Antes y después de los Bancos Centrales asumir e implementar la Estrategia de Metas de Inflación (EMI), la credibilidad de los objetivos de esas entidades rectoras de la política monetaria ha sido materia de atención por parte del público y los agentes económicos y no es para menos, los vínculos que tienen los instrumentos de la referida política son determinantes para el curso de la inflación y economía; incidiendo para que la credibilidad se relacione con dichos resultados.
Desde que desapareció la política de control de precios y pasaron a determinarlos las fuerzas del mercado y en paralelo, el mayor entendimiento acerca del papel de la política monetaria, como la mejor forma de contribuir al crecimiento económico sostenido con estabilidad de precios; además, el reconocimiento de que, el efecto transmisión de la política monetaria se realiza por distintos canales que operan como mecanismos e influyen sobre la formación de los precios, el EMI ha venido ganando mayor respeto en la medida que ancla a la inflación.
En efecto, fundamentalmente la política monetaria dispone de varios instrumentos con los que ha incidido sobre la tasa de inflación, tales como el medio circulante, el encaje legal y la tasa de interés monetaria, haciéndose visible en este último instrumento la aparición de los distintos canales que operan como mecanismo de transmisión: el de la tasa de interés, el de crédito, el del tipo de cambio y el precio de otros activos, operando en el corto plazo sobre los precios de la economía y por su conducto en la oferta y demanda agregada.
Basado en el mandato de la Constitución de la República del 2010, que en su Artículo 228 dice: “El Banco Central, cuyo capital es propiedad del Estado, es el único emisor de los billetes y monedas de circulación nacional y tiene por objeto velar por la estabilidad de precios” y alineado a ese dispositivo, complementariamente la autoridad monetaria asumió el EMI en 2012, estableciendo como objetivo principal de su política monetaria a la tasa de inflación en el programa monetaria anual, convirtiendo de esa manera a la estabilidad de precios en el ancla nominal de la economía.
El ancla nominal de los precios, la que cuantifica la política monetaria para orientar y guiar las expectativas inflacionarias de los agentes económicos y público consumidor, aporta el referente de la meta de inflación para disminuir causales distorsionantes que puedan crear incertidumbre inflacionaria y los efectos perversos que estas podrían ocasionar sobre la estabilidad de la economía.
El EMI de la política monetaria dominicana se ha fundamentado en tres aspectos claves: Estabilidad de precios con metas cuantitativas de inflación anual, tasa de interés monetaria de corto plazo, que muestra la postura de la referida política, determinada a través de una evaluación prospectiva de las presiones inflacionarias y los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas.
Desde que se implementó el EMI en 2012, el programa monetario del Banco Central ha establecido distintas metas cuantitativas de inflación, siendo la primera de 5.5 %, más un 1.0 % de factor de ajuste hacia abajo o hacia arriba para el primer semestre; a partir de entonces, los programas monetarios la han reducido, hasta situarla para el 2018 en 4.0 % +/- 1.0 % como factor de ajuste.
Como instrumento de corto plazo, el Banco Central ha venido utilizando su tasa monetario durante el periodo 2012-2018 en un rango que se ha desplazado entre el 6.75 % en enero de 2012 a 5.50 % a octubre de 2018, evidenciándose una tendencia hacia la disminución.
Aunque el entono internacional adverso que alimentaba las presiones de la formación de precios de la economía nacional comenzaron a desaparecer en forma significativa desde el 2013, con el caso de la disminución de los precios del barril del petróleo, que luego de ubicarse en torno al precio medio de US$ 108.0 en 2012, a partir del año siguiente inicio una disminución importante, situándose en alrededor de US$ 30.0, también como precio medio en 2016; lo cierto es, que existe evidencia internacional y local de que el EMI ha contribuido a la estabilidad de precios.
En la evidencia empírica observable de la tasa de inflación de la economía dominicana, la formación de precio que precedió al EMI, el 2011, la inflación registro un nivel de 7.76 % anual, desde entonces y coincidiendo con la implementación del EMI, se ha colocado dentro de la meta cuantitativa establecida en el programa monetario del Banco Central.
Tales son los casos del 2012, que registró una tasa de inflación anual de 3.91 %, seguido en 2013 con 3.88 %, luego en 2014 de 1.58 %, después en 2015 de 2.34 %, posteriormente en 2016 de 1.70 %, en el 2017 de 4.20 % y hasta septiembre del 2018 de 1.52 %; siendo la más alta de todo el periodo 2012-2018, la del 2017, que se acercó al límite superior de la meta inflacionaria de 5.0 %.
Al registrar la tasa de inflación niveles dentro de la meta cuantitativa durante los 7 años que se ha aplicado el EMI, muestra un grado de eficiencia de un 100.0 %; permitiéndole a la economía una tasa de inflación promedio anual de 2.73 % para los años 2012 al 2018 y una inflación anclada muy por debajo del límite superior del 5.0 % e incluso, en ocasiones menor al límite inferior del 3.0 %.
La evidencia mostrada en cuanto a la tasa de inflación de la economía dominicana, es indicativo de que los precios están anclado en el marco de la meta cuantitativa de inflación, establecida y anunciada en el programa monetario de cada año; de manera que, la estabilidad y relativos bajos precios alcanzados, es señal del papel jugado por el EMI en el crecimiento económico.
En forma adicional, la desempeño de los precios al consumidor ha influido positivamente en la estabilidad de la tasa de interés activa bancaria promedio ponderado, la que para el periodo 2012- septiembre 2018, se ha movido en el rango de 15.3 % a 12.5 %.
Por su lado, la estabilidad de la cotización del precio del dólar estadounidense en el mercado cambiario dominicano ha presentado un desplazamiento desde RD$ 39.32 en 2012 a RD$ 50.02 al 18 de octubre del 2018, para una depreciación promedio anual de 3.9 %.
Conforme a los resultados mostrados por los precios, se destaca el papel jugado por la meta cuantitativa de inflación, como marco puntual de la política monetaria; su éxito es un logro nada despreciable, al que debemos seguir apostando en el marco del fortalecimiento institucional que se ha venido construyendo en el escenario nacional, al menos en los últimos 12 años en forma sostenida.