(AFP).-Miles de manifestantes salieron a la calle en Erfurt, la capital de Turingia en la ex-RDA, donde la elección del responsable de la región gracias a la extrema derecha provocó un sismo político en Alemania.
Unas 18.000 personas se manifestaron, según los organizadores, ONG, artistas, sindicalistas y responsables políticos, unidos en la alianza #Unteilbar («indivisible»).
Los manifestantes se dieron cita a mediodía en el centro de la ciudad bajo el lema «No con nosotros, no a los pactos con los fascistas: ¡nunca y en ninguna parte!». Entre las pancartas y banderolas que llevaban, se podía leer algunas que decían «No queremos el IV Reich» o «No queremos el poder a cualquier precio».
La manifestación en esta ciudad ubicada en lo que fuera una vez parte de la comunista República Democrática de Alemania, fue organizada por oenegés, artistas, sindicalistas y responsables políticos unidos en la alianza #Unteilbar («indivisible»), y apoyados por numerosos movimientos como Fridays for Future o Bund.
«Manifiesto porque la influencia de AfD (la fuerza de extrema derecha Alternativa para Alemania) se vuelve muy molesta en las regiones del Este», explicó a la AFP Maria Reuter, una habitante de Erfurt de 74 años.
«Debemos movilizarnos con más fuerza, una manifestación no basta. Hay que luchar todos los días», dice por su parte Thomas Jalvok, un treintañero «impactado» por la situación de Turingia, su región.
La sorpresiva elección el 5 de febrero del liberal Thomas Kemmerich, gracias a los votos de la derecha conservadora y de la extrema derecha ya había provocado numerosas manifestaciones espontáneas en todo el país.
– ‘Fin de un tabú’ –
Ante las protestas, este candidato del pequeño partido liberal FDP tiró la toalla 24 horas después de su elección por estrecho margen. Pero para los organizadores de la manifestación, el mal está hecho.
«Esta elección marca el fin de un tabú», dice a la AFP Michael Rudolph, dirigente de la asociación DGB en Turingia que espera respuestas concretas de los partidos tradicionales para los electores atraídos por la extrema derecha «en términos de movilidad y empleo».
Prueba de la tensión en Alemania, locales del FDP han sido el blanco de ataques en todo el país desde hace varios días.
Por su parte, Afd, la formación de extrema derecha creada en 2013, piensa seguir dinamitando el juego político alemán. En Turingia, las instituciones están paralizadas desde hace más de una semana.
Acusada por la canciller Angela Merkel de querer «destruir la democracia», la extrema derecha amenaza ahora con aportar sus sufragios, en caso de una nueva elección en esta región, a Bodo Ramelow. Esta personalidad de la izquierda radical estuvo al frente de Turingia hasta 2019 y rechaza categóricamente cualquier aporte de votos del otro extremo del tablero político.
Los partidos, exceptuando AfD, deben reunirse el lunes en Erfurt para buscar una salida a esta crisis. ¿Nuevas elecciones? ¿Coalición minoritaria? Varias opciones están sobre la mesa para gobernar esta región, núcleo de las incertidumbres que atraviesan el paisaje electoral alemán.
La onda expansiva de esta crisis sigue propagándose fuera de las fronteras del Land, en una Alemania que vivirá, como muy tarde en 2021, el fin de la era Angela Merkel, la canciller en el poder desde hace 14 años.
– ‘Marcha fúnebre’ –
El sismo político provocó la caída de la delfín de Merkel, Annegret Kram-Karrenbauer, que renunció a la carrera a la cancillería, ante la desobediencia de un sector de su partido.
Algunos miembros del partido conservador CDU, en particular en las regiones de la ex Alemania del Este, tienen la tentación de aliarse con la extrema derecha, particularmente poderosa en esa parte del país.
La retórica del AfD cala en la ex-RDA, económicamente más pobre. En Turingia, el salario medio anual era en 2018 de 35.701 euros (unos 38.000 dólares), frente a 42.962 de media en Alemania, según la Oficina de Estadísticas.
Aunque el desempleo es apenas es superior al índice federal (5,3% frente a 5%), Turingia tiene un grave déficit de natalidad, los jóvenes parten y más de uno de cada cuatro habitantes (25,7%) tiene más de 65 años (21,5% en Alemania).
Esta movilización contra la extrema derecha coincide con las conmemoraciones por la liberación de los campos de exterminio nazis y el bombardeo en la ciudad de Dresde, Sajonia, hace 75 años.
Unos 1.500 militantes neonazis, y otros tantos manifestantes opuestos, bajo una gran vigilancia policial, salieron este sábado a las calles de Dresde, donde realizaron una «marcha fúnebre», cultivando el mito de una «ciudad mártir», injustamente sacrificada por los aliados.