En muchas partes de España, como en la ciudad de Madrid, siempre cae una tapita: frutos secos, papas fritas, quesos. Y en Andalucía la tapita es más bien tapaza!!: raciones de guisos, ensaladillas, embutidos o fritangas te solucionan la comida si te pides un par de cervezas. . Los visitantes de otros países (sobretodo anglosajones y norteamericanos) no dan crédito y no saben si pagar o abrazar al camarero.
Después de cerrar 3 bares y 2 discotecas, hay una parada obligatoria: la churrería. Es el colofón que cierra una noche de haberlo dado todo. Una capa de cacao y aceite es el mejor somnífero para dormir como un bebé. Pero, ¿a quién se le ocurre meterse semejante dulce pesado entre pecho y espalda tras una noche de desfase etílico? ya lo sabes, a los españoles!!.
El pan en España es religión. Se usa el pan como cuchara, tenedor, cuchillo y plato. Se moja en todas las salsas y con sopas habidas y por haber, rebaña todos los platos, se usa como base para embutidos, tortillas, carnes o pescados y hasta hay quien acompaña una ensalada o la paella con un buen trozo de pan. Estamos seguros que existen españoles que consumen más pan que agua al final de una semana.
En media Europa a las 8 de la noche ya han cenado. En EE.UU o el Reino Unido incluso a las 7 de la tarde ya cierran el estómago. En España la cena vive en un limbo temporal: quién sabe si hoy se cena a las 8:30, a las 9:00, a las 9:30, a las 10:00 de la noche o si has cenado fuera al salir del trabajo y te vas directo a la cama. ¿A qué hora se cena en España? Entre las 8 de la noche y la 1 de la madrugada. Es una respuesta ambigua, pero es la pura verdad.
Mucho cuidado con intentar tocar un solo ingrediente de recetas tradicionales como la paella. Que si con sofrito, que si con mariscos, que si con chorizo. Te arriesgas a las críticas más feroces. Tres cuartos de lo mismo con la tortilla: “¿con o sin cebolla?” es la pregunta que divide a un país. Modificar la receta original de la paella o la tortilla pueda suponer una ofensa nacional. Se cambia de gobierno y de pareja, pero no de paella.
Lo de la siesta es entre un mito y un sueño idílico. Casi nadie pasa por casa a la hora de comer, tan solo unos pocos privilegiados que pueden dormir media horita para cargar pilas antes de volver al trabajo. La siesta se ha convertido en deporte de fin de semana y a veces se te va de las manos y uno se despierta 4 horas más tarde. Existe la extraña sensación que la siesta es eso que el mundo cree que hacen los españoles cada tarde y que casi nadie hace.
En las comidas familiares o entre amigos, lo mejor viene al terminar de comer. Estómagos contentos y vino dentro, la conversación se relaja, café y digestivos en mano, y se puede alargar hasta la cena y vuelta a empezar. Muchos, muchísimos negocios se cierran en una sobremesa. Lo saben bien los empresarios con experiencia. Los restaurantes ya no saben qué hacer para acabar con las sobremesas. Es igual que ya no sirvan cafés, que apaguen las luces o que el personal cambie el turno. Una sobremesa es sagrada.
En España lo de desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un pobre se hace. Pero al revés. El tiempo que se invierte en el desayuno suele ser prácticamente nulo y es un grave error. Hay quién se toma el café con leche antes de salir pitando por la puerta. Y hay quien se lo toma en el trabajo, acompañado de algún bocado dulce o salado. El resultado es un apetito salvaje a media mañana que comporta atracones muy poco recomendados a la hora del almuerzo.
Aunque en España los inviernos no son muy duros, a nadie le apetece beber agua helada. Así que cuando en el bar te preguntan cómo quieres el agua, la pides “del tiempo”, o sea, sin refrigerar. Por cierto, olvídate del vaso de agua gratis. Aquí el agua se paga (casi) siempre.
Es tu cumpleaños, montas una fiesta, te hacen regalos y todo (o casi todo) lo pagas tú. ¡Que viva el cumpleañero! Mucho tacaño no dice nada para evitar pagar la ronda o la cena. No es broma: hay gente que se deja un dineral invitando a los amigos a una buena cena y no recibe ni un mísero regalo de vuelta.
Fuente: 20 Minutos