Tanto Moscú como Pekín cuentan con los medios tecnológicos y militares para provocar daños irremediables al pilar del poderío estadounidense.

Los portaaviones han sido el pilar del poderío de EE.UU. desde hace mucho tiempo, pero el avance tecnológico militar, impulsado principalmente por Rusia y China, está cambiando este escenario en detrimento de estos buques de guerra. Moscú y Pekín cuentan con armas capaces de provocar la ‘extinción’ de los portaaviones, informa la revista ‘The National Interest‘.

Torpedo

Los torpedos siguen siendo una seria amenaza para los portaaviones. Con frecuencia los submarinos rusos y chinos practican ataques con torpedos contra buques de guerra estadounidenses, y nadie sabe cuántos torpedos podría soportar un portaaviones moderno antes de ser hundido. Pero el impacto de uno solo causaría daños considerables, que obstaculizaría la realización de la operación planteada al portaaviones.


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Misil de crucero

Rusia, China y otros países cuentan en su arsenal con una gran variedad de misiles de crucero. Estos misiles varían en alcance, velocidad y medios de aproximación al blanco. Al igual que con los torpedos, la efectividad real de los misiles de crucero contra un portaaviones moderno es desconocida. Sin embargo, incluso el impacto de un solo misil impediría o detendría por completo las operaciones de un portaaviones.

Misil balístico

Según ‘The National Interest’, el misil balístico chino DF-21 tiene el potencial de impactar portaaviones estadounidenses desde rangos hasta ahora irrealizables eludiendo los sistemas de defensa antiaérea existentes. El desarrollo del DF-21 ha obligado a la Armada de EE.UU. a intensificar sus esfuerzos en defensa, pero aun así estos complejos no disponen del potencial necesario para destruir blancos que tienen trayectoria balística.

Sobrecosto

Los nuevos portaaviones estadounidenses de la clase Ford (CVN-78) cuestan alrededor de 13.000 millones de dólares, precio que no incluye el ala aérea de estos buques. Con un escuadrón de cazas F-35C, F/A-18E/F y aviones de apoyo, el precio de un portaaviones es simplemente asombroso, y la cifra es aún mayor al contabilizar el grupo de buques de escolta que requiere.

Por otro lado, las embarcaciones de guerra de la clase Ford tardan tanto en construirse, que con el tiempo cada nuevo buque necesitará incorporar nuevas tecnologías, incrementando aún más el precio. De esta forma, en algún momento la utilidad militar de un portaaviones puede llegar a ser literalmente irrelevante, en relación con el costo de construcción, mantenimiento y despliegue, advierte la publicación.

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Exceso de precaución

Tal vez Rusia y China no necesariamente requieran destruir un portaaviones estadounidense para llevar esta especie a su ‘extinción’, continúa la revista. Todos los factores mencionados suman para crear precaución sobre cómo usar estos modernos buques. En caso de un conflicto, el presidente y la Armada de EE.UU. pueden sentirse tan preocupados por la vulnerabilidad de los portaaviones que no los utilizarían eficazmente.

El elevado precio de estos buques puede convertirse en su mayor debilidad; demasiado valiosos como para perderlos, y los portaaviones podrían permanecer al margen en caso de un conflicto con un rival poderoso. Y si los portaaviones no pueden contribuir en los conflictos más críticos, será imposible justificar los recursos necesarios para su construcción y mantenimiento. Eso, más que cualquier otra cosa, provocará el fin de los portaaviones como pilar del poder estadounidense.

Sin embargo, esto no significa que sea el final de estos buques de guerra. Rusia y China han trabajado arduamente en las maneras de destruir a los portaaviones porque los perciben como serias amenazas para su seguridad.

Referencia: Actualidad RT