Víctor Mateo Vásquez, abogado y catedrático.

POR VÍCTOR MATEO VÁSQUEZ

Santo Domingo (D.N.), República Dominicana.- Los derechos de Propiedad Intelectual juegan un rol importante en el ámbito comercial, sin duda alguna. Sin embargo, pese a su gran auge en materia empresarial, el peso de tales derechos se vincula de manera directa con el desarrollo y crecimiento económico de la gran mayoría de países.

Vivimos en un mundo globalizado, interconectado segundo tras segundo.  Nada nos es ajeno. Todo lo concerniente al estímulo del ingenio creatividad del hombre, se debe a la protección que concibe la Propiedad Intelectual. Es, pues, motivo de estudio indagar en aquellos aspectos que inciden de manera directa e indirecta para medir el crecimiento socio-económico, vinculando los derechos de Propiedad  Intelectual.

Hay que destacar el criterio del reconocido pensador norteamericano Alvin Toffler, quien en 1990 en su libro Las Guerras del Futuro, cita el proceso mundial que todavía se sigue viviendo: transformación y modernización de la sociedad, caracterizada por la globalización de los mercados y por la idea de que, aunque existen divisiones geográficas y políticas, el mundo se está convirtiendo en una sola comunidad o mejor dicho, en una «aldea».

Para el destacado periodista, escritor y comunicador Andrés Oppenheimer, autor de diversos textos donde expone la cruda realidad latinoamericana, muchos países de dicha región poseen un potencial enorme de talento. Sin embargo, indica el reputado argentino, que no existe duda alguna que un mal clima de negocios, burocracias infernales y la corrupción son grandes trabas que afectan el surgimiento de empresas tecnológicas en países con legislaciones que dificultan el emprendimiento.

A medida que se garantizan los derechos de Propiedad Intelectual, mayor es el nivel de crecimiento económico de aquellas naciones que procuran regular y proteger la creatividad del hombre. No es coincidencia que los países desarrollados sean quienes más inviertan
tiempo, esfuerzo, capacitación y recursos monetarios para optimizar la seguridad jurídica en tal sentido.

Las patentes de invención dinamizan las industrias. Cada vez que se otorga una patente, el país que la concede gana prestigio y reconocimiento internacional. Eso hace que las exportaciones crezcan y las economías se fortalezcan.

El hecho de que grandes empresas multinacionales procuren establecerse en diversos países, democratiza la inversión de capital. Para una empresa grande o muy reconocida situarse en un país distinto al de su origen, incentiva el sector empresarial, puesto que una de las formas de entrada o selección del país meta es a través de licencias de franquicias. Esto genera empleos, requiere de capacitación y formación en menesteres relacionados a partir del Know How o como se conoce en español, aquellos conocimientos técnicos y administrativos que hacen alusión a secretos empresariales.

En fin, promover políticas en materia de Propiedad Intelectual debe ser el norte.