo forzado, mendicidad y adopción irregular. Es decir, el 57.8 % de las 76 víctimas identificadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores (Mirex).

Un estudio de Participación Ciudadana del 2022 arrojó que Quisqueya es un país de “origen, tránsito y destino de trata”, donde el 68 % son dominicanas, 16 % venezolanas, 8 % colombianas, 4 % haitianas y norteamericanas. La mayoría de ellas, con 53 %, son adolescentes y niñas menores de 18 años, flagelo que vulnera su desarrollo e integridad física.

En el país, la práctica está penada con la Ley 137-03 sobre Tráfico ilícito de migrantes y trata de personas, que consta de tres elementos fundamentales: el acto, los medios y la finalidad.

La trata de personas con fines de explotación sexual es un delito en el cual una persona ofrece servicios sexuales de otra a terceros, y se lucra económicamente de esto, mediante el uso de fuerza, amenaza, coacción, engaño, captación y traslado, inhabilitando a la víctima en el uso de sus derechos y malogrando su dignidad.

“No supe que estaba siendo víctima hasta que conocí a unas tres chicas de diferentes lugares y con mayor edad, yo quería irme y llamar a mi mamá, pero ellas me decían que debía estar tranquila para que no me golpearan… Me decían que me iban a dar RD$ 1,000 si me portaba bien, pero yo lloraba cada vez que entraba un hombre a la habitación, no los entendía cuando hablaban”, comentó.

La abogada litigante Sonia Hernández indicó que la víctima no consiente este tipo de hecho en su contra, y aún si hubiese consentido, no se toma en cuenta a los fines de la determinación del delito, conforme establece el protocolo de Palermo 2003, que tiene la finalidad de prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños.

“Duré muchísimo viviendo en una habitación con las demás chicas, solo sabía que era de noche cuando entraba el ‘Don’ que nos indicaba con qué hombre debíamos tener sexo… Después el hombre nos movió para una cabaña porque había que pagar más, era más lucrativo, yo seguía ganando RD$ 1,000 que nunca vi, pero ellos pagaban más porque me iba antes de tiempo”, aclaró Clara.

Misión Internacional de Justicia (IJM) indicó que 132 establecimientos venden sexo con regularidad en República Dominicana. Puerto Plata, La Romana y Santiago contabilizaron 23 espacios, conformando el 11.5 % del total. A este les siguieron Distrito Nacional y Santo Domingo Este (19), Sosúa (19), San Pedro de Macorís (16), Jarabacoa (14), Bávaro (13) y Río San Juan (11). El cobro se negocia entre RD$ 1,000 y RD$ 2,000, más RD$ 1,000 que se debe pagar por salir del lugar del trabajo.

De los 132 establecimientos, IJM indicó que en 57 negocios el trabajador sexual negocia a las mujeres, 16 es el dueño del establecimiento y nueve son gerentes. Mientras, 44 carecen de intermediarios.

“Me aprendí la ruta, siempre íbamos al mismo lugar, y me tiré del carro y corrí… No me importó el dolor hasta que pedí ayuda a una señora y llamé a mi mamá”, sostuvo.

De población total (1,203) observadas en sexo comercial, se contabilizaron 27 niños, niñas y adolescentes (NNA) en situación de explotación sexual comercial (ESC), es decir, 2.2 %. De este monto, 16 niños fueron en Sosúa, siete en Santiago y tres en el Distrito Nacional y Santo Domingo Este, uno en La Romana.

El Banco Central (BCRD) y el Ministerio de Turismo (Mitur) registraron 8,058,671 no residentes que llegaron vía aérea y 2,258,941 cruceristas, para un total de 10,317,612 extranjeros que pisaron el territorio de Quisqueya por motivo de ocio durante el 2023.

Lugares como Punta Cana, Puerto Plata, Santiago y la Zona Colonial, son predilectos por los no residentes que generan lucrativos ingresos para la economía nacional. El BCRD lo afirma: los ingresos fiscales relacionados con el turismo ascendieron a RD$ 14,838 millones, además de que el renglón de hoteles, bares y restaurantes aportó RD$ 470,779 millones al producto interno bruto (PIB) nacional.

La oferta todo incluido, no solo hace de República Dominicana un paraíso idílico para los extranjeros no residentes que acogen a Quisqueya por su oferta turística, sino también mercado que ofrece sexo con menores de edad.

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Un paraíso en el Caribe que busca víctimas de la pobreza

Una de cada cuatro víctimas de trata es menor de edad, y el 70 % de ellas son mujeres y niñas a nivel global. En el país, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que el 80 % de las dominicanas víctimas de trata son mujeres y menores de edad que habitan en zonas vulnerables.

El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) señaló que 2,463,185 dominicanos viven en condición de pobreza general y 346,655 en situación extrema. De la general, 24.13 % son mujeres y 21.80 % los hombres, para una diferencia de 2.33 % puntos porcentuales.

“Puede haber distintos componentes que lleven a una persona a participar en el turismo sexual o la trata de personas “, indicó Carlos Cano, psicólogo forense y penitenciario.

Este señaló que existen rasgos antisociales o narcisistas, quienes pueden tener menos empatía y un mayor deseo de poder y control, “lo que les hace más propensos a explotar a otros y que, por otro lado, el individuo puede tener una desensibilización a la violencia, y pueden normalizar estas conductas y participar en el turismo sexual sin reconocer el daño que causan”.

El psicólogo forense sostuvo que la autoestima y búsqueda de validación puede conllevar a que alguien se involucre en estas actividades.

“Puede haber un tema de las adicciones, específicamente a la pornografía o al sexo, que busca experiencias cada vez más extremas, incluido el turismo sexual”, aseveró.

El 20 % de los viajes internacionales persigue fines sexuales y 3 % de ellos son caracterizados por pedófilos, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

De acuerdo con la investigadora especializada en estudios etnográficos, Tahira Vargas, la trata tanto con fines de explotación sexual comercial se manifestó con mayor fuerza en los municipios ubicados en zonas turísticas como: Boca Chica, Higüey, Puerto Plata y Sosúa donde son captados por adultos de nacionalidad dominicana y extranjera.

“La poca sospecha que tiene la población frente al accionar de adultos que se acompañan de niñas y adolescentes en las comunidades, más aún cuando se les percibe como turistas invisibiliza muchas de estas acciones en las que se tiende a culpabilizar a la niña-adolescente o a su familia y no al agresor que comete el crimen de explotarlas”, opinó.

Las cifras son aún más alarmantes cuando se registra desde 2017 y 2019, cuando se contabilizaron 381 víctimas rescatadas, donde los menores de edad representaron el 23 % o 88. El Mirex indicó que 368 fueron féminas y 13 hombres.

Fuente: acento.com.do