¡El Señor que dirige nuestros corazones para que amemos a Dios, esté con todos ustedes! Es saludo apropiado para el inicio de la Misa de hoy que nos ofrece el Misal Romano.
¿Podemos amar a Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo?.
La primera manera de amar a Dios es escucharle de forma radical en su Palabra tal como la enseñanza el Papa desde la Cátedra de San Pedro y los Obispos en su Comunión. Primer mandamiento de la Fé Católica. Lo único que tenemos para ofrecerle a fin de cuentas y al termino de nuestro vida es nuestro corazón.
Frágil el amor humano es. Muy condicionado e intermitente. Depende de tantas circunstancias, de tantas correspondencias e intereses.
Nuestros grandes amores: a Dios y a los demás.
El amor a Jesús Eucaristía quiere liberarnos de los vicios, los desatinos y los hundimientos. ¿Qué común de los mortales no tiene que combatir contra estos tres enemigos del amor?
Ya no hay que preguntar más al Maestro, ni esperar otra enseñanza de Nuestro Redentor. Está es la fuente de la vida eterna.
El ser humano que busca amar se equivoca y se queda corto en su intento, pero dice San Pablo: él único nunca pasa, no varía y siempre se hará presente es el amor de Dios.