Tantos son los dominicanos en el extranjero, que sus familiares hemos aprendido a celebrar el Día de Acción de Gracias imaginando que estamos juntos a la Mesa.
Nuestro propósito es construir una Nueva Jerusalén en la que no hayan contiendas ni enfrentamientos mortales.
Un día vendrá Jesús en todo su esplendor. De ello es reflejo la Eucaristía de la que ahora vamos a participar, y recibiremos todo su poder y gloria.
Con la mirada en alto, puestos en pie, celebremos nuestra liberación…
Y al terminar la Misa vayamos a compartir el alimento que nos da el Cielo con quienes tenemos cerca y están en gran necesidad.