Varias figuras del movimiento prodemocracia hongkonés fueron arrestadas el viernes, entre ellas Joshua Wong y tres diputados, una redada denunciada por asociaciones como un intento de China de amordazar a la oposición tras la prohibición de una nueva gran manifestación prevista para el sábado.
La región semiautónoma atraviesa desde hace casi tres meses su crisis más grave desde su retrocesión a China en 1997, con manifestaciones y acciones casi diarias, algunas de las cuales acabaron en enfrentamientos.
El sábado estaba prevista una nueva protesta por el quinto aniversario del rechazo de Pekín a organizar elecciones con sufragio universal en la ciudad, decisión que desencadenó el «Movimiento de los Paraguas» en 2014, marcadas por 79 días de ocupación del centro financiero y político de Hong Kong.
Pero después de la confirmación de prohibir esta concentración, los organizadores retiraron el viernes su convocatoria para no agravar la situación. En cambio, se estarían preparando otras iniciativas.
Dos de las grandes figuras del «Movimiento de los Paraguas», Joshua Wong y Anges Chow, los dos de 22 años y muy populares en el seno de la protesta actual, fueron detenidos el viernes al amanecer, en especial por «incitación a participar en una concentración prohibida».
Ambos fueron inculpados por la tarde, y puestos en libertad bajo fianza.
«Continuaremos el combate, no nos rendiremos», prometió Wong fuera del tribunal, y criticó «el efecto helador» de los arrestos de opositores en Pekín.
Estas detenciones muestran la «propagación del ‘terror blanco’ respecto a los manifestantes hongkoneses», declaró Issac Cheng del partido Demosisto, cofundado por Joshua Wong.
Unas horas antes, fue detenido en el aeropuerto otro activista, Andy Chan, fundador del Partido Nacional (HKNP), minúscula formación independentista prohibida por las autoridades en 2018.
Un cuarto manifestante prodemocracia, Rick Hui, un miembro del consejo del barrio popular de Sha Tin, fue igualmente detenido el viernes, al igual que el exlíder estudiantil Atlhea Suen.
Y por primera vez desde el inicio en junio de la movilización, tres diputados, Cheng Chung-tai, Au Nok-hin y Jeremy Tam, fueron también arrestados, según su partido Pasión Cívica.
La policía confirmó la detención de un hombre de 35 años, al que identificó con el nombre de «Cheng», por «complot para provocar daños criminales» en relación con el asalto del Parlamento en julio.
Luego Pasión Cívica informó de la detención de los otros dos legisladores por «obstrucción a la policía».
Más de 900 personas fueron detenidas desde el inicio de la protesta, que nació en rechazo a un proyecto de ley que pretendía autorizar las extradiciones hacia China continental.
El movimiento amplió desde entonces sus reivindicaciones, denunciando un retroceso de las libertades y la injerencia creciente de China en los asuntos de la región semiautónoma, en violación del principio «un país, dos sistemas» que encabezó la retrocesión.
La jefe de la diplomacia europea, federica Mogherini calificó por su parte la situación en Hong Kong de «muy preocupante», y llamó al respeto de la libertad de manifestación.
Amnistía Internacional criticó «esta redada ridícula al amanecer» y condenó las detenciones de Wong y Chow, que son «escandalosos ataques contra la libertad de expresión y de reunión» y «tácticas con el objetivo de sembrar el miedo sacadas de los manuales chinos».
La policía negó sin embargo un intento de socavar las manifestaciones del fin de semana. «Es totalmente falso», declaró a los periodistas John Tse, portavoz de la policía.
Una de las responsables del Frente, Bonnie Lang, dijo que el FCDH «no [tenía] otra opción que anular la manifestación de mañana» sábado, después de que el recurso que presentó contra la prohibición fuera desestimado.
Pero se están preparando otras iniciativas para remplazar la manifestación. Algunos activistas prodemocracia proponen un partido de fútbol, una salida masiva para ir de compras o una concentración religiosa improvisada.
Es probable que el ala radical, compuesta en su mayoría por estudiantes muy jóvenes, ignore este llamado a la calma, con riesgo de nuevos altercados.
«La policía cree que hay líderes en el movimiento y que su decisión de prohibir la manifestación va a detenernos», confesó a la AFP una manifestante que se identificó como Kelly.
«Somos nuestros propios jefes y seguiremos saliendo. Esto el gobierno no lo entiende», agregó.
Fuente: Agencia Francesa de Prensa