El Índice de Gini es el indicador por excelencia, utilizado para medir el nivel de distribución del ingreso monetario y que tiene por derivada la desigualdad social. Sin embargo, cuando se da a conocer su resultado estadístico el entendimiento es escaso, quizás por la poca comprensión de la escala empleada del “0” al “1”, que señala que mientras más cerca del “0” se está, la desigualdad social es menor, porque la concentración del ingreso monetario es casi nula; mientras que cuanto más próximo está del “1”, la desigualdad social y la concentración del ingreso son mayores.
Conocer las informaciones relativas a la distribución del ingreso y lograr que una economía tenga una baja desigualdad social, debe ser el principal objetivo de política pública, al tiempo de constituirse en una precondición; no solo para aceptar las cifras del crecimiento económico por parte de la población, sino porque le ofrece calidad a la expansión económica, haciendo que el crecimiento sea sostenible en el tiempo.
Cualquier ciudadano del mundo que nos visite y se concentre en el casco urbano de la ciudad capital, pensaría que es un país de clase media. Lo mismo le sucedería a un dominicano que nunca hubiese transitado por los barrios de las principales ciudades, ya que no se podría dar cuenta de que sus residentes constituyen la mayoría del país y, por lo tanto, también pensaría lo mismo: que somos un país de clase media, cuando en realidad no es así. Lo que somos es un Estado compuesto por dos países marcados cada vez más con características propias, entre la que se destaca, la de los polos de ingresos monetarios muy desiguales.
La literatura económica recoge un abundante análisis sobre el desafío que tienen las políticas públicas que abordan el tema de la concentración del ingreso, especialmente por las externalidades negativas que generan para la sociedad, como son: baja demanda, pobreza, inestabilidad social y política, disuasión para la inversión privada y la propensión a fomentar la criminalidad, entre otras consecuencias.
Una mayor forma de comprensión sobre el tema de la concentración del ingreso, podría lograrse mediante el auscultamiento de los datos arrojados por la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo, que publica periódicamente el Banco Central; pues los datos revelados agrupados por deciles, permiten apreciar los distintos niveles de ingreso que percibe la población que trabaja en las distintas actividades económicas.
Conforme a la referida encuesta, la economía dominicana cuenta con una población en edad de trabajar de 7,601,071, de la cuál 4,558,422 se encuentra ocupada en distintas en diferentes sectores económicos. Del total de la población ocupada, el 60.6 % son hombres y el 39.4 % corresponde a mujeres. Y, en lo referente a los sectores formales e informales, el 49.0 % pertenece al primer grupo y el 51.0 % al segundo; de manera que, el sexo masculino y los informales lideran la ocupación en el mercado laboral dominicano.
De los diez grupos que abarca la Encuesta Continua de la Fuerza de Trabajo, el decil 1, ofrece información que permite construir para ese segmento de la población ocupada, una percepción de ingresos monetarios de RD$52,826 al año, equivalentes a RD$4,402 al mes. En el decil 5, de RD$157,716 anual y de RD$13,143 al mes; mientras que el decil 10, recibe ingresos por RD$795,964 al año, para unos RD$66,330 al mes. La diferencia entre el decil 1 y el 10, es de RD$743,138 en el año y de RD$61,928 al mes: datos que muestran una fuerte concentración del ingreso monetario en la economía dominicana, al tiempo de evidenciar un alto nivel de desigualdad social.
Ingreso monetario por deciles, anual y mensual En RD$
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 |
52,826 | 89,440 | 112,060 | 130,052 | 157,716 | 181,064 | 217,464 | 260,936 | 355,940 | 795,964 |
4,402 | 7,453 | 9,338 | 10,838 | 13,143 | 15,088 | 18,122 | 21,744 | 29,661 | 66,330 |
Fuente: Cálculo del autor en base a datos de la web del BCRD.
El cuadro de los ingresos monetarios por deciles también permite apreciar que los primeros cinco deciles perciben ingresos mensuales inferiores al costo de la canasta básica familiar del quintil 1, correspondiente a la escala de menores ingresos, que es de RD$13,804; lo que acentúa el juicio acerca de la fuerte desigualdad social y de la franja de dominicanos que viven en una de las dos economías que tiene el Estado dominicano: “La que se caracteriza por tener insuficiencia de ingresos y déficits en el consumo y acceso a servicios básicos, y la que puede cubrir todas sus necesidades”.
La fuerza de trabajo ocupada en la República Dominicana asciende a 4,558,422 personas, conforme al dato de septiembre del 2018 de la referida encuesta. Por su labor, esa población genera un nivel de ingresos monetarios al año de RD$1,053,493 millones, de los que el decil 1, aporta el 2.2 %; el decil 5, contribuye con un 6.7 % y el decil 10, proporciona el 33.8 % del total; equivalente a que solo en el decil 10, percibe la tercera parte del total de ingresos, indicativo de la alta concentración del ingreso monetario que prevalece en la economía nacional y, además, de las dos economías que conviven en el país, la de los ingresos bajos y la de los ingresos altos.
La principal derivada de la alta concentración del ingreso monetario es la exclusión social. Por esta razón, en la República Dominicana la mitad de la población ocupada no puede adquirir en su totalidad los bienes y servicios que componen la canasta básica familiar, compuesta por 248 artículos y servicios, dividiendo de esa manera al país entre: “los que tienen y pueden, y los que no”.
Aporte de los deciles al ingreso total, en %
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 |
2.2 | 3.8 | 4.8 | 5.5 | 6.7 | 8.5 | 9.2 | 11.1 | 15.1 | 33.8 |
Fuente: elaborado por el autor en base a los datos de la web del BCRD.
Mientras la economía dominicana ha venido presentando por más de una década altos niveles de crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) en forma ininterrumpida, esta expansión no ha favorecido al desmonte de la desigualdad económica-social, con la misma intensidad que lo ha hecho la economía en su conjunto; en desmedro de una población importante que no recibe los beneficios del aumento de la economía nacional.
Se hace imperativa en la República Dominicana, una alianza a nivel de políticas publica-privada de los sectores público y empresarial, si existe interés de desmontar la desigualdad social y económica que impera en una de las dos economías que tiene el territorio nacional. Ojalá qué mejorar la distribución del ingreso monetario sea la motivación de quienes inciden en la vida nacional. De no ser así, la exposición a los distintos riesgos, como la explosión social, siempre será una amenaza para los que tienen más.