El Joven se arrodilla ante Jesús Maestro. Su interés: la vida eterna. Pero no quería estar y seguirle en Comunidad Eucarística. Su cumplimiento de los mandamientos de Dios era excepcional. En cambio, cada uno de nosotros fallamos. Tenemos que confesarnos con frecuencia y hacer muchas obras de caridad. La muestra mayor de amor es desprendernos de todos los amores, bienes, gustos, deseos y proyectos propios para darlos a los necesitados. Esto si es amor verdadero a Jesús y a su Iglesia. San Pedro será nuestro guía en la Iglesia Apostólica, y recibiremos 100 veces más en verdaderas amistades, cálmaremos el hambre y daremos abrigo a tantos pobres. Solo así tendremos la vida eterna. ¿Qué diremos a Jesús al pedirnos: deja todo a los pobres y sígueme?.