(AFP).-El sombrío panorama económico que deja el coronavirus en Estados Unidos empeoró este jueves cuando un reporte del gobierno dio cuenta de 4,4 millones de nuevos pedidos de subsidio por desempleo, dato que lleva el número a 26 millones de personas más en las filas del paro en cinco semanas.
Para responder a la crisis, los legisladores de la Cámara de Representantes aprobaron un paquete de ayuda por 480.000 millones de dólares que se suma al colosal plan por 2,2 billones de dólares aprobado a finales de marzo.
Esta semana los pedidos de subsidios fueron menores que la anterior, cuando 5,2 millones de personas pidieron ayuda por desempleo por primera vez, según datos revisados ligeramente a la baja por el Departamento de Trabajo.
La pandemia golpeó duramente a Estados Unidos, el país con más muertos registrados, con más 47.000.
El alza de nuevas solicitudes de subsidios por desempleo muestra que la crisis del coronavirus arrasó rápidamente con parte del empleo creado por el repunte posterior a la Gran Recesión de 2009.
Las cifras publicadas este jueves corresponden a la semana del 12 al 18 de abril. Desde que el confinamiento comenzó a paralizar la economía, la peor semana en este apartado fue la última de marzo cuando hubo más de 6,8 millones de solicitudes por desempleo.
El estado actual del empleo en Estados Unidos muestra un fuerte contraste con las cifras prósperas de febrero, cuando el desempleo se ubicaba en un mínimo en 50 años, de 3,5% de la población económicamente activa.
Las cifras de abril, que van a ser publicadas el 8 de mayo generan expectativa, ya que la tasa de desempleados podría trepar por encima del 10%.
– Una plan de ayuda aprobado con tapabocas –
Tras obtener el visto bueno del Senado el martes, la Cámara de Representantes hizo lo propio este jueves con 388 votos a favor, cinco en contra y una abstención.
El proyecto fue aprobado en una sesión marcada por el distanciamiento social y las medidas de salud para impedir la propagación del virus.
En los pasillos del Capitolio, los legisladores se pasearon con mascarillas o con las rostros cubiertos por pañuelos -como fue el caso de la líder de la Cámara, Nancy Pelosi-, o incluso cubriéndose la boca con improvisadas carpetas.
Los debates no se realizaron con el pleno y sólo se permitió a pocos legisladores presentes en la sala al mismo tiempo.
Este paquete de ayuda sigue al colosal plan por 2,2 billones de dólares aprobado a finales de marzo.
El plan para salvar empleos, aprobado por el Senado por unanimidad después de más de una semana de negociaciones entre demócratas, republicanos y la Casa Blanca, es la última iniciativa para dar liquidez a una economía perjudicada.
El nuevo tramo incluye 320.000 millones de dólares en fondos para pequeñas empresas para desincentivar que se destruya más empleo.
La ley también contempla más 75.000 millones de dólares para hospitales y 25.000 millones de dólares para ampliar la realización de pruebas de detección del coronavirus.
– Una recuperación «lenta» –
Las cifras semanales muestran que la ola de despidos continuó por quinta semana consecutiva, pese a la ayuda del Congreso.
Ian Shepherdson de la consultora Pantheon Macroeconomics destacó la caída, pero dijo que no es tan pronunciada como esperaba, aunque el total muestra una realidad «horrenda».
La firma Oxford Economics dijo que espera que el total de pérdida de empleo por la pandemia se acerque a 30 millones de puestos.
«Esperamos que la recuperación del mercado sea lenta, no esperamos que el mercado del trabajo vuelva a los niveles de 2020 hasta principios de 2022», indicó la consultora.
– Presión por reabrir –
A medida que la pandemia avanza, los gobernadores y las autoridades de salud en todo el país evalúan cómo combinar una estrategia que frene el virus y mitigar al mismo tiempo el daño a la economía.
El gobernador de Georgia, Brian Kemp anunció un agresivo plan para levantar las restricciones que buscaban frenar los contagios, y los gimnasios, peluquerías y otros pequeños negocios podrán abrir desde el viernes.
Esta estrategia le valió a Kemp un poco habitual desencuentro con el presidente Donald Trump que le expresó el miércoles su desacuerdo.
«Se podía esperar un poco», indicó el mandatario.
Una encuesta de CBS News difundida el jueves reveló que un 63% de los estadounidenses están más preocupados por el levantamiento temprano de las restricciones que por las consecuencias para la economía.
En Washington una caravana de automovilistas con mascarillas protestó contra la tendencia a reabrir la economía, sin tener en cuenta los riesgos.
«¡La gente por encima de los beneficios! ¡Reabran de una forma segura!», decían los carteles pegados en las ventanillas de los coches.