En conversaciones coloquiales del diario vivir, al hablar, por ejemplo, de la rapidez o de la lentitud de una persona al desplazarse de un lugar a otro; de un vehículo de motor que transita de un punto a otro, o del lanzamiento de una bola de béisbol desde el montículo de picheo hasta donde se encuentra el bateador de turno; implícitamente nos estamos refiriendo al concepto de velocidad, vinculada directamente con el tiempo.
Expresado de otra forma, cuando de velocidad se trata, se interpreta como un cambio de lugar de “algo” a lo largo de un determinado período; entonces, el concepto hace referencia al espacio recorrido por unidad de tiempo de ese “algo”, que podrá desplazarse de manera rápida o lenta.
Al trasladar el concepto de velocidad al tema de la nueva deuda pública que genera la economía dominicana cada año, asumo que el saldo anual equivale a ese “algo”, cuya rapidez o lentitud puede ser medida dependiendo de la frecuencia de tiempo diaria, semanal o mensual.
El saldo total de la deuda e incluso, el saldo anual de la nueva deuda, puede disminuirse por dos razones básicas: reduciendo el déficit financiero de la ejecución presupuestaria o disminuyendo el endeudamiento. Para el caso dominicano, ninguna de las dos causales están presentes en el monto del saldo de la deuda; por un lado el déficit financiero es cada vez mayor, al pasar de RD$54,154 millones en 2008 a RD$85,046 millones a diciembre de 2017 y, por el otro lado, la deuda nueva se ha ido moviendo de manera zigzagueante, pero en general en aumento, hasta colocarse a julio del presente año en US$3,421 millones, cuando en el 2016 fue de US$2,604 millones.
Si bien es correcto afirmar que el perfil de la deuda pública del sector no financiero ha ido transformándose, ayudando a su manejo al punto que se podría hablar de un reperfil positivo de la deuda, al cambiar por tipo de acreedor sus porcentajes; el que a modo de ejemplo podemos señalar a la deuda privada que pasó de un 28.8% en el 2007 a un 63.7%, por tipología externa era de un 88.3%, ahora es de un 63.7% y por tipo de interés, la tasa fija era de un 53.1%, mientras que en la actualidad es de un 86.3%; no menos cierto es que, el saldo total ha aumentado de US$3,243 millones en el 2000, a mayo de 2018 a US$30,376 millones o su equivalente de un 13.5% del producto interno bruto (PIB), a un 38.8%, también del PIB.
El saldo de la nueva deuda pública anual que se ha venido generando a lo largo de los últimos años en la economía nacional, ha continuado durante el 2018 y aunque en todos los casos se alegue que está contemplado en la ley de presupuesto anual, corresponde decir precisamente que, debido a las razones de déficit presupuestario y servicio de la deuda del sector público no financiero, que se sitúan en RD$86,899 millones de déficit financiero, de amortización de los pasivos por RD$63,427,986 millones y por intereses RD$134,663 millones, estos dos últimos equivalentes al 29.0% del total del gasto público del año en curso, el endeudamiento ha crecido.
Evolución deuda pública por año y velocidad de la deuda |
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2012 | 2014 | 2016 | 2018 | |
Deuda/Millones US$ | 2,870 | 606 | 2,604 | 3,421 |
Velocidad Deuda/Día US$ | 7,863,013 | 1,660,273 | 7,134,246 | 9,372,602 |
Velocidad Deuda/Semanal US$ | 55,192,307 | 11,653,846 | 50,076,923 | 65,788,461 |
Velocidad Deuda/Mes US$ | 239,166,666 | 50,500,000 | 217,000,000 | 285,083,333 |
Fuente: Cálculos del autor en base a datos de la Dirección General de Deuda Pública. |
Como puede apreciarse en el cuadro, el monto de la deuda pública ha ido creciendo, con excepción del 2014. Para el caso del 2018 hasta el séptimo mes, el Estado dominicano ha contraído compromisos de financiamiento internacional por un monto de US$3,421 millones, de los cuales corresponden a febrero US$1,822 millones; a los que también se suman los aprobados en el Congreso de la República por US$50.0 millones para la eficiencia tributaria, después en junio US$249.0 millones para la construcción de la Presa de Monte Grande y el más reciente aconteció el pasado 11 de julio, cuando el Ministerio de Hacienda anunció la colocación en los mercados internacionales de US$1,300 millones de bonos soberanos.
Al medir la velocidad de la deuda pública dominicana para cada una de las frecuencias de tiempo, se observa que el monto de la velocidad ha crecido, al pasar de US$7,863,013 por día, en el 2012 a US$9,372,602 para el 2018; por semana se movió de US$55,192,307 a US$65,788,461 y la mensual de US$239,166,666 a US$285,083,333 para iguales años.
Los resultados descritos con anterioridad indican que el tema de la deuda pública dominicana es preocupante, no sólo por el aumento de su tamaño, sino por la velocidad con la que ha estado expandiéndose.
El desplazamiento en el tiempo de la deuda del sector público no financiero lo ha estado haciendo más rápidamente que lentamente, situación que aleja la posibilidad de ir desmontando los compromisos ya contraídos y provocando, a su vez, que hasta que no se produzca un cambio de política económica pública que revierta el desbalance fiscal estructural que exhibe la formulación y ejecución presupuestaria, y dependa menos del auxilio del ahorro externo para las inversiones el saldo de la deuda, así como la velocidad de su crecimiento; se podría continuar agravando potencialmente la situación fiscal, la que posteriormente podría también ocasionar una crisis de deuda.
De aumentar la velocidad de la deuda contraída a más de 9 millones de dólares diarios, o a más de 65 millones semanales o su equivalente, a más de 285 millones mensuales, el país, económica y socialmente se expone a mayores niveles de riesgos.