Durante el período 2014-2019 la economía dominicana ha creado 629,586 nuevos empleos.
La economía dominicana, además de mostrar un crecimiento continuo del PIB, también lo hace en cuanto a la emisión de deuda.
El crecimiento, el desarrollo, la diversificación económica y la seguridad solo se logran con empleo inclusivo, estable, productivo y de calidad. La vinculación de la población en edad de trabajar se asocia en forma armónica con la sociedad a través del empleo y se constituye en un factor decisivo para la autoestima personal y familiar.
El empleo acompañado con las características arriba mencionadas, hace expandir el mercado interno de la economía nacional, la inversión, la base monetaria, los ingresos tributarios, los que a su vez permiten mitigar los eventuales efectos adversos que produce el entorno internacional turbulento y de no ocurrir inestabilidad externa potencia aún más la fortaleza del aparato productivo local.
Por el lado contrario, el desempleo se manifiesta de manera negativa de varias formas sobre la economía: Reduce el circulante, la demanda interna, desisentiva la inversión, crea más desempleo, resta capacidad de producción de bienes y servicios, genera deuda monetaria, reduce la recaudación impositiva y el crecimiento económico, produce pobreza y, rompe con el círculo virtuoso de la asociación armoniosa con la sociedad, anidando causales para la inseguridad de origen social.
Ante la importancia de la variable empleo en la economía, resulta de interés preguntarnos para el caso de República Dominicana: ¿Dónde crea y pierde empleos la economía?.
El mercado laboral nacional está compuesto por una población en edad de trabajar que asciende a 7,611,012, equivalente a alrededor de un 74.0% de la población total que es de 10,323,754, según la última encuesta continua de fuerza de trabajo –correspondiente a marzo- que realiza el Banco Central, de los cuales 4,937,765 pertenecen a la población económicamente activa.
Por su lado, la población ocupada corresponde a 4,649,282, de ellos en el sector formal laboran 2,242,559 y en el sector informal 2,145,924, similar a un 51.0% y un 49.0%, respectivamente; por lo que la tasa de desocupación se coloca en un 61.1%, respecto al total de la población en edad de trabajar y la tasa de desocupación abierta –con relación a la fuerza de trabajo- es de un 5.8% a marzo de 2019.
Durante el período 2014-2019 la economía dominicana ha creado 629,586 nuevos empleos, para una composición de un 65.0% en el sector formal y un 35.0% para el sector informal; evidenciando que aunque se ha ganado espacio en la formalidad del empleo, el desafío de la informalidad aún permanece.
La Organización Internacional del Trabajo, así como el Banco Central, distinguen el desempleo abierto del ampliado, el primero referido a la población que no está ocupada pero procura buscar ocuparse; en cambio, la ampliada, incluye a la abierta, más aquella población desocupada y que no agencia ocuparse. El Banco Central desde 2007 asumió oficialmente el desempleo abierto.
La tasa de desocupación abierta desde que alcanzó un 5.1% al cierre del 2017 en líneas generales ha venido presentando una tendencia creciente medida en forma trimestral. Para el primer trimestre del 2018 aumentó a un 5.3%, para luego terminar el año en un 5.8% y mantenerse en ese nivel a marzo del 2019; aunque presumiblemente para la conclusión del primer semestre del corriente año puede elevarse, dada la contracción que ha sufrido la economía en su ritmo de crecimiento, como lo atestigua la tasa de un 2.6% en la que creció el Indicador Mensual de la Economía. (IMAE) en junio y el acumulado en un 4.7%.
Al construir la respuesta a la inquietud acerca de dónde se han creado y perdido más empleos en República Dominicana, las cifras revelan que las ramas de la actividad económica en la que la población en edad de trabajar ha conseguido más oportunidades de trabajo son el comercio, la industria, educación y, en la que más se han perdido empleos son la agropecuaria y electricidad, durante los años que van del 2014 a marzo del 2019.
Se han creado más empleos
La rama de la actividad económica para los sectores formales e informales que lidera la mayor absorción de la población en edad de trabajar (15 años o más) es el comercio, que pasó de tener una fuerza de trabajo empleada de 835,949 en 2014 a 936,295 al finalizar el primer trimestre de 2019, para un aumento equivalente a 100,346 nueva ocupación.
La presencia de un 52.0% de creación de empleos en la actividad comercial por parte del sector informal sobre el sector formal le permite situarla en el lugar número 1 del ranking de generadores de puesto de trabajo; sin embargo, es indicativo de la baja calidad productiva del empleo nacional, al tiempo de ser menos estable por su naturaleza informal y estar al margen de los beneficios de la seguridad social, laboral y de salud.
En orden de importancia en el ranking le sigue con el segundo lugar el sector industrial, donde la generación de empleo aumentó en 73,280, al evolucionar de 406,967 a 480,247. El aporte del empleo informal en la actividad industrial es poco significativo, al registrar solo 4,227 nuevos empleos durante el período antes señalado.
Ocupando el tercer lugar en el ranking de creación de nuevos empleos está la rama de actividad de la educación, al generar 65,765 nuevos empleos en los últimos 5 años, al elevarse el empleo en el sector enseñanza de 209,166 en 2014 a 274,931 en 2019. El incremento del empleo en el renglón educación, tiene la triple ventaja que es de tipo permanente, de presencia muy reducida de informalidad (4,654 nuevos empleos) y de gasto público autosostenible, dado que es la base para la formación de la mano de obra instruida.
Se han perdido más empleos
Del total de las 12 ramas de actividades económicas en la que la encuesta continua de fuerza de trabajo divide a la población ocupada dentro de los sectores formales e informales del mercado laboral nacional, las actividades agropecuarias, electricidad y agua son las únicas que a lo largo del período 2014-2019 han perdido empleos.
Como se aprecia en el cuadro 2, en cuanto al sector agropecuario, la fuerza de trabajo ocupada se ha visto reducir de 429,834 a 407,804 empleos, similar a una pérdida de 22,030 personas menos en edad de trabajar que dejaron de laborar en la referida actividad; le sigue la electricidad y agua con una disminución de 1,906 empleados, al pasar de 61,001 a 59,095 ocupados.
El alto nivel de desempleo prevaleciente en el país y el liderazgo de sectores de servicios en la absorción de fuerza de trabajo en la economía local, ayudan a explicar por qué la oferta de bienes y servicios tiene un alto componente importado –que se sitúa en un 29.0 %-, al tiempo de evidenciar que el país tiene espacio para poder expandir la producción y el empleo productivo.