El Defensor del Pueblo en Francia, Jacques Toubon, pidió este jueves que las fuerzas de seguridad suspendan la utilización de la balas de goma en la represión de protestas que en los últimos dos meses le han costado un ojo a 15 manifestantes.
Desde el 17 de noviembre, cuando comenzaron las manifestaciones de los «chalecos amarillos», decenas de manifestantes fueron heridos, algunos de ellos gravemente en la cara, por ese tipo de proyectil, utilizado masivamente por las fuerzas antidisturbios en las últimas semanas.
«Anulemos el riesgo de peligrosidad de esas armas suspendiendo su utilización», declaró Jacques Toubon, al presentar un informe sobre el tema.
Más vale «prevenir que curar», agregó dirigiéndose al gobierno.
Toubon se refiere sobre todo a las armas llamadas de «fuerza intermediaria», que son los LBD 40×46 (Lanzador de Bala de Defensa), simbolizadas por el flash-ball, y también a las granadas lacrimógenas y ensordecedoras GLI-F4.
A principios de diciembre, 200 personalidades francesa habían llamado a prohibir «inmediatamente» la utilización de esos fusiles que disparan balas semirrígidas de calibre 40 mm.
Un colectivo «Desarmemoslos» y el periodista independiente David Dufresne recapitularon un centenar de heridos graves, debido principalmente a disparos de LBD.
Quince de los heridos perdieron un ojo y otros tuvieron heridas en la cara, a pesar de que los manuales de utilización que las fuerzas de seguridad deben utilizar los flash-balls «en caso de estricta necesidad» y no disparar a menos de diez metros de distancia del blanco y por debajo de los hombros.
Según el diario Liberation, al menos 69 «chalecos amarillos» o periodistas fueron heridos por disparos de LBD desde el 17 de noviembre, día en que comenzaron las manifestaciones de protesta.
En la última jornada de manifestaciones el sábado 12 de enero cinco manifestantes fueron gravemente heridos «probablemente» por disparos de LBD, indicó una fuente policial.
Fuente: Agencia Francesa de Prensa