El segundo domingo de Navidad es para nuestra Comunión expresa con el Verbo Divino que estaba desde el principio junto a Dios. La vida y la luz verdadera de los hombres que brilla en la tiniebla. Hizo el mundo, su casa, a ella vino y los que le reciben los hizo hijos nacidos de Dios.
La Carne y la Sangre de Cristo es su Gloria misma. Solo gracia sobre gracia podemos recibir de Él.
A Dios le vemos en la Eucaristía. Esa es la muestra del amor y la verdad de Dios.
A Dios le vemos en aquellos que cumplen la ley de los mandamientos que demuestran el respeto, la consideración y la caridad con las personas con las que vivimos en sociedad humana.
Mañana celebraremos a los Santos Reyes Magos, la manifestación del Niño Dios y su Santísima Familia a los hombres de toda raza, credo y cultura para poder retornar al mundo que necesita del Salvador pobre, frágil y sirviente, que sigue sin saber que este es el verdadero Rey de Israel.