(AFP).-La inflación en Brasil aumentó en 2019 a 4,31%, un dato levemente superior a la meta oficial de 4,25% y que debe poner un alto al proceso de caída de las tasas de interés en el segundo año de gestión del presidente Jair Bolsonaro, confrontado al desafío de reactivar la economía.
El índice IPCA superó también la previsión del mercado (4,13%) recogida en el último sondeo del Banco Central (Boletín Focus) y cerró por encima de la marca de 2018 (3,75%), que había sido el segundo menor registro desde 2006.
A pesar de haber superado la meta oficial, el dato cierra dentro de los límites de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, definido por el Consejo Monetario Nacional.
La inflación de 2019 es la más alta considerando el período anual desde 2016, cuando el índice cerró en 6,29%, de acuerdo con la serie histórica del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), a cargo de la medición.
El aumento estuvo impulsado principalmente por el sector de alimentos y bebidas (6,37%). En este rubro, las mayores alzas en los precios fueron para algunos cereales en el primer trimestre del año y para las carnes en los últimos dos meses de 2019.
El sector transportes (3,57%), empujado por los costos de autobús urbano y gasolina, también impactó en el índice, así como salud y cuidados personales (5,41%).
El único grupo de los evaluados por el IBGE que acumuló un valor negativo en 2019 fue el de artículos de hogar (-0,36%).
El aumento de la inflación debe detener la disminución de la tasa de interés, que después de cuatro cortes sucesivos alcanzó su mínimo histórico de 4,5% desde diciembre, cuando el Comité de Política Monetaria del Banco Central anunció que los próximos pasos serían cautelosos.
En diciembre, la inflación alcanzó 1,15%, el mayor valor del año y el mayor resultado para un mes de diciembre desde 2002, cuando el índice cerró en 2,10%. En diciembre de 2018, la tasa fue de 0,15%, informó el IBGE.
Igualmente, el rubro de alimentos y bebidas (3,38%), impulsad por el alza de los precios de las carnes (18,06%), fue el que más impactó el índice mensual.
Brasil vive un contexto de lenta recuperación económica, después de salir en 2017 de una de las peores recesiones de su historia moderna, con dos contracciones consecutivas de su PIB de 3,5% en 2015 y 2016. En 2017, el crecimiento fue de apenas 1%.
El gobierno de Bolsonaro lanzó desde su llegada al poder en enero de 2019 un programa de ajustes fiscales y privatizaciones, con el fin de recuperar la confianza de los inversores como fórmula para dinamizar la mayor economía latinoamericana.
Aunque las proyecciones de crecimiento han mejorado según analistas, el mercado continúa atento a las nuevas reformas prometidas por el gobierno de corte ultraliberal para impulsar la economía.
A pesar del aumento, los especialistas consultados por el Boletín Focus del Banco Central estiman una inflación más baja, de 3,60%, en 2020. La meta oficial es de 4%. Para este año, el IBGE anunció cambios en la metodología respondiendo a nuevos hábitos de consumo de los brasileños, eliminando algunos artículos en desuso, e incluyendo nuevas categorías de peso en el presupuesto como manutención de mascotas.