Desde aplicaciones de traducción hasta el reconocimiento facial, la inteligencia artificial se está convirtiendo en una parte importante de la vida cotidiana, un «salvaje oeste» dominado por Estados Unidos y China al que la Unión Europea (UE) espera poner orden.
La Comisión Europea presentó este miércoles sus ideas para regular la inteligencia artificial (IA) con la esperanza de impulsar campeones europeos en este sector altamente estratégico y disipar los temores de que un Gran Hermano tecnológico aceche a los europeos.
«Queremos que la aplicación de estas nuevas tecnologías sea digna de la confianza de nuestros ciudadanos (…). Alentamos un enfoque responsable de la inteligencia artificial centrada en el hombre», dijo Von der Leyen en una conferencia de prensa.
A continuación, cinco cosas a saber sobre los planes de la UE.
– Valores –
Responsables en Bruselas reconocen que las empresas europeas perdieron el barco de la primera oleada de la revolución de Internet, siendo el sueco Spotify el único actor conocido frente a los estadounidenses Google, Facebook o Amazon.
Europa ha tomado en cambio el liderazgo en las normas que regulan internet, como su Reglamento General de Protección de Datos (RGDP), alabado como una norma mundial para proteger los datos personales.
El comisario europeo de Industria, Thierry Breton, quiere mantener el estándar en la IA: «Al igual que con el RGDP, tenemos nuestras propias reglas» y «nos aseguraremos que se respeten los derechos individuales y fundamentales que apreciamos en Europa».
– Gran Hermano –
El reconocimiento facial es uno de los ejemplos más evocadores de la inteligencia artificial, provocando pesadillas distópicas de un Gran Hermano rastreando cada uno de los movimientos de los ciudadanos.
Las primeras informaciones de que Bruselas exigiría una moratoria en su uso resultaron infundados con funcionarios de la UE asegurando que esta tecnología ya está ampliamente desplegada, como por ejemplo en el desbloqueo de celulares inteligentes.
«Lo que diremos sobre el papel en un lenguaje muy legal es: ‘Hagamos una pausa y averigüemos si existen… circunstancias en la que el reconocimiento facial a distancia debería autorizarse'», dijo la vicepresidenta de la Comisión, Margrethe Vestager.
«La inteligencia artificial no es buena ni mala en sí. Todo depende del porqué y el cómo se la utiliza», agregó este miércoles Vestager.
Regular la inteligencia artificial «es un poco como el salvaje oeste. Empezamos en tierra virgen donde haces lo que quieres y después nos organizamos», en palabras de Breton.
La actitud de la UE hacia la inteligencia artificial se basará en el riesgo: cuanto más peligroso o controvertido sea su uso, más estrictas serán las normas.
Esta estrategia es bienvenida por las empresas que temen que Bruselas intente establecer reglas generales para industrias enteras y ahogue así la innovación.
En su lugar, la estrategia considerará las actividades caso por caso, dejando libres los usos básicos como la traducción o los mapas, pero manteniendo la tecnología médica bajo un control más estrecho.
Las empresas que se encuentren en una zona gris de regulación podrán firmar una certificación voluntaria de la UE sobre la IA.
– Lejos de una guerra fría –
Altos funcionarios de la UE insisten en que la estrategia del bloque no pretende ser una declaración de guerra contra Estados Unidos y China, los principales actores en el actual despliegue de la IA.
La preocupación se ve agravada por las conversaciones sobre la división del mundo en esferas de influencia digitales, con Europa atrapada entre Washington y Pekín.
Pero «en términos de responsabilidad o de seguridad, independientemente del origen de estos productos, habrá que aceptar un cierto número de reglas para poder operar en la UE», según el comisario de Justicia, Didier Reynders.
Vestager explicó que los planes se refieren más a la definición de un enfoque europeo de la inteligencia artificial que al deseo de imponer normas más allá de las fronteras del bloque.
El anuncio de este miércoles fue el primer paso de un largo proceso legislativo, durante el cual las partes interesadas tendrán la oportunidad de influir en los planes.
Los responsables de Google y Facebook ya han dado a conocer sus opiniones durante recientes visitas a Bruselas.
«El debate está realmente abierto a todos», aseguró Reynders, precisando que hay «algunos límites reales en la regulación actual».
La UE espera tener un proyecto de ley para finales de año que luego deberá ser aprobado por los países de la UE y ratificado por la Eurocámara.
Fuente: Agencia Francesa de Prensa