La comunidad internacional se mantuvo firme este sábado en su respaldo al Parlamento venezolano, pese a la confusión reinante entre las filas opositoras tras los vaivenes del viernes en torno a la «presidencia interina» declarada por Juan Guaidó. A la cabeza de los gobiernos de la región, Chile reafirmó su «irrestricto apoyo a la Asamblea Nacional, único poder del estado legítimo y elegido democráticamente», incluyendo un espaldarazo a su presidente en el «ejercicio legítimo de sus atribuciones presidenciales».
«Es hora de comenzar la transición ordenada hacia un nuevo gobierno», animó el Departamento de Estado de EEUU, quien a la vez hizo un llamado a las fuerzas de seguridad y a los militares para que «respeten todas las protecciones que la Constitución le otorga a Guaidó».
El gobierno de Washington no dio su apoyo explícito a la figura de «presidente interino», usada con ambigüedad calculada por Guaidó durante el viernes. El presidente de la Asamblea Nacional optó por una solución intermedia: «Asumir las competencias» de un presidente que ya no tiene legitimidad, pero que dispone de todos los poderes, y convocar al pueblo, al Ejército y a la comunidad internacional para conformar un gobierno de transición y convocar elecciones; pero, a la vez, no realizar un gran acto de juramento, como le reclama una parte de la oposición.
Su iniciativa generó tantos aplausos como dudas, además de sorpresa y, sobre todo, confusión. Guaidó mantiene comunicación fluida y diaria con los principales líderes del Frente Amplio, incluido el preso político Leopoldo López.
Brasil fue el primer país que se lanzó a dar su apoyo expreso a Guaidó por «asumir constitucionalmente» la presidencia de la República. La fiscal rebelde Luisa Ortega, desde su exilio en Bogotá, precisó su apoyo al «nuevo presidente interino de Venezuela. La fuerza armada tiene ahora el deber constitucional de reconocerlo como su comandante en jefe y reivindicarse ante la Historia».
Sabedores de que caminan al borde del abismo, Guaidó y su equipo no durmieron el viernes en sus viviendas, extremando así sus medidas de seguridad. Ninguno de ellos sabía dónde estaba el otro. CNN aseguró que varias embajadas latinoamericanas se habrían ofrecido para albergar al presidente legislativo, y a su familia, si decidiera optar por una juramento que la revolución no aceptaría.
Las amenazas se desbocaron en las últimas horas, con la radical Iris Valera, ministra de Asuntos Penitenciarios y que forma parte del círculo de poder madurista, a la cabeza: «Guaidó, ya te acomodé la celda, con tu respectivo uniforme. Espero que nombres rápidamente a tu gabinete para saber quiénes te van a acompañar, muchacho pajúo (alguien que dice tonterías)». Pedro Carreño, mano derecha del radical Diosdado Cabello, adelantó parte de la estrategia bolivariana, al «recomendar» a Guaidó que «apruebe» (se juramente presidente) y así «le pongan los ganchos (esposas)».
El primer sondeo hecho público tras la autojuramento apunta que el Parlamento se mantiene como principal esperanza de cambio para el 64,6% de los encuestados por Hercón. Por el contrario, el 75,1% de los venezolanos considera que el «hijo de Chávez» debería renunciar.
Fuente: El Mundo.es