Con su nuevo ministerio de Comunicaciones, el presidente brasileño Jair Bolsonaro pretende restaurar la imagen de su gobierno, sacudido por una crisis política que podría costarle el mandato.
La designación del titular de esa cartera dista de ser trivial: Fabio Faria, de 42 años, es yerno de Silvio Santos, dueño de la televisora SBT, una de las mayores del país.
Joven, apuesto y carismático, Faria insistió -al asumir el cargo la semana pasada- en la necesidad de «pacificar» el país y propuso un «armisticio patriota» para combatir el coronavirus en el país más golpeado por la pandemia después de Estados unidos.
Todo un contraste con el tono belicoso de un Bolsonaro impulsivo y escéptico del coronavirus. Siempre en conflicto con el Congreso, la corte suprema y los gobernadores que aplicaron medidas de confinamiento para frenar la pandemia.
Desde el inicio de su gobierno en 2019, el mandatario ultraderechista mantiene además relaciones tirantes con la prensa, a la que suele tratar con desprecio -llegó a afirmar que los periodistas son «una especie en vías de extinción»- y la cual cuestiona sus palabras y sus actos.
– «Propaganda» –
Para dar una imagen más respetable del gobierno, Fabio Faria deberá imponerse ante el denominado «gabinete del odio», dirigido, según los medios, por Carlos Bolsonaro, el tercer hijo del presidente.
Este grupo informal, que opera desde el palacio presidencial de Planalto, es el origen de campañas incendiarias en las redes sociales contra los enemigos de Jair Bolsonaro. También es sospechoso de publicar informaciones falsas.
Bolsonaro «está dispuesto a mejorar su imagen y su relación con los [otros] poderes» y «su principal desafío será facilitarle la gobernabilidad», dijo a la AFP el consultor político André Rosa.
Otra ventaja del nuevo ministro: es diputado del denominado «centrao», un grupo de unos 200 diputados (sobre un total de 513) procedentes de una decena de partidos centristas y conservadores.
El voto de esos legisladores sería decisivo si llega a abrirse un proceso de impeachment contra Bolsonaro, bajo sospecha, entre otras cosas, de interferir en investigaciones policiales contra su círculo más cercano.
«En un gobierno lleno de militares [10 de 23 ministros], la fluidez de la comunicación es más difícil y la figura de Fabio Faria, mucho más carismática, da más garantías al legislativo», agrega André Rosa.
«Es un área que dejaba que desear. La guerra de la información es muy importante y resolví volver a crear el ministerio de Comunicaciones», dijo Bolsonaro hace dos semanas.
«Recreado el ministerio de la Propaganda. ¿Cuál será el próximo?», ironizó en un tuit Sergio Moro, que renunció en abril a su cargo de ministro de la Justicia.
Un comentario que remite a regímenes totalitarios y al Departamento de Prensa y Propaganda creado en 1939 por el presidente Getulio Vargas durante el Estado Nuevo, un régimen de inspiración fascista, para silenciar a la prensa y difundir masivamente la ideología del gobierno.
El ministerio de Comunicaciones fue creado en 1967, en plena dictadura militar, y operó hasta 2016, cuando fue absorbido por el de Ciencias y Tecnologías durante el mandato de Michel Temer.
– El 5G en la mira –
El ministerio también será responsable de adjudicar la concesión de frecuencias a los canales de televisión y del presupuesto del gobierno en publicidad institucional en los grandes medios de comunicación.
El presidente ha amenazado varias veces a los diarios y canales más críticos con su gobierno de privarlos de esos recursos.
«Bolsonaro quiere claramente acercarse a ciertos sectores de la prensa que son más favorables al gobierno», estima Fernando Nogueira, especialista en administración pública de la Fundación Getulio Vargas.
La Federación Nacional de Periodistas de Brasil (Fenaj) denunció en un comunicado un «conflicto de intereses» tras el nombramiento de Fabio Faria, debido a sus vínculos estrechos con los mayores magnates de la televisión.
Desde su elección en 2018, el presidente concedió varias entrevistas a SBT y a Record -propiedad de un poderoso pastor evangélico-, en un claro desprecio a TV Globo, que tiene la mayor audiencia de Brasil y se muestra muy crítica con el gobierno.
El ministerio también deberá convocar las licitaciones vinculadas a las telecomunicaciones, como la apertura de ofertas para el 5G prevista en 2021, con el gigante chino Huawei en ‘pole position’, aunque cuestionado por el gobierno del estadounidense Donald Trump, un aliado de Bolsonaro.
Fuente: Agencia Francesa de Prensa