La semana que antecede al Nacimiento de Niño Dios es para celebrarle en la Santa Misa con todos los títulos que le corresponden por ser Dios Todopoderoso y a la vez Hombre Pobre.
El Señor nuestra Justicia viene, el Hijo Adoptivo de San José, el Esposo de la Siempre Virgen María, el hombre Justo, quien recibe, como cabeza de familia el Anuncio que traerá sosiego a su alma.
San José sabe, por su conocimiento de las Escrituras y su Comunión de Fe con el Dios de Israel que aquello que le depara forjar con su familia no será fácil.
Dependerá de su obrar en silencio santo y casto la salvaguarda de su familia y de la humanidad.
Le ha sido revelada la identidad del fruto del Vientre de la Virgen: Emmanuel, el Dios que en la Eucaristía siempre estará con nosotros hasta el final y al que como pastor del Cordero de Dios por nacer le corresponde imponer el nombre de Solo Dios Salva (Josué o Jesús).
A los guachimanes, muchos de avanzada edad, que pasan sus días y madrugadas a la intemperie, lejos de sus familias en estas fechas sobretodo, en peligro constante y sin alimento, hemos de mejorar sus condiciones laborales.
A los empleados que deben salir de sus hogares de madrugada bajo lluvia, calor, frío, oscuridad y riesgos, y vuelven a deshoras a una familia con múltiples problemáticas a la que abandonan por un misero sueldo es nuestro deber mejorar sus vidas con facilidades de transporte, horarios flexibles y mejores sueldos.
¡San José, enséñanos a vivir la Navidad como lo hiciste con tu Familia Sagrada, tan parecida a la nuestra!
María, Virgen expectante, ¡aumenta nuestra esperanza!