El jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, urgió este viernes a los 27 mandatarios de la Unión Europea (UE) a aprobar su plan de recuperación poscoronavirus de 750.000 millones de euros (840.000 millones de dólares).
«Llegó el momento de actuar», dijo en rueda de prensa Michel, al presentar su propuesta a una semana de una cumbre crucial en Bruselas, llamando a los líderes a tener «valentía política» ante las «difíciles discusiones».
El presidente del Consejo mantiene las grandes líneas del plan de la Comisión Europea: un plan de recuperación de medio billón de euros en subvenciones y 250.000 millones en préstamos, fondos que Bruselas tomará prestados en los mercados de deuda.
Los países adeptos del rigor fiscal y llamados «frugales» -Países Bajos, Suecia, Dinamarca y Austria- ya habían expresado su preferencia por un mayor volumen de préstamos, al considerar que el fondo beneficia sobre todo a los países del sur.
Sin embargo, Michel defendió el volumen de subvenciones no sólo «por el alto nivel de deuda» en los países del sur, donde la pandemia causó estragos humanos y económicos, sino también por los eventuales daños al «mercado único».
Pero, para atraer hacia la necesaria unanimidad a los «frugales», el jefe del Consejo endurece el proceso de concesión de los fondos. Los países de la UE deberán aprobar por mayoría los planes nacionales de recuperación, previo al desembolso.
El reembolso del principal de la deuda contraída por la Comisión en nombre de la UE empezará en 2026, dos años antes de lo propuesto por Bruselas. Para sufragarlo, Michel propone impuestos al plástico, al carbono en frontera y al sector digital.
El plan de recuperación estará vinculado al próximo Marco Financiero Plurianual (MFP) 2021-2027, el presupuesto común de la UE en negociación y que el ex primer ministro belga propone que se eleve hasta los 1,074 billones de euros.
En otra mano tendida a los «frugales», que querían un volumen menor de MFP, el jefe del Consejo propone que los cuatro países y Alemania mantengan sus «cheques», es decir las rebajas en sus contribuciones al presupuesto común.
El nuevo presupuesto será el primero sin el Reino Unido, un contribuyente neto al MFP. El objetivo es que entre en vigor a partir del 1 de enero, cuando finaliza el actual período de transición a ambos lados del Canal de la Mancha.
Pero, ante las difíciles negociaciones en curso sobre la futura relación comercial, Michel propone crear una «reserva» de 5.000 millones de euros para enfrentar las eventuales consecuencias del fin de los vínculos económicos con el Reino Unido.
Fuente: Agencia Francesa de Prensa