El diario escribió en su editorial que, “a medida que Haití se hunde cada vez más en el pandemónium, con gran parte de la capital sojuzgada por disparos y guerras de pandillas, ha recibido entregas recientes de Estados Unidos de dos productos básicos que solo pueden contribuir a su derrumbe: armas y deportados”.
Esas exportaciones, opina el equipo editorial, “son el último síntoma de la cruel indiferencia y la miopía moral del mundo con respecto al país más pobre del hemisferio occidental”.
La iglesia dijo no tener conocimiento de dicho encargo.
La segunda respuesta de los Estados Unidos a la situación haitiana, según el Washington Post, es un avión de deportados que voló días después desde el estado de Louisiana hasta Puerto Príncipe. Se cuentan ya 120 aviones de deportados hacia Haití sólo este año.
“Desde que la administración Biden asumió el cargo, ha enviado al menos a 26,000 inmigrantes haitianos a su país de origen… Según grupos de defensa, alrededor de una quinta parte de los deportados han sido niños; cientos eran bebés menores de 2 años”, argumenta el periódico norteamericano.
Los editores del Washington Post aseguran que una solución haitiana al problema de ese país es una quimera y advierte que “sin una fuerte intervención internacional, el sufrimiento del país se va a profundizar”.
“Ignorar esa realidad es ser cómplice del desprecio del mundo por la angustia de Haití”, rematan en la oración final.
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