La incertidumbre sobre una salida ordenada de Reino Unido de la Unión Europea (UE) seguía planeando el martes en el bloque tras un nuevo intento para despejar las dudas británicas sobre el acuerdo del Brexit a menos de un mes de la separación.
La reunión de cuatro horas en Bruselas entre los equipos del negociador europeo Michel Barnier y británico Stephen Barclay, que contó con la presencia del fiscal general británico, Geoffrex Cox, se saldó por el momento sin ningún anuncio sobre su resultado.
Barclay había expresado sin embargo su disposición a «llegar a un acuerdo» antes de viajar a Bruselas por cuarta vez en 22 días con el objetivo de lograr las garantías necesarias para que Westminster apoye el acuerdo cerrado con Bruselas en noviembre.
Este es el objetivo asumido por la primera ministra británica, Theresa May, desde que los diputados británicos rechazaran en enero el acuerdo de divorcio por su oposición a la salvaguarda irlandesa.
Este mecanismo, incluido en el Tratado de Divorcio, busca evitar la instalación de una frontera para bienes entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte, así como proteger el acuerdo de paz de Viernes Santo de 1998 que puso a fin a décadas de sangriento conflicto.
Sin embargo, reforzados por los informes de Cox, los diputados británicos temen que a causa de este mecanismo Reino Unido quede atrapado en las redes de un territorio aduanero con la UE que le impida negociar acuerdos comerciales con terceros.
De cara a despejar las dudas de Westminster, el fiscal general podría ser de nuevo clave. Su trabajo se centra en garantizar que la UE no podrá retener «indefinidamente» a Reino Unido en la salvaguarda, aseguró el lunes un portavoz de la oficina de Theresa May.
Pero el tiempo se acaba. Para el 12 de marzo, la ‘premier’ británica debe presentar de nuevo a su Parlamento el acuerdo de divorcio junto a las eventuales garantías obtenidas de la UE. Si lo rechazan, el 13 de marzo les preguntaría si quieren un Brexit sin acuerdo.
Si los diputados británicos descartan ese día salir de la UE de manera abrupta, deberán pronunciarse el 14 de marzo sobre una propuesta de prórroga «limitada» de la fecha de salida, idea que May acabó poniendo sobre la mesa ante la presión de algunos ministros.
Cox se convirtió en «el actor importante» en la situación actual de la negociación de cara a convencer al Parlamento británico, según una fuente diplomática. Si se logra un resultado exitoso, «May podría venir a Bruselas antes del día 12», agregó.
Pero, ¿cómo conseguirlo? En una entrevista a varios diarios europeos, Michel Barnier aseguró el sábado que las garantías pueden pasar por un «documento interpretativo» que podría agregarse al acuerdo de divorcio y a la declaración política que lo acompaña.
El negociador europeo descartó sin embargo dos opciones planteadas por Londres -crear una cláusula unilateral de salida de la salvaguarda o limitarla en el tiempo- ya que, a su juicio, restaría «credibilidad» a este mecanismo de último recurso.
Preguntado por si Londres seguía exigiendo ambos puntos, el canciller británico, Jeremy Hunt, indicó este martes a la BBC su voluntad de ser «flexibles» para evitar la salvaguarda, con una solución que podría pasar por un «mecanismo de arbitraje justo».
Por ahora, varios escenarios parecen abiertos, desde una salida con acuerdo a un Brexit abrupto, pasando por una prórroga de la fecha de salida que gana fuerza.
Si May logra aprobar el apoyo de Westminster al acuerdo el 12 de marzo, se necesitaría una extensión de «algunas semanas» para terminar el proceso de ratificación, según la fuente europea, para quien la UE no tendría problemas en acordarla.
Pero si Reino Unido pide una extensión ya que su Parlamento rechazó el acuerdo de divorcio, el visto bueno de la UE «dependerá de la duración y de la finalidad», precisó. Esto será una cuestión «para la cumbre» de la UE prevista el 21 y 22 de marzo, agregó.
Mientras tanto, a ambos lados del Canal de la Mancha, los distintos gobiernos se preparan para enfrentar las consecuencias de un divorcio abrupto. El Banco de Inglaterra advirtió que este podría desestabilizar el sistema financiero.
Fuente: Afp.com