La estadounidense Frances Arnold (Pittsburg, EE UU, 1956), George Smith (Norwalk, EE UU, 1941) y Gregory Winter (Leicester, 1951) han ganado el Nobel de Química 2018 por haber «tomado el control de la evolución y haber usado sus mismos principios para desarrollar proteínas que resuelven muchos problemas de la humanidad», ha dicho la Real Academia de Ciencias.
Las investigaciones de los tres premiados han permitido que la humanidad realice el equivalente a la agricultura o la ganadería en el mundo de los microbios y las moléculas. La evolución dirigida permite domesticar a los microbios para que desarrollen proteínas que no existen en la naturaleza y que se aplican a la creación de nuevos combustibles y fármacos contra muchas enfermedades, desde la diabetes al cáncer metastásico.
Arnold recibe la mitad del premio por «la evolución dirigida de enzimas» y Smith y Winter se reparten la otra mitad por el uso de virus en bacterias para desarrollar nuevas proteínas y su aplicación a la creación de fármacos.
El año pasado el premio recayó en Jacques Dubochet (Aigle, Suiza, 1942), Joachim Frank (Siegen, Alemania, 1940) y Richard Henderson (Edimburgo, Reino Unido, 1945) por su aportación al desarrollo de tecnologías para generar imágenes tridimensionales de las moléculas de la vida. Su trabajo se aplica en tecnologías para entender mejor procesos biológicos como las infecciones o los ciclos de sueño. En palabras de la academia, su mérito consiste en «el desarrollo de la criomicroscopía electrónica para la determinación a alta resolución de la estructura de biomoléculas en una solución».
De los 181 galardones otorgados desde 1901, solo cinco han sido para mujeres, el 2,7% del total.
El galardón tiene una dotación de nueve millones de coronas suecas, unos 870.000 euros.
Fuente: elpais.com