Por Jeanne Sahadi
Se trata de preguntas viejas: ¿Cuánto necesitas para sentirte seguro desde el punto de vista financiero? ¿Y cuánto necesitarías para sentirte rico?
Más de 2.500 adultos estadounidenses dijeron que necesitarían ganar, en promedio, US$ 233.000 al año para sentirse financieramente seguros y US$ 483.000 anuales para sentirse ricos o alcanzar la libertad financiera, según una nueva encuesta de Bankrate.
A modo de comparación, los ingresos medios de un trabajador a tiempo completo durante todo el año en 2021 fueron de US$ 56.473, según la Oficina del Censo de EE.UU..
Por supuesto, no hay una respuesta objetiva o «correcta» a estas preguntas. Lo que se necesita para que una persona se sienta cómoda desde el punto financiero puede depender mucho de sus experiencias de la primera infancia con el dinero, de cuánto perciben que tienen los que les rodean, de su situación financiera actual, del coste de la vida en su zona y, si han pensado en ello, de lo que es más importante para ellos en la vida.
Además, unos ingresos elevados no garantizan necesariamente la seguridad financiera si se vive al día, no se ahorra mucho y se tienen deudas importantes.
Lo mismo ocurre si te sientes inseguro sobre tus perspectivas económicas.
En la encuesta de Bankrate, el 72% afirmó no sentirse seguro económicamente en la actualidad, aunque el 46% dijo que esperaba sentirse así algún día.
Entre las razones citadas para no sentirse seguros en la actualidad figuran la elevada inflación (63%), el entorno económico (48%), los ahorros insuficientes para casos de emergencias (42%), los ahorros insuficientes para la jubilación, la subida de las tasas de interés (36%), los salarios bajos o la escasa movilidad profesional (33%), el endeudamiento elevado (26%) y la asequibilidad de la vivienda (25%).
Reforzar la seguridad financiera
Sea cual sea tu situación financiera en este momento, hay muchas formas de mejorarla si te centras en lo que está bajo tu control. Estas son algunas de ellas:
Haz que sea lo más fácil posible pagar la deuda de tu tarjeta de crédito: busca una tarjeta de transferencia de saldo que te ofrezca una tasa inicial del 0% durante un máximo de 21 meses y, a continuación, haz un plan para pagar la totalidad o la mayor parte de lo que debes en ese periodo de tiempo antes de que vuelva a aplicarse una tasa elevada.
Aprovecha al máximo las ventajas que te ofrece tu empresa: combinadas, pueden ahorrarte mucho dinero (por ejemplo, reembolso de matrículas, ayuda para préstamos estudiantiles, además de subvenciones o descuentos para todo tipo de servicios, desde asistencia jurídica y asesoramiento y terapia financiera hasta cuotas de gimnasios, viajes, desplazamientos y vacunas antigripales gratuitas).
Sin embargo, una de las ventajas más valiosas es probablemente la aportación paralela que tu empresa puede hacer a su plan 401(k). Por tanto, intenta ahorrar al menos lo necesario para obtener la aportación completa. Y si tienes 50 años o más, también puedes aprovechar las aportaciones de recuperación que puedes hacer cada año, que no solo pueden reducir su factura fiscal del año en curso, sino que pueden ofrecerte una aportación de contrapartida aún mayor por parte de su empresa.
Y una forma de potenciar tus propios ahorros para la jubilación es aumentar tu tasa de contribución cuando te suben el sueldo.
Cuando estás entre la espada y la pared, clasifica tus facturas: si un mes no puedes pagar todas las facturas, hay formas de minimizar las consecuencias negativas. Empieza por comunicar claramente su situación a los acreedores lo antes posible.
Busca un trabajo mejor pagado si no estás contento en el que tienes: investiga para asegurarte de que recibes un salario competitivo para el puesto que deseas. Eso significa, en primer lugar, calcular cuál es tu paquete retributivo actual (incluido el valor de los subsidios del seguro médico, las aportaciones al plan 401(k), las opciones sobre acciones, el tiempo libre retribuido, etc.). Así podrás compararlo mejor con lo que podría ofrecerte una organización que quiera contratarte.
Aprovecha también las nuevas leyes de transparencia salarial de muchos lugares. Cada vez es más frecuente que los empleadores tengan que incluir una banda salarial en sus anuncios de empleo.
Esos rangos, aunque no son la última palabra sobre lo que te pueden pagar, al menos te darán una idea más clara de lo que se considera un salario competitivo para el tipo de puesto que buscas, y al menos establecerán el mínimo que debes esperar que te paguen.
Después, prepárate para negociar por tu cuenta cuando recibas una oferta de trabajo.Entre los mejores consejos de los negociadores: en primer lugar, entiende las motivaciones y limitaciones de la otra parte y mantén tus emociones bajo control en todo momento.
Gasta dinero en lo que más te importe: si tienes claro qué es lo que más te importa, te resultará más fácil reducir el gasto en cosas que realmente no te importan pero que se han convertido en un hábito.
Fuente: CNN en Español